Ternium Siderar Haedo: la Asamblea acepta propuesta de la empresa y se levanta el paro
El saldo del conflicto es la reincorporación precaria de dos de los tres trabajadores despedidos. Se profundiza la persecución sindical. Además, la empresa invoca causas de despido que muestran un avance en la división a los trabajadores. Por corresponsal popular para ANRed.
Después de una semana de paro total, la asamblea de trabajadores de Ternium Siderar Haedo resolvió aceptar la propuesta de la empresa: se reincorporará a dos de los tres trabajadores despedidos de manera temporal. La estabilidad laboral para ambos depende de la evolución de los tratamientos para resolver problemas de salud que los aquejan hace tiempo. El último trabajador despedido que integró reiteradas veces la Comisión Interna de Fábrica, no fue reinstalado y proseguirá la pelea por su puesto de trabajo por la vía judicial. Con este resultado, queda en evidencia la persecución sindical como eje de la política patronal. Los trabajadores despedidos no lograron participar de la asamblea, que la conducción de la UOM Morón decidió realizar puertas adentro de la fábrica.
A pesar de la inmensa muestra de solidaridad del conjunto de los trabajadores de la planta (efectivos y tecerizados), el resultado del conflicto es ambiguo. Si por una parte se demostró la disposición de los trabajadores a parar la producción en defensa de los puestos de trabajo, rompiendo las barreras que separan a tercerizados de efectivos. La reincorporación de los compañeros también es parte del saldo positivo que arroja el conflicto. Sin embargo, el modo en que se produce esa reincorporación sienta un precedente peligroso: los problemas de salud de los trabajadores son usados, en primer lugar, para “seleccionar” a quienes despedir y en segundo lugar para justificar esos despidos. A las divisiones entre tercerizados y efectivos, entre quienes son “activistas” y quienes no son problemáticos para justificar despidos, se está sumando la que separaría a los “enfermos” de los “sanos”. Como en el poema de Bretch, ahora están tocando a la puerta de los hipertensos, los diabéticos, los obesos, los adictos, los alcohólicos, los flacos, los miopes, los bipolares, los depresivos, los alérgicos; la lista puede seguir en función de las políticas de reducción de personal que adopten las empresas. La clase trabajadora necesita construir una estrategia propia de lucha por la salud para contrarrestar estas políticas.
En la enorme muestra de solidaridad que significó el paro total de la planta durante una semana, en el desarrollo de esas relaciones de apoyo a los compañeros sin importar su condición, están las reservas de la clase trabajadora para enfrentar estas políticas. Urge la construcción de una política sindical que contrarreste contundentemente las divisiones impulsadas por la patronal en esta etapa de ofensiva.