Fósforos Rotos: ¿y la CGT? ¿Dónde está la CGT?
Hace algunos días se volvió viral un video donde el comediante y guionista Pedro Saborido explica una metáfora sobre los sindicatos y su importancia. Mientras el video circulaba, incluso compartido por la propia CGT, la mayoría trabajadora que desde hace años se viene empobreciendo cada vez más, enfrenta un ajuste de una violencia sin precedentes desde la vuelta de la democracia. Por Ramiro Giganti (ANRed)
El ataque a la clase trabajadora
Los números son tremendos y se actualizan para peor con el paso del tiempo. La inflación, que con la devaluación anunciada en diciembre por el nuevo gobierno tuvo un nuevo impulso, lleva una acumulación interanual del 276,2%, sin la pertinente recomposición. Desde la asunción de Milei, la inflación acumulada es del 68,2% en solo tres meses. Ninguna recomposición de ningún gremio siquiera se le acerca, en los muy pocos casos donde hubo algún tipo de recomposición.
Los ataques verbales hacia toda la clase trabajadora y en particular a quienes se organizan para defender sus derechos se materializan en despidos y represión. Los ejemplos son tantos que esta nota se volvería eterna.
El último día hábil de marzo fue un infierno para gran parte de la clase trabajador y no se limita al sector público: miles de cierres y despidos, modificaciones en los contratos precarizando a quienes trabajaban hacía años. La confusión mediática a través de las “fake news” haciendo creer que “son todos ñoquis” mientras recortan a sectores estratégicos como el CONICET, las universidades públicas, el Servicio Meteorológico, el ENACOM o los medios públicos, por solo mencionar algunos.
Las bajas en el Potenciar Trabajo, el anuncio del cierre de 11.000 cooperativas, pero también los parates con despidos y suspensiones en plantas industriales (del sector privado) dan cuenta de una situación de extrema gravedad.
Los fósforos rotos
En un video que se viralizó recientemente en redes sociales, el comediante Pedro Saborido cuenta desde un ejemplo que, según él, se lo enseñó un tío que lo había aprendido en la escuela en 1949. En el mismo, le da un fósforo a otra persona (Pedro Rosemblat) pidiéndole que lo rompa, algo que hace fácilmente. Pero luego le da muchos fósforos juntos, le pide que haga lo mismo, pero en esas condiciones resulta imposible romperlos a todos juntos.
La metáfora de los fósforos representa lo importante de la unidad para enfrentar a sectores de poder. En este caso explica la importancia de los sindicatos para llevar a cabo dicha unidad de la clase trabajadora en la acción.
Muchos sectores se enfrentan a los despidos y logran visibilizar parcialmente su problemática. Pero son fósforos aislados que, si no reciben el apoyo de muchos otros, se quiebran. Cada reclamo es un fósforo en un lugar. Hay muchos fósforos dispersos que a lo sumo se unen uno con otro, pero no llegan a ser los suficientes para no romperse. ¿Cómo unirlos a todos? La respuesta aparece en los reclamos de estas luchas y en las movilizaciones callejeras: paro general.
La respuesta está en las principales centrales obreras, pero parecen no hacer eco más que difundir ese video en las redes sociales, mientras continúa la inacción. Cualquier parecido con el accionar “twitero” del presidente ¿es coincidencia?
¿Y el paro? ¿Dónde está el paro? Central obrera “los hijos de yuta”
Guionado por Pedro Saborido, quien protagoniza la escena de los fósforos, en un reconocido sketch del programa Peter Capusotto y sus videos el protagonista va a una pizzería y espera pacientemente la comida que no llega. Cuando finalmente llega es en un estado deplorable. Algo así sucedió con el ensayo de paro, que fue más una movilización que un paro, el pasado 24 de enero.
La conocida escena simula la publicidad de una pizzería llamada “los hijos de pu..”. Mientras la clase trabajadora espera un llamado que no llega, el hambre y el malestar se multiplican. Por su parte, el sector mayoritario de la oposición partidaria y la CGT solo ofrecen videos y escenas de comedia.
Bajo el grito de «poné la fecha« que irrumpió desde las bases, hace algunos años a la CGT se le perdió un atril. Tal vez esos fósforos, algunos rotos, otros no, mantengan la pólvora en sus cabezas… tal vez la dirigencia de las centrales obreras y los partidos presuntamente opositores, deberían tener en cuenta esto.