Neuquén: contra el genocidio de ayer y de hoy

Más de diez mil personas marcharon el 24 por las calles neuquinas en contra del golpe de estado formalizado hace 29 años. También se repudiaron los métodos propios del terrorismo de estado aplicados últimamente en esta capital para amenazar a dirigentes gremiales, las defensoras de la niñez y la adolescencia, diputados, etc., concretados en el secuestro de la esposa de un ceramista de la Fábrica Fasinpat-ex Zanón, quien fue levantada hace unas semanas en un Falcón verde, símbolo nefasto que nos retrotrae al secuestro sistemático de personas cometidos durante la última dictadura militar.

A 29 años de aquel repudiado golpe militar Neuquén puso en la calle toda su fuerza, unidad y conciencia política para repudiar los métodos de ayer que son aplicados en las represiones de hoy, los métodos de ayer que son recuperados por los gobiernos de hoy para aplicarlos sobre todos los sectores que luchan.

Como es su costumbre las Madres de Plaza de Mayo, comenzaron la marcha con absoluta puntualidad, a las veinte todas las organizaciones sociales, de derechos humanos, organizaciones políticas, estudiantiles, de base, gremiales y sindicales, trabajadores en lucha, desocupados, artistas, periodistas, se fueron ubicando detrás de la bandera convocante de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. No parecían tantas personas al comienzo, la dispersión de los grupos no permitía calcular un número, finalmente a medida que las columnas avanzaban el número se fue precisando. Diez cuadras colmadas de gente. Decenas de banderas de los distintos sectores y un ambiente que manifestaba la organización y la unidad todos.

La movilización partió del Monumento al General San Martín, luego recorrió la principal avenida para llegar al Monumento a la Madre, aunque el momento más esperado fue el Comando de Ejército, en donde la multitud resonó al solo grito de «asesinos», «y ya lo ven los represores de hoy son los mismos que en el 76», «como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar». Pese a la numerosa custodia policial, más de cien uniformados, no hubo que contar incidente. Se quemaron muñecos que hacían referencia a la gorra militar, se escribieron grafittis («ni votos ni botas») y se corearon consignas en contra del gobierno nacional y el provincial de Jorge Omar Sobisch. Los obreros de Zanón garantizaron un cordón humano para evitar el choque.
Ya en las escalinatas del monumento comenzaron los discursos de los organismos de derechos humanos. «Si el gobierno provincial no garantiza los derechos para todos, si no investiga las amenazas a los que luchan, deberá asumir toda la responsabilidad política e institucional y por tal motivo deberá responder frente a la sociedad» decía la Asamblea por los derechos Humanos de Neuquén. El Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh) centró su discurso en contra de las amenazas, apuntó como responsable de esto al gobierno provincial, se manifestó en contra del encarcelamiento a los que luchan y la represión. Zainuco, organismo que defiende los derechos humanos de los presos, hizo referencia a la situación de vulnerabilidad total en la que viven los presos hoy y la violación sistemática de sus derechos. Hijos Alto Valle, comenzó sus activides más temprano al pié del monumento, el motivo: la organización cumplió diez años de existencia y en el documento más aplaudido de la noche afirmaron que encontraban a sus padre en la lucha de todas las fábricas que han sido recuperadas por los trabajadores, en la lucha de los estudiantes por una educación pública y gratuita, en la lucha de todos los sectores que salen a defender sus derechos. Finalmente las Madres de Plaza de Mayo hicieron referencia a todo lo acaecido en estos días en Neuquén e explicitaron sobre la responsabilidad de los gobiernos provincial y nacional por no tomar decisiones políticas que den respuestas a los sectores que reclaman por lo que les corresponden, «hoy hemos estado acompañados de nuestros hijos» dijo Inés Ragni «les presento a Juan, Miriam, Oscar, Estela, ellos están acá con nosotros» continuó mientras señalaba las fotos de los desaparecidos que habían sido colgadas alrededor del monumento, «los milicos de hace 29 años son los mismos que hoy» sentenció «esto es para Sobisch y Manganaro y por qué no para la rectora de la Universidad del Comahue». Lolín Rigoni, también de la asociación, hizo referencia a la cantidad de personas que estaban en la marcha y agregó que «las madres siempre decimos que la militancia no se agradece y acá somos todos militantes» y solo en su voz afloraba la gratitud.

Cierto es que al cumplirse 29 años del Golpe Militar son muchas las realidades que golpean a los neuquinos. Amenazas que han llegado a la concreción, tal es el caso de la esposa de un ceramista que fue secuestrada en un Falcón verde, le cortaron la cara con un bisturí y con un ensañamiento total fue por segunda vez golpeada y amenazada y en esta semana la quisieron asfixiar. En estos días, un grupo de fanáticos de la fascismo, reivindicando a la dictadura del 76, enviaron amenazas de vida, por escrito al gremio de judiciales, les pedían que se dejen de joder con el gobierno neuquino. Si estos métodos no son propios de los utilizados durante el terrorismo de estado, por lo menos tienen un gran parentesco. Y ese parentesco obliga a contar con toda una decisión política de liberar zonas, de apuntar a personas, de materializar amenazas y eso tiene un costo. Nadie por más mano de obra barata que sea se arriesga a tanto por nada. Por eso también aparecen las sospechas fundadas de la complicidad del gobierno en estos hechos, la utilización de la fuerza policial bajo las órdenes de Manganaro, Ministro de Seguridad y Trabajo. Por supuesto que la justicia provincial mira para otro lado cuando todo esto sucede y garantiza la total impunidad. Si eso no es terrorismo de estado, qué es.

Nos matan y lo hacen con nuestro propio dinero. A 29 años del golpe militar el aparato represivo continua intacto, necesitan que estén libres los represores de ayer para usarlos en las represiones de hoy. Pero este Neuquén no tiene miedo, mientras más se acrecienten las amenazas, más crecerá la organización y la lucha. Porque hoy más que nunca se levantarán firmemente las banderas del NUNCA MÁS. Y eso quedó demostrado en la marcha del 24 de marzo de ayer, cuando la multitud repudió al genocidio de ayer y de hoy.