“Va a estar bueno Buenos Aires”
Esta semana el Gobierno de la Ciudad anunció la instalación de 18 basureros “inteligentes” en la calle Corrientes, como prueba piloto. Por su cierre hermético van a servir “para evitar que la gente se meta y saque basura. Y así va a mejorar mucho la limpieza de la avenida” justificaron. A mediados del año pasado Rodriguez Larreta incursionó en un tipo de diseño urbanístico, denominado “arquitectura hostil” utilizado en otras ciudades del mundo, para evitar que personas en situación de calle ocupen lugares como: bancos públicos, espacios debajo de las autopistas, etc. Estrategias para ocultar la indigencia, en un contexto de crisis económica y social, que arroja a miles de personas a vivir en la calle. Por ANRed
A mediados de marzo, el Observatorio de la Deuda Social que depende de la UCA presentó un informe en el que dice que la pobreza aumentó del 26,6 por ciento al 31,3 del 2017 al 2018. En números concretos, el país tiene hoy 12,7 millones de pobres.
Los datos publicados por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires revelaron que en 2015 se habían registrado 100.000 indigentes. Un año después, llegaron a 146.000. En 2017, la cifra descendió a 140.000 pero volvió a aumentar en 2018 y cerró en 198.000 personas que se encontraron bajo la línea de indigencia. Es decir, 98% de aumento con respecto a 2015.
Mientras la crisis económica y social aumenta y arroja a miles de personas a vivir en la calle, el gobierno porteño estrena contenedores de basura “inteligentes” y utiliza un mobiliario antipobres para colocar en los espacios públicos, para evitar que personas en situación de calle duerman en bancos.
Es el diseño hostil, o arquitectura hostil, una tendencia del diseño urbano que busca que los espacios públicos no tengan un supuesto uso indebido. También suele ser utilizada como un medio para evitar la suciedad, el skateboarding (monopatinaje) y la utilización de estos espacios como puntos de reunión.
China, Inglaterra, Canadá, Japón, Estados Unidos, España, son algunos de los países que aplican esta nueva tendencia que busca alejar a los sin techo hasta de los escalones y bancos de las plazas. Asientos inclinados, piedras estratégicamente diseminadas, pinches filosos en el piso.
Estos diseños expulsivos buscan tapar lo que nadie quiere ver: la indigencia. Si bien la solución a las personas que viven en situación de calle no debe ser colocar bancos mas cómodos o permitir que se instalen debajo de autopistas como solución habitacional, el dinero invertido destinado a implementar este tipo mobiliarios podría utilizarse en otro tipo de soluciones, que resguarden la integridad de aquellas personas a quienes las crisis dejan sin opurtunidad.