«Una mayoría de los franceses sigue apoyando la causa de los chalecos amarillos»

Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada de México, donde habla de los chalecos amarillos, la derrota electoral del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador, y el 40º aniversario de la revolución iraní. Por Mario Hernández.

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M.H.: ¿Cómo va esa huelga general ilimitada convocada por los chalecos amarillos?

G.A.: El 5 de febrero hubo una huelga muy fuerte en las escuelas, profesores y estudiantes, en la salud también, correo, ferrocarriles y menor en la industria privada. Pero lo importante es que durante la huelga desfilaron juntos los sindicatos en huelga y los chalecos amarillos que antes no querían que se mezclase su lucha con la de los sindicatos o los partidos porque consideraban que eso los politizaba. Ahora por el contrario llaman juntos a seguir la huelga.

El martes próximo se hará un nuevo round de esta huelga. Hay sectores de los chalecos amarillos que llaman a no hacer un día de huelga cada siete y una movilización cada siete sino hacerla indefinida y continuada por lo menos durante 10 días. Esa es la novedad.

Mientras tanto el gobierno ha sufrido un golpe duro en la Cámara porque consiguió aprobar la ley contra las manifestaciones, llamada “anti violencia” pero se abstuvieron 50 diputados de la mayoría y otros 16 se fueron para no votar y dijeron que si no se hacen enmiendas a la ley, la próxima vez votarán en contra. De todos modos, aunque votasen en contra estos 66, serían más de 200 votos de la oposición y la ley pasó con 320 entonces todavía tendría mayoría el gobierno. Pero se encuentra por primera vez ante una protesta que ya se expresó anteriormente en la ley contra los salarios y los sindicatos. Una protesta democrática de sus propios diputados. Eso a poco tiempo de las elecciones europeas, donde tendrían que tener un candidato y un partido unidos; por el contrario, se está resquebrajando.

Al mismo tiempo está el problema de que todavía no tienen ni siquiera candidatos. Todos los demás partidos han lanzado sus candidatos buscando un apoyo electoral, son todos candidatos jóvenes y desconocidos, la izquierda con Melenchón, los fascistas, los diversos partidos de derecha, extrema derecha y hasta el Movimiento diversionista creado por Macrón con un sector de los chalecos amarillos.

Macrón por lo tanto tiene a su favor la división entre los socialistas y los comunistas que no quieren votar a Melenchón porque temen que se los coma, la división en la derecha donde hay tres partidos, con Le Pen en el más grande. Y se ha creado o intentado crear la división de los chalecos amarillos, donde se han formado dos partiditos que intentan quitarles voto a los opositores, tanto de izquierda como de derecha. A los que podrían votar en blanco o abstenerse, dejando a Macrón sin legitimidad porque si gana una elección con participación electoral mínima sería ilegítimo. Y quitándole votos a la derecha también.

Entonces Macrón juega esa arma a la división y, por consiguiente, a la división de los chalecos amarillos. Depende más de lo que pueda debilitar a sus adversarios que de sus propias fuerzas. Pero no se sabe hasta dónde va a conseguir resultados.

Lo cierto es que va a seguir el movimiento, la gente está de acuerdo, sigue siendo una mayoría de los franceses los que apoyan las causas de los chalecos amarillos y además están organizándose, tienen servicios de órdenes en las manifestaciones para evitar dar la impresión de gran violencia y además demuestran que las expresiones de lucha más extremas, como agarrar a trompadas a los policías como hizo el boxeador o tirarles algo, es el resultado de la violencia policial; esa violencia policial es rechazada por todos. Entonces el gobierno sigue con una inestabilidad muy grande.

M.H.: Hubo elecciones en El Salvador, a 87 años del asesinato de Farabundo Martí un 1º de febrero de 1932, donde triunfa un candidato prácticamente desconocido que rompe el bipartidismo entre el derechista Arena y el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), Nayib Bukele, que obtiene un 54% de los votos y gana en primera vuelta.

G.A.: La derecha siempre estuvo desprestigiada y la esperanza siempre se depositó en el FMLN, pero los candidatos a Presidente y los Presidentes del Frente en varias ocasiones demostraron estar corrompidos. Incluso uno de ellos está siendo juzgado. Entonces pasó como con Lula, mucha de la gente que había esperado del Partido de los Trabajadores, y se había ilusionado, fue decepcionada. Entonces ahora votan a la derecha.

Bukele no es un hombre de derecha, era miembro del FMLN, miembro del partido no de la guerrilla. Lo expulsaron del partido por pegarle a su mujer, entonces es un hombre con actitudes de derecha y mentalidad de derecha pero no con declaraciones políticas de derecha. Eso junto con su juventud y con el hecho de que cuando era alcalde de la ciudad de San Salvador era muy eficaz, le permitió conseguir un resultado muy grande de gente que está buscando una salida, combatir contra la corrupción, algo que le permita vivir porque de El Salvador emigran porque no hay soluciones de trabajo y está superpoblado para su superficie. Y en gran medida se agarran un clavo ardiente, se agarran de lo que tienen, es una expresión de una falta de dirección auténtica para movimientos sociales que son anti sistémicos pero que no encuentran vía de canalización.

M.H.: Pero lo del Farabundo Martí es una debacle porque saca solo el 14% de los votos.

G.A.: Sí. Poquísimo.

M.H.: Se han cumplido 40 años de la revolución de los Ayatolas en Irán. Un 1º de febrero de 1979 regresa desde París el Ayatola Jomeini que en su testamento deja la misión del pueblo iraní: liberar a los hermanos palestinos, aniquilar al ocupante sionista y recuperar Jerusalén.

G.A.: Él se apoyó en una revolución plebeya radical, del campesinado tradicional, el artesanado y de parte de los comerciantes que se oponían a la imitación del modelo de EE UU por el Sha con grandes monopolios de comercio e industria.

Fue un movimiento de origen plebeyo pero tuvo que tener una posición internacional inmediatamente porque EE UU le largó al perro iraquí. Saddam Hussein le hizo la guerra durante 8 años y le tiraron con Arabia Saudita también.

Ahora el hecho es que más reforzado Irán, después de la derrota de EE UU, que en Iraq destrozó el país pero no lo pudo controlar, entonces ahora Irán está metido hasta el cuello en la victoria de Siria frente a los rebeldes que se está concretando. Esto coloca a Irán a un paso de Israel en el mismo momento en que Israel sigue adelante la feroz campaña de apartheid contra los palestinos. Todos los días se comen a pedazos el territorio palestino y causan problemas en Palestina.

El gobierno de Netanyahu, que está bajo proceso y para salvarse de la cárcel lo único que puede hacer es continuar la ofensiva contra Irán y contra los palestinos y seguir robando territorio palestino y oprimiéndolos. El gobierno de Netanyahu necesita un enemigo, los palestinos son víctimas coloniales, pero el enemigo inmediato aparece del lado de Irán que tiene la posibilidad de atacar desde la frontera.

Entonces Irán está en una situación muy grave porque aunque está apoyado por Rusia, China y por países de la UE que no quieren perderse sus negocios con Irán, están en la mira de Trump y de Netanyahu que es la marioneta de Trump.

Trump podría hacer con Netanyahu un ataque, o una maniobra que justifique medidas mucho más profundas contra Irán como lo ha estado haciendo en Venezuela. La derrota de EE UU en Medio Oriente lo obliga a mantenerse ahí y a enfrentar a Irán de un modo u otro, ya sea inmediatamente o a un plazo más largo. Esa es la perspectiva.