05/02/2019

¡Furia travesti, siempre!

Hoy se cumplen 3 años del fallecimiento de la activista travesti Lohana Berkins. Fue una incansable luchadora por los derechos de las trans, travestis y transexuales. Su legado de lucha y su producción teórica son de indispensable lectura en el contexto actual del movimiento feminista. Desde ANRed la recordamos reproduciendo una entrevista que Lohana diera a la Revista Furias en el 2013 donde cuenta su historia dentro del feminismo. “El motor de cambio es el amor. El amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo. Todos los golpes y el desprecio que sufrí, no se comparan con el amor infinito que me rodea en estos momentos. Furia Travesti Siempre”.


“El motor de cambio es el amor. El amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo. Todos los golpes y el desprecio que sufrí, no se comparan con el amor infinito que me rodea en estos momentos. Furia Travesti Siempre”, escribió la histórica dirigente del colectivo trans en su carta de despedida, que dio a conocer a través de su amiga, la activista Marlene Wayar.

A 3 años de su fallecimiento, dejó un legado de lucha y compromiso con los derechos humanos que le valió el reconocimiento de referentes políticos y sociales. Pero sobre todo, un aprendizaje para el movimiento feminista argentino.

Reproducimos entrevista realizada por Analía Daniela López para la Revista Furias en el año 2013.

¿Por qué sos feminista?

Para mi el feminismo es una de las herramientas de pensamiento política más poderosas que nosotras, las travestis, hayamos conocido. Las travestis fuimos, al inicio de nuestra lucha, rápidamente atravesadas por el feminismo, que nos aportó poder pensarnos a nosotras mismas. Desde entonces no puedo ver el mundo sino es a través del ojo del  feminismo.

Nosotras somos miradas con recelo dentro del feminismo. Nos asumimos feministas, por lo que ya no discutimos esa condición, pero a la hora de debatir agenda hay cuestiones donde se cimentó un cierto feminismo que todavía es muy difícil de correr, como por ejemplo, considerar que siempre la víctima de cualquier desigualdad y opresión es la mujer, y nosotras decimos que no.

No hay un sólo feminismo. Cuando se debate sobre nosotras siempre se nos subsume a una agenda gay/lésbica como si nuestros problemas solo estuvieran relacionados a la orientación sexual, donde no se reconoce la identidad de género. Todavía no tenemos una teoría de pensarnos a nosotras mismas, siempre se habla de nosotras desde afuera y ahí aparece el biologicismo, todavía estamos atadas a la genitalidad.

¿Cómo comenzó tú camino en el feminismo?

Nosotras empezamos en los años 90, en una época de mucho recrudecimiento del Estado hacia nosotras y nuestros cuerpos. Fue una lucha durísima porque no teníamos aceptación de nadie, ni de las mujeres, ni del feminismo, ni de los organismos de derechos humanos, menos de la política. Éramos nosotras contra el mundo.

Muchos años después lo empezamos a pensar desde el transfeminismo y el discurso lesbofeminista  pero siempre desde la base del feminismo. La formación la empezaron a dar nuestros compañerxs LGTTBI. El escalón más importante de nuestra lucha era que nuestra propia comunidad nos aceptara.

¿Sos abolicionista?

Soy abolicionista. ¿Qué es y cómo es el mundo prostitucional? Terminamos discutiendo una cuestión idílica de la prostitución, se desconoce la cuestión de fondo que se dice defender. Otra cuestión que no se debate de fondo es el dinero que mueven esos sistemas. Todo el financiamiento que reciben las trabajadoras sexuales no lo recibe el abolicionismo. ¿Cuál serían las condiciones reales de un trabajo sexual? ¿Quién establece la delgada línea entre un proxeneta y un regente? Nuestra posición abolicionista la basamos en nuestra vida, prácticas y luchas.

Por nuestra experiencia no somos prohibicionistas, no vamos a entrar en el debate de legalizar, porque acá ya es legal, no queremos ningún tipo de penalización, no queremos entregarle al Estado corrupto el control de nuestros cuerpos. Algo que sería un retroceso espantoso es volverle a dar al Estado un mirada higienista sobre nosotras. Yo no quiero que me paguen por enseñarle a nadie a poner un preservativo, si te vas a acostar conmigo cuidate vos. Es volver a recargar en las mujeres la noción del cuidado.

Para el abolicionismo sin clientes no hay trata, ¿cómo se lleva esto a una ley?

La frase está fuera de foco. Cuando dice: Sin clientes no hay trata. ¿El cliente del tratante quién es? No es el que paga a la chica, es el que la compra/negocia. Las prosexo nos tratan de caza de brujas o prohibicionistas. Sin prostitución no hay trata. ¿Para que se la trata a la compañera, a la travesti o a la mujer? Para prostituirla. El cliente del tratante no es el que va a tratar con el cliente que va a pagar a ella. Entra en trato con el dueño del cabaret, ése es su cliente. Lo que debe abolirse es la prostitución. El gran debate es sobre la prostitución.

¿Qué implica en ustedes la prostitución?

Acá no se separa el debate entre las mujeres y las travestis, que son dos debates completamente distintos. No hay un discurso desde el feminismo sobre la prostitución de las travestis: Por el lado que lo mires tiene características terroríficas. Primero porque se trata de niñas entre los 8 y 14 años, la edad que nos comienzan en esta situación, segundo tiene características racistas porque se exige de nosotras una determinada corporalidad, una forma de ser; y tercero la negación de todos los derechos. Cómo el Estado va a pensar políticas públicas si dice: bueno ustedes están para la prostitución. No se nos reconoce como víctimas.

No voy a defender la prostitución como autonomía. Si nos quieren correr por izquierda con la libertad de los cuerpos, si alguien pagó caro, somos nosotras en travestir un cuerpo en situaciones ilegales, en condiciones de marginalidad. No es ninguna libertad. La prostitución nos dejó pérdida de la autoestima, la anulación como personas.

Algo que lamento es que las travestis sólo podemos ser consumidas dentro de un marco prostitucional y fuera de él no entramos en la mercadotecnia del deseo. ¿Estas lesbianas feministas prosexo se acostarían conmigo? Yo me acostaría con ellas, son divinas.

¿Qué opinión te merece la inclusión del movimiento LGTTBI en una institución como el matrimonio?

La ley de matrimonio igualitario abrió el debate pero es más revolucionaria la ley de identidad de género. Nosotras la ley de matrimonio no la hemos trabajado porque considerábamos que no era una cuestión prioritaria para nosotras. Primero porque no creo en la institución del matrimonio, incluso el concepto de familia. La institución familiar es el modo de control más perfecto que encontró el capitalismo. Solo intervenimos en la parte final cuando la iglesia mandó la cruzada contra el matrimonio. Y consideramos que era un derecho para lxs que lo estaban reclamando. Públicamente nos expresamos a favor y lo reclamamos en solidaridad con quienes lo reclamaban. Entendíamos que iba a cambiar la subjetividad y aportar un valor simbólico. Pasado el tiempo sí dimos nuestras críticas.

¿Cómo ves la aplicación de las leyes en el territorio nacional?

Si tendría que trazar el mapa de derechos y desderechos en el país es totalmente desigual. Primero porque las luchas tienen su germen en Capital Federal y se logran en el Congreso Nacional. Las leyes son fáciles de sacar cuando hay una demanda concreta encarnada por muchxs, otra es cuando el Estado es receptivo a estas demandas y otra cuando esas políticas se implementan. Otras son las leyes que tienen que ver con las costumbres, que son las más difíciles de cambiar y que siguen operando en todo el país porque todavía faltan leyes de fondo, por ejemplo, la educación.

Que ahora nosotras podamos ir a la escuela con nuestra identidad no quiere decir que se cambien las curriculas ni los contenidos. Si la escuela va a seguir siendo sexista, heteronormativa, si va a seguir sosteniendo corporalidades con presunciones de sexualidades de primera y de segunda, así la escuela va a seguir siendo expulsiva y no se van a modificar de fondo las cuestiones que deberían cambiarse.

Mientras que no se desmantelen los feudos provinciales, mientras que las personas tengamos que vivir exilios internos y venirnos a la gran ciudad, mientras que las lesbianas se tengan que esconder por temor a ser echadas de sus trabajos, mientras que las travestis sigamos condenadas a la prostitución como única forma de supervivencia, mientras que no se desmantele todo eso, no va a haber un país absolutamente igualitario e inclusivo.

¿Cómo funciona la Cooperativa Nadia Echazú?

La cooperativa funciona maravillosamente pero no tiene el reconocimiento que debería tener. Hermos capacitamos a 60 travestis en el tema del empleo y les hemos brindado una oportunidad distinta a la prostitución, incluso después de ahí se han formado otras cooperativas. Lo gratificante es el haber generado un espacio de pertenencia y de construcción de la autoestima, y ni hablar del impacto que tuvo en la propia comunidad travesti esta experiencia.

Críticas a los medios masivos de comunicación…

Muchísimas. Ahora estamos esperanzadas con el fallo de la corte; que la democratización de los medios sean realmente democráticos. Los medios contribuyeron a una imagen negativa sobre nosotras. Siempre con connotaciones racistas, discriminatorias. Nos dan las páginas amarrillas, lo sensacionalista.

Otro tema son las mesas de expertos, que hablan de nosotras, que nos analizan y nos conceden una cuestión de humanidad, como si nosotras no podríamos pensarnos a nosotras mismas. En general a los medios les falta diversidad, es sexista, discriminatorio. Somos parte del show bufonesco de la televisión. Y el lenguaje no es inocente, con constantes chistes homofóbicos.

Presidenta en el 2015…

En cualquier lugar de poder que esté una feminista no es lo mismo que no esté. Cambia la visión de hacer política. El gran avance va a ser cuando nosotras estemos en algún lugar de poder. No hay ninguna travesti en un lugar de toma de decisiones. Es cambiar el sentido de lo que se piensa de nosotras. No tenemos educación académica, no logramos instalar una agenda propia. Hay que tensionar a la política. Que la sociedad piense qué significaría tener una presidenta travesti y si sería juzgada por mis buenas o malas políticas o por mi sola condición de travesti.

Por primera vez las travestis estamos teniendo un corte generacional, travestis que viven en democracia, que han vivido su travestismo sin ser arrestadas, con documento, eso me alucina. En mi vida me imaginé estas cosas. Van a tener otro tipo de exclusiones pero no las que nosotras tuvimos. Van a tener otras herramientas de defensa, un Estado que las reconoce, modelos donde construirse… no van a ser los modelos que muestran los medios para mufarse o en las páginas amarillas.



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