06/02/2019

«En parte de Europa hay una sublevación de una izquierda que no tiene expresión política que la represente»

Foto: iNews

Entrevista a Guillermo Almeyra, donde opinó – a raíz de los cortes de luz y tarifazos en Argentina – sobre las estrategias del pueblo mexicano ante la suba de tarifas. También se refirió al Brexit y los desafíos que plantea a la región; los Chalecos Amarillos que luchan contra las políticas del presidente francés Emmanuel Macron y la unidad en las calles con los Chalecos Rojos; las elecciones en el Parlamento Europeo en mayo; y la huelga general de 48 horas de 200 millones de trabajadores y trabajadoras en la India, donde las mujeres salieron a las calles de manera independiente para plantear sus reivindicaciones desde una perspectiva de género. Por Mario Hernandez.


M.H.: En Argentina sufrimos un gran apagón, producto de la desinversión de las empresas energéticas a pesar del brutal tarifazo que recibe nuestro pueblo. En el caso de la energía eléctrica estamos hablando de tarifas de 300% más caras en dólares y de 1.500% superiores respecto de las que se pagaban en 2015. Paralelamente se están produciendo movimientos de repudio. Ha sido muy importante la movilización en Rosario con más de 50.000 personas. Y también las expresiones que se dan en la Ciudad de Buenos Aires los viernes, por 5ª vez en las principales esquinas de la Capital Federal y los barrios del Conurbano bonaerense rechazando esta política que no solamente tiene que ver con la energía eléctrica sino con el gas, el transporte, el agua, etc.

G.A.: En México ante las tarifas altas la gente se organizaba, por ejemplo, la Asociación Nacional de Usuarios de Energía Eléctrica se auto tasaba y pagaba la tarifa lógica.

M.H.: Eso planteó la más importante cooperativa eléctrica del país que es de Neuquén, que no va a cobrar los nuevos aumentos porque sostienen que los usuarios no los pueden pagar.

¿Fracasó el soft Brexit?

G.A.: Sí. Ahora están ante lo desconocido. Como en los mapas Ix sunt leones aquí hay monstruos. No saben lo que va a pasar porque lo más probable es que se desate una inflación, que se vayan muchas empresas financieras, que ya se están viniendo a París o a Frankfurt. Que muchas empresas instalen sus fábricas en el continente, por ejemplo, en el caso del automóvil se calcula que se perderían 30.000 empleos y que haya nuevos problemas graves. Ya apareció una bomba en Irlanda del Norte, se desató la lucha entre unionistas y católicos. Ante el problema concreto de que la incorporación a Inglaterra los corta del continente a los que quieren seguir con Irlanda y en la UE.

Al mismo tiempo hay una crisis importante en Europa, Merkel y Macrón trataron de reafirmar su unión firmando un nuevo tratado de cooperación franco-alemana. Pero está todo en movimiento. Lo grave es que si a la crisis inglesa que es importantísima, que es política, social y empieza a ser económica pero ya tiene manifestaciones importantes, se le agrega que va a haber una desaceleración económica o una recesión en este año, como es predecible, el golpe va a ser muy duro en Inglaterra.

Probablemente los laboristas consigan volver al gobierno pero con una política mucho más radical que antes. Quedó atrás la segunda, tercera y cuarta vía que habían inventado para mantener el conservadurismo en el Partido Laborista.

M.H.: A esto se suman las elecciones en el Parlamento europeo en mayo, que no es un dato menor.

G.A.: Las elecciones van a marcar en algunos países un aumento de las tendencias de derecha. Pero en otros creo que lo que va a predominar es el abstencionismo, porque hay una desilusión frente a todos los partidos y las instituciones, el caso de los chalecos amarillos no es único, ahora aparecieron en Barcelona. Los taxis de esa ciudad con sus chalecos amarillos van a cortar la frontera franco española junto con los chalecos amarillos franceses y se empiezan a coordinar.

Hay una sublevación desde abajo, sin canalización, de sectores populares. En Hungría, por ejemplo, la lucha contra el trabajo esclavo, contra el aumento de las horas de trabajo por el mismo sueldo es muy fuerte y también se ponen los chalecos amarillos. A la coordinación de la derecha se opone ahora la coordinación de una izquierda social que no tiene una expresión política que lo represente. Es evidente que en las elecciones próximas, en Francia se va a derrumbar el partido de Macrón y va a crecer el partido de la fascista Le Pen y también Melenchón en la izquierda, pero no hay esperanzas en esos grupos sino que son una expresión de protesta. Eso se va a unir con votos en blanco o abstenciones que no van a ser pasivas, de desinterés sino de búsqueda de una nueva solución, votos bronca como los que hubo en la Argentina en los años finales del gobierno de De la Rúa.

M.H.: ¿Para cuándo los chalecos rojos?

G.A.: Ya están mezclados, los profesores han creado en su huelga los lápices rojos y algunos sectores colaboran, chalecos rojos y chalecos amarillos. Los chalecos rojos son los de la CGT, los de los obreros, sobre todo en algunos sectores obreros clásicos como, por ejemplo, en Marsella o en otros sectores del sur. Una tradición de izquierda en general. Empiezan a juntarse con los sindicatos.

Los chalecos amarillos están haciendo por su parte, organizado por ellos mismos, un balance y una restructuración y hablan de la unión con los sindicatos diciendo que una huelga general de 10 días de todos y con movilizaciones en la calle, ningún gobierno lo va a aguantar. Se están largando a intervenir en el mundo sindical a pesar de ser minoría, para esa protesta generalizada.

Es evidente hasta ahora que el apoyo a los chalecos amarillos ha sido en la calle pero no ha habido paros en apoyo, salvo en el caso de la CGT movilizaciones de los sindicatos, pero si ahora el gobierno se lanza contra las pensiones, como está intentando hacer, que es un problema que afecta a todos los trabajadores de Francia y no solo a los jubilados, porque están tratando de alargar la edad de jubilación 3 o 4 años, en vez de ser 60 darles 5% más si llegan a los 62 y así, sumando con la zanahoria adelante como incentivo. Si en vez de alargar las pensiones, el gobierno no ve más remedio que bajar el monto de algunas de las pensiones se va a generalizar la lucha, porque lo hace además en período electoral.

M.H.: Los isleños de Malvinas están muy preocupados porque dicen que un Brexit duro afectaría el suministro de medicamentos y el dinero que la UE destina al mantenimiento de los pingüinos.

G.A.: Lo de los medicamentos es muy serio y también lo de los alimentos, porque el Reino Unido importa el 80% de sus alimentos de origen agrícola del continente, entonces no puede pasar de golpe a producir 5 veces más vacas, o 5 veces más hortalizas en tierras escasas. Tiene que importar y eso significaría o un racionamiento por el precio con graves consecuencias sociales, que solamente puedan comprar los pocos que tengan dinero y el resto se quede sin alimentos. Tendría gravísimas consecuencias, lo mismo con los medicamentos.

Al gobierno le gustaría que se murieran unos cuantos viejos y unos cuantos enfermos y se ahorran en la pensión social. Aquí en Francia hay una gran movilización de los hospitales psiquiátricos porque tienen que rechazar enfermos, los tienen que mandar de vuelta con las familias o están tirados en el suelo. En Francia el problema psiquiátrico es el último orejón del tarro.

M.H.: Lo saco de Europa y lo llevo a Asia porque se ha producido una huelga de 48 horas en la que han participado 200 millones de trabajadores, en la India, contra la ley laboral a lo que se suma también el rechazo en el aumento a los productos básicos y la desocupación. Y un dato no menor fue ese muro humano de entre 3 y 5 millones de mujeres que se desplegó también en la India.

G.A.: Es maravilloso eso, porque el hecho de que las mujeres, que son las más explotadas, oprimidas y masacradas en la India, se organicen por millones y salgan junto con el paro pero de manera independiente para plantear sus reivindicaciones y hacerse presentes es un hecho histórico fundamental. Es una fuerza enorme. Entran en movimiento y eso va a tener efecto en todo el sudeste asiático, el paro de 200 millones de personas en la India va a tener repercusiones en los países más cercanos sin dudas, como Birmania, Myanmar, Tailandia, Singapur, Indonesia. Y también han aumentado las huelgas en China, en menor medida y además no se conoce bien la información, deben ser más de las que dicen las estadísticas. Pero han aumentado en la medida que están cerrando algunas empresas y están despidiendo gente, dado el cambio de la coyuntura económica, la guerra comercial con EE UU y la transformación económica del país; van a haber problemas en toda Asia.

Hay una estadística que dice que en Rusia el 57% de los rusos añora la URSS, a pesar de una serie de problemas graves que tenían entonces. Pero eso es importante y se va a reflejar en Rusia donde como es sabido las huelgas están prohibidas.

M.H.: En el mes de noviembre a través de la pequeña editorial que dirijo, Metrópolis, publicamos La situación de la clase obrera en China con un análisis justamente de lo que está mencionando respecto del crecimiento de las huelgas y de una activa participación de los obreros migrantes, del interior, del campo que van a trabajar a las grandes fábricas de la ciudad.



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