Alemania: “Luchamos en contra de la ciudad de los ricos”
La conmemoración del día de los trabajadores en Berlín en este año tuvo una connotación particular. La tradicional manifestación se enmarcó en un contexto de agudización de la lucha por la vivienda, y la suba excesiva de los alquileres. En los últimos meses el reclamo masivo de los inquilinos, que son aproximadamente, según las estadísticas el 50 % de la población entera, se materializó en la campaña “Miete Wahnsinn”y Deutsche Wohnen enteignen” locura de alquiler y expropiar a Deutsche Wohnen, ya que el aumento es descomunal. Los manifestantes abrazaron también este lema en el día internacional de los trabajadores, ya que, perjudica a todos los habitantes. Además ese movimiento popular lucha por la expropiación del coloso de la especulación inmobiliaria alemana «Deutsche Wohnen» y de todos los grandes propietarios y empresas que posean más de 3.000 departamentos para alquilar. Durante la jornada del día del trabajador se realizaron también una serie de actividades en distintas partes de la ciudad. Por Pier Rot y Ana Muro para ANRed/ Fotos: Ana Muro
Una serie de actividades y actos arrancaron desde la víspera del 1. De Mayo. Esta comenzó con pequeñas manifestaciones, fogones solidarios y huevazos escrachando a la empresa Deliveroo por la precariedad laboral que tienen sus trabajadores.
Otra de las actividades se realizó en el barrio de Wedding, un barrio popular del Norte de la ciudad. Allí se consagró el acto de conmemoración en repudio a la matanza de trabajadores el 1. de Mayo de 1929. En aquel día el Presidente de la policía berlinesa, el socialdemócrata Zörgiebel (SPD), ordenó que se reprima con fuego las marchas obreras organizadas que denunciaban la subida vertiginosa de los alquileres en Berlin. Como consecuencia de ello 33 trabajadorxs perdieron la vida durante los enfrentamientos en las calles de Wedding. El problema de la vivienda sigue siendo vigente y la misma lucha de lxs trabajadorxs en este día.
90 años después de aquellos repugnantes acontecimientos, más de 100 personas participaron de un paseo de conmemoración por el barrio donde históricamente tuvieron lugar las insurrecciones obreras más significativas de la capital alemana. Este acto terminó en el «Kiezhaus» (la casa del barrio) con una charla sobre la reedición de la novela «Barricadas en Wedding» de Klaus Neukrantz. En esta obra, el escritor y militante comunista, narra esos acontecimientos de Mayo del 29´.
El gran número de manifestantes se concentraron a las 18 horas en el barrio de Friedrichshain, en la antigua zona de la ex- Alemania comunista donde marcharon más de 10.000 personas. Pasaron por puntos emblemáticos de la ciudad de la escena política y cultural, como las legendarias calles de casas ocupadas de Rigaer Strasse y el edificio Liebig 34, donde fueron saludados desde los balcones y ventanas por los ocupas que allí viven. Este es uno de los pocos lugares que han aún permanecen y que han resistido a los masivos desalojos. Un gran despliegue policial invadió toda la ciudad: según cifras oficiales fueron 2.000 los policías movilizados solamente en Berlín. El recorrido de la manifestación fue todo el tiempo escoltado por 2 helicópteros y fue numeroso el personal de las fuerzas de seguridad allí presente. Los uniformados vallaron los alrededores del cortejo, evitando la entrada y salida de los manifestantes por las calles aledañas.
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Especulación inmobiliaria
A partir del inicio del segundo milenio comenzaron a desalojar a los habitantes de los edificios okupas y a cambiar la fisonomía alternativa del barrio. La resistencia no pudo contra un ejército de topadoras que arrasaban cimientos y todo lo que encontraban en su camino. Era la calle más alternativa de toda la ciudad. Hoy la han convertido en parte del paisaje homogéneo “chic” de la zona.
Tras la ola de privatizaciones que irrumpió en todo el país, pero especialmente en la ex- República Democrática alemana (Alemania del Este) a principios de los años 90, la vivienda se convirtió en uno de los mercados predilectos del capital financiero en su conjunto.
Berlín, no alcanzando el 15 %, es la ciudad con menor número de habitantes con casa propia.