15/11/2018

Nación Mapuche / Chile: Para ejercer la soberanía de los pueblos, todos se manifiestan este 15 de noviembre

Tanto organizaciones mapuche, como chilenas; tanto indígenas en resistencia, como mestizos en lucha, han resuelto reunir el grano, agrupar la primavera y concentrar la voluntad contra los efectos criminales del régimen capitalista en el territorio del Pueblo Nación Mapuche y en las zonas de sacrificio que destruyen humanidad y naturaleza. Por Andrés Figueroa Cornejo.


Como se argumentó en otras notas, es el desenvolvimiento real de la recomposición del movimiento popular en los pueblos que coexisten en territorio chileno, o sea, es el proceso genuino de lucha concreta lo que conjuntará paulatinamente las resistencias sociales frente a la crisis de acumulación, reproducción y los intentos desesperados de la mantención de la tasa de ganancia de los monopolios corporativos. En Chile y en el Wallmapu, la forma que adquiere la destrucción de comunidades y biodiversidad, se llama industria extractiva, sea forestal, hidroeléctrica, pesquera, agroexportadora, minera.

En lo contingente, en lo que cambia rápidamente, el ambientalismo consecuente se dio cita este 15 de noviembre en en todo Chile (en Santiago, en la Plaza Italia a las 19.00 horas), para solidarizar activamente con las comunidades de Quintero-Puchuncaví que sufren los estragos tóxicos y mortales del cordón industrial de esa zona, que ya cobró la vida del dirigente de los pescadores Alejandro Castro, cuya muerte aún no está esclarecida, pero las sospechas caen como plomo sobre los intereses de las grandes empresas contaminantes del territorio.

Sin embargo, el 14 de noviembre, y esta vez se trata de la resistencia estructural, orgánica, ancestral del Pueblo Nación Mapuche, fue asesinado por el Comando Jungla de carabineros, el joven comunero Camilo Catrillanca, mientras otros permanecen heridos de gravedad. La infamia gatilló inmediatamente una convocatoria, también en todo Chile, contra la militarización fascista del Wallmapu en resistencia, para el mismo día, en el mismo lugar y a la misma hora, al menos en la capital chilena.

¿Se niegan ambas luchas? No. Por el contrario, ambos movimientos resolvieron conjuntarse y confundirse virtuosamente contra el enemigo común: el régimen capitalista en su forma extractivista, determinada por la situación de Chile en la división internacional del capital y del trabajo como economía primario exportadora. Esto es, vendedora de materias primas, parte esencial de la composición orgánica del capital (tecnología, materias primas, fuerza de trabajo, o trabajo muerto y trabajo vivo).

La administración gubernamental de ultraderecha en el país andino es otro accidente, en una época signada por el derrumbe de las democracias representativas y liberales, y la franca y abierta dictadura de los monopolios empresariales. Hay quienes aún hablan de oligopolios, pero lo cierto es que, en medio de una competencia intercapitalista frenética y voraz, la tasa de ganancia y, en consecuencia, los precios de la mercancía (que no su valor) son impuestos unilateralmente mediante las colusiones, como por la propia competencia. Aquellos capitalistas que no soportan la competencia, simplemente deben aliarse o fundirse en ella, o perecer. Y los monopolios tutelares en la actual fase, se encuentran en el momento financiero (venta de dinero con interés, o sea, deuda) de la formación capitalista, en las principales bolsas del planeta. Allí caen, sobreviven o dominan los monopolios corporativos centrales del mundo.

En gran parte del globo, los monopolios empresariales, cada vez más concentrados (y esto no tiene que ver con “los más ricos”, sino que con los cada vez menos dueños de las materias primas (el suelo), la tecnología (el conocimiento técnico súper especializado) y la fuerza de trabajo, objetiva y positivamente desde la crisis de los 70 del siglo pasado, ya no pueden tolerar en sus regímenes políticos aparentemente “democráticos” ni siquiera reformas. ¿Por qué? Porque debido al propio desarrollo de las fuerzas productivas que ha copado los mercados a escala mundial, se ha llegado a un punto en que les resulta imposible obtener las mismas utilidades que obtenían antes.

En fin. La contradicción de la época se ubica entre la sobrevivencia de la humanidad y su ecosistema versus la subsistencia del régimen capitalista en su era (auto)destructiva.

Este 15 de noviembre, aunque aún se trate de una minoría activa, se inaugura en Chile lo que ya se venía, pero no terminaba de verse: la lucha explícita por el ecosocialismo, movimiento que conjunta el antifascismo, el anticapitalismo, el antiimperialismo, el feminismo de lucha, el ambientalismo consecuente, la resistencia mapuche, la crítica práctica contra el desarrollismo consumista y la exigencia de socializar todos los aspectos de la vida.

La misión es multiplicar por abajo y por las que se consideran clases medias el movimiento arriba caracterizado. Ahí está la voluntad reunida de la lucha de clases, la imaginación popular, las pistas del proyecto emancipador y la promesa de la libertad plena. Ya no desde sujetos sociales “integrados” en la institucionalidad, sino que “integrales” en el combate multidimensional por la liberación de las y los oprimidos, y cuya condición material es la igualdad social, que no tiene nada que ver con el igualitarismo.

La Historia, en desarrollo.



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