10/10/2018

¡Y siempre!

A dos años del femicidio de Lucía Perez, la familia convocó realizar dos marchas en Mar Del Plata. Una se realizó ayer por la mañana, en el Barrio sur donde fue hallado el cuerpo sin vida de Lucía y la otra por la tarde en el centro de la ciudad. El 30 de octubre arranca el juicio contra los imputados: Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel. Por corresponsal popular para ANRed


El viento sacudía fuerte en la costa del barrio Playa Serena de la ciudad de Mar Del Pata. Sacudía fuerte, porque eran las once y media de la mañana, porque al viento aunque no haga frío, le pintó andar por la ruta 11, porque al viento, aunque en esta ciudad, por una hora, no haga frío, vino ese 8 de octubre, que se cumplían dos años de que mataron a Lucía Pérez, una joven de 16 años, que quienes lo hicieron la llevaron casi muerta a la salita de ese barrio.

¿Y por qué el viento? Porque Lucía era rock, era un pogo de los redondos, era esa canción que se escuchó en la ruta del barrio Alfar (lugar donde la mataron) cuando recién pasó todo: “son pájaros en la noche, que oímos cantar y nunca vemos”.Y dos años después, este sur de Mar Del Plata, que se presume de “tranquilo” vuelve a recordarla ahí en la entrada del barrio Playa Serena, que con viento fuerte que le vuelan los carteles de Natalia Melmann colgados en el cuello, bajan del colectivo Laura y Gustavo, papás de Natalia, una joven que también fue víctima de femicidio hace 17 años en Miramar.

Entonces viene Marta y Guillermo, Padre y Madre de Lucía, se abrazan les cuatro y viene Matías, el hermano de Lucía, también joven, que agarra las banderas de su hermana para dar inicio a la marcha que se dará por la ruta hasta el barrio Alfar que es donde pasó todo.

Vienen más personas, vienen los medios, y como una ola, calma como la que se ve en la costa, caminan la ruta. Esa ruta rodeada por momentos de árboles, de playas públicas y privadas, rutas de paso para algunes, ruta oscura y vacía de noche y de día en invierno.

Llegan al barrio Alfar, entran y se dirigen hacia la parada de colectivo donde la asamblea “Brotando Lucha” hizo un mural con su cara. El papá de Natalia pone margaritas en un costado de la cara de Lucía. Dejan los carteles con las caras de los responsables: Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel.

Marta y Guillermo, en compañía de María Inés (presidenta de la sociedad de fomento e integrante de la multisectorial de la mujer) agradecen el estar, la fuerza.

“Estamos a una cuadra nada más de donde sucedió el hecho que repudiamos claramente y que agradecemos que sigan acompañando a los padres porque realmente esto que se generó ese 8 de octubre marcó muchísimo la historia de los marplatenses, fue un día muy doloroso y creo que a nivel mundial, porque en todos lados salió esto. Por eso agradecer a cada mujer que lucha desde su espacio, agradecer a los papás de Natalia Melmann acá presentes que también vienen acompañando en otros casos y seguimos pidiendo justicia por ella también” manifestó María Inés, y Marta, con un ramo de flores en la mano agradeció el coraje de los testigos que van a declarar este 30 de octubre en el juicio, y cerró  “Lucía nos está mirando y dando las gracias por toda la lucha que hacemos por ella y por todas las lucías.Se que está orgullosa de todo lo que hacemos por ella. Le agradecemos mucho desde el alma y el corazón. Síganos acompañando y seguimos en la lucha para siempre”.

La manifestación cerró con una docente del barrio Playa Serena cantando “Honrar la vida” con su guitarra criolla.

Llenar de Lucía Mar Del Plata:

Seis de la tarde del mismo lunes ocho de octubre. Ya no es viento ni sol la ciudad. El cielo se pone negro, y mientras organizaciones, familias e independientes se concentran en el monumento San Martín, se larga la lluvia. Llueve fuerte. Pero nadie se mueve. Las personas en ronda cantan de pie, una y otra vez, por más que las gotas se les mezclen con las lágrimas, que los paraguas no alcancen, igual están ahí.

Personas de todas las edades, les llueve la cara y la ropa, abrazan a la mamá de Lucía y mamá de Analía Aros (que a su femicida le dieron perpetua hace menos de una semana) que están juntas bajo un paraguas.

Todo es agua, hasta los carteles, pero las letras no se borran. Entonces una voz grita: marchamos igual. Y se marcha. Con los pies rápidos y el canto lleno. Con las banderas agarradas y los charcos en las esquinas.

Con esta Mar Del Plata que a la mañana es una cosa y a la tarde otra. Se marcha, igual, por la calle Luro, doblando por Santiago Del Estero, después por Rivadavia y finalmente otra vez al monumento.

Con las caras hechas agua. Y las familias que miran a la ola de gente. Con el Lucía Perez, presente, Natalia Melmann, presente, Analía Aros, presente ahora y siempre para después dar un segundo de silencio a esa tormenta y que empiecen las lágrimas cuando la mamá de Lucía habla, y continuarlas con quienes tiene al lado: su compañero y padre de Lucía, la mamá de Analía Aros, el papá de Natalia, familiares del barco “El repunte” y familiares del caso Gianelli (una escuela donde varies niñes sufrieron abuso por una maestra).

Y con la voz entera ante el megáfono, la mujer familiar del repunte insistió: “en ese juicio nos tienen que escuchar, tenemos que hacerlo masivo de acá al 30 de octubre, tenemos que llenar las redes de Lucía, tenemos que llenar Mar del Plata de Lucía”.

 



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