Vórtice: lo nuevo de Juan Iñaki
Foto: María Eugenia Verón
En su séptimo trabajo, que presentará en vivo el 16 de marzo en Buenos Aires y el 27 de abril en Córdoba, el artista logra una conciliación entre la turbulencia y la calma, lo folclórico y lo diverso, lo acústico y lo electrónico. Allí, comparte el espacio con una notable variedad de colaboraciones, que incluyen a Susy Shock, Paola Bernal, Jenny Náger, Mery Murúa y la vibrante Murga del Desasosiego, que se formó especialmente para esta ocasión. “Es un disco de auto rescate de un momento turbulento, un viaje a mi propio interior para reencontrarme con mi deseo, con cómo quiero mostrarme en este mundo, con mis decisiones artísticas, políticas y afectivas”, comenta en esta entrevista donde nos habla del disco, su historia como artista, la difícil coyuntura actual, y nos anticipa algo de lo que serán sus presentaciones en vivo. Por Ramiro Giganti (ANRed).
Obertura
«En el centro de un torbellino se encuentra mi alma…»
Juan Iñaki nació en Córdoba, Argentina. Estudia canto desde los once años y a los trece grabó su primer disco. Su carrera profesional lo llevó por todo el país. Se formó en canto lírico, percusión, teatro y cursó la licenciatura en Composición Musical en la UNC. Fue integrante de los Coros Polifónico y de Cámara del Teatro San Martín de Córdoba y solista de la Misa Criolla en diversos escenarios del país.
«Mis inicios fueron en los 90, en aquel movimiento que algunos recuerdan como folklore joven, con Soledad a la cabeza. Había una moda de niños cantando música folklórica. Yo venía estudiando canto desde los once y cantando como invitado de un grupo tradicional, dos o tres canciones dentro de sus shows, en peñas. Aparecieron las primeras ofertas importantes y eso fue lo que me permitió llegar a Buenos Aires por primera vez. Para mí era difícil responder la pregunta «¿porque cantás folklore?», porque si bien era algo que en casa sonaba, y mi madre amaba, no era lo principal. Tengo más recuerdos con la música brasilera que con el folklore en aquella infancia, que era un gran acuerdo de mis padres. A mi papá le gusta mucho el jazz, eran músicas que de manera más o menos directa, fueron instalándose en mí como una información determinante. Después de hacer los dos primeros discos, terminé el secundario e ingresé a la Universidad. Es ahí a donde llego a la formación lírica y al contexto académico. Jamás pertenecí a él; como cantante asumo muchísimas propuestas dentro de contextos académicos y me encantan, esa info vive en mí como una información más, no como algo absoluto». respondió ante la pregunta sobre sus inicios en la música y sus primeros pasos.
Lo suelto
«Todo aquello a lo que hasta ayer me aferré…»
Juan Iñaki cantó y grabó junto a artistas nacionales e internacionales como Lila Downs, Raly Barrionuevo, Chango Spasiuk, Susy Shock, Kepa Junkera, Julia Zenko, Raúl Carnota, Uxía, Jorge Fandermole y Suna Rocha, entre otros. Abrió dos veces los shows de Caetano Veloso en Córdoba. Realizó dos giras por Brasil con el grupo Caixa da Música y seis giras por Europa como solista en festivales y mercados. Además, protagonizó el musical Los Miserables en Quito, Ecuador durante dos temporadas, en el rol de Jean Valjean.
Tas conocer y habitar el «mainstream», optó por un camino mas íntimo e independiente. Corriéndose parcialmente de las imposiciones del mercado para forjar su propio camino.
«En su momento, fue una razón de fuerza mayor. Tenía dieciséis años, había hecho un disco para EMI que había cubierto ampliamente mis expectativas, pero no las del sello. Venía de tener una estructura importante de trabajo, de llegar a los medios nacionales. Muchas puertas que hoy permanecen entreabiertas, se abrieron en aquel tiempo. Tuve una crisis grande y necesité bajarme un rato, ingresar a la facu, explorar la música, no trabajar. Fueron años de tener un vínculo muchísimo más experimental. La UNC, el Coro Polifónico del teatro San Martín, proyectos de MPB que integraba no como solista sino como un miembro más. No sé si fue feliz, pero determinó un trazado que en mi cabeza comenzaba a tener forma: qué artista quería ser. Fue por ese tiempo que dejé de romantizar las decisiones artísticas y a darme cuenta de que en ellas se jugaba un modo de vivir también.»
Además de su proyecto solista, ha sido invitado por diversas orquestas y bandas académicas, destacándose la Orquesta Nacional de Música Popular Juan de Dios Filiberto, para diversas presentaciones en el CCK y otros escenarios, y la Banda Sinfónica de la Provincia de Córdoba. Desde hace veinte años es solista de la Misa Criolla con diferentes directores y elencos, de las que se destaca la realizada junto a su autor, Ariel Ramírez en 2004 en Córdoba, y el concierto en el Centenario de Ariel Ramírez, compartido con su hijo Facundo Ramírez, el año pasado en San Francisco, Córdoba.
Desde el filo de la noche hasta la luz del sol
«Necesito conservar la paz»
En la oscuridad de la pandemia se desarrollaron las principales ideas de Vórtice. Lo ecléctico armoniosamente suturado donde conviven las raíces folclóricas que Iñaki lleva desde niño hasta la conexión con otros ritmos latinoamericanos. Hay influencias de música brasileña, afro, jazz. Hay murga uruguaya, desasosiego, sol, lluvia, llanto y sanación. Lo acústico se encuentra con lo electrónico. Allí, donde Ney Matogrosso o Caetano se encuentran con el flaco Spinetta o esas melodías del Charly de los 70s. La pluma de Pessoa, las palabras de Susy Shock, todo convive en un gran abrazo al que Juan Iñaki nos invita.
«Quería juntar las informaciones que me estimulan. Armé un collage de cosas que sentía que, en su lejanía y diversidad, podían convivir con belleza y contar quien soy. Me esmeré en hacer de esas diferencias un concepto, una unidad. Hay dos condiciones fundamentales en las presencias del disco: instrumentos y afectos. No elegí nombres ni conveniencias. Cuando pienso en alguien con quien compartir, me impulsa el instrumento que escucho o veo de esa persona, y que me inspire afecto, que sienta que es parte de mi tribu creativa (al menos por ese rato). Es un disco de autorescate de un momento turbulento, un viaje a mi propio interior para reencontrarme con mi deseo, con cómo quiero mostrarme en este mundo, con mis decisiones artísticas, políticas y afectivas. La pandemia acentuó esa necesidad de profundizar en el adentro (de hecho ese fue el primer nombre que el proyecto tuvo), comencé el proyecto en ese contexto y está impregnado de todas las preguntas de ese tiempo.»
Hojarascas
«Furioso ejercicio la de no pisarnos la memoria»
En el medio del vórtice, como eje de todo el disco, se encuentra Hojarascas, un poema de Susy Shock adaptado y musicalizado por Juan Iñaki.
«En el primer albor post pandémico, la contacté, la invité a armar una gira para ese verano, y Susy con ese amor descomunal, se prendió. Ella, Andre Bazán y Caro Bonillo. ¡¡Fue la felicidad esa gira!! Antes de irse me regaló «Hojarasca». ¡Tocamos hasta en mi propia casa! Quedamos con ganas de ir un poco más allá y me propuse musicalizar textos de ella. Lo leí, me sacudió. Lo acomodé en coplas entero, seleccioné las que más me parecían que resumía el espíritu y la musicalice por chacareras. Es el único género del disco en el que ceñí a una estructura, fue un desafío compositivo que me dejó satisfecho. Pero, obviamente, no podía portar yo esas palabras: la convoqué y, con el amor y la generosidad de siempre, me envió el libro de punta a punta. Seleccioné de esa abundancia los momentos que mejor convivían con las coplas, y ahí terminó de aparecer esta posibilidad que es Hojarascas: chacarera, canción y libro», comenta en relación a esta pieza que forma parte del disco, pero que también refleja una postura ante el mundo. Un lugar que no tiene por qué ser encasillado, pero que existe.
Juan Iñaki junto a Susy shock
Desde las hojarascas, y la presencia de Susy Shock, Vórtice se vuelve rebeldía y da ese paso para hablar de lo que hay fuera del disco. Del malestar presente, pero también de las trincheras. De lo que queremos, pero también de esta «humanidad que no queremos ser mas», de eso que no se cambia de a pedacitos.
Allí, en Hojarascas, Juan y Susy dicen presente, cantando lo que está ausente.
«grita la pregunta sudaca en el medio de la nada ¿Cómo se mata a una sola de nosotras sin matarnos a todas? y el diario canalla, y las redes sociales canallas… es decir: todas las personas canallas, desconocen en las muertes como antes desconocieron en las vidas»
En estos tiempos difíciles el arte presente en Vórtice no es ajeno a lo que sucede. En tiempos de violencia, de ataques a todo lo distinto (algo que no es nuevo pero parece profundizarse) Hojarascas sienta posición. Desde allí, y vale decirlo, en vísperas de nuevas jornadas de 7 y 8M y de un nuevo aniversario de la desaparición de Tehuel, Juan Iñaki se expresa: «justamente lo que me sacudió de Hojarascas es la síntesis de la lucha trava: furia, ternura y estoicismo. Comprendí que era lo que me alucinaba de ese mundo que no habito: no tienen nada que perder, porque nunca habitaron lo instituido. Poseen la maestría de quien prescinde de todo, la irreverencia de abrazarse a sí mismas (y entre sí) en un contexto cada vez más violento contra todo aquello que resista a ingresar en la norma y el dogma. No son funcionales a absolutamente nada que no sea su propio deseo y condición, no especulan. Y lo que más me conmueve y me da fé en el movimiento, es la profunda ternura para dar la lucha de cada día. En medio de la carencia y el interés, entre la violencia atroz de la calle y el morbo mediático, las disidencias de género muestran sus cuerpos como una verdadera conquista, del mismo modo que las mujeres lo hacen. No hay en ningún rincón del inabarcable territorio del patriarcado posibilidad alguna de convertir el cuerpo en territorio de amor y lucha como nos enseñan las disidencias y las mujeres. Abrazo, camino a la par de esas luchas, me siento al abrigo de esos movimientos, sin integrarlas. No porque no quiera, sino porque no me asiste. Pienso que la empatía se trata de ello. «Que otros sean lo normal», dice Susy, y yo suscribo palabra por palabra».
El desasosiego, la plegaria y el fuego
«Que la culpa no la tiene el fuego, son la mano del hombre sembrando el miedo»
En estos tiempos difíciles y, parafraseando al disco, turbulentos, resulta éticamente difícil no preguntarle a un artista por todo o que estuvo pasando en las últimas semanas. Sobre todo porque las, les y los artistas se encuentran en el blanco de las arremetidas. Desde el desfinanciamiento hasta el ataque directo a organismos autárquicos la cultura es violentamente agredida tanto desde la palabra como desde las medidas del nuevo gobierno.
«Este gobierno no es metafórico en su expresión, es absolutamente concreto: esto es una batalla cultural declarada. Y el blanco ofensivo es el sector artístico. Tienen absoluta conciencia del poder conductual del arte y les asusta. Necesitan combatirlo hasta dialécticamente. La buena noticia es que no están entrenados con este tipo de oponentes. Saben pelear contra medios de comunicación, contra colores e ideas políticas. Pero no contra un oponente tan efímero como inabarcable. Es un gran monstruo de aire el oponente que intentan derribar. Ni la dictadura pudo conquistar esa lucha, con los intentos más impronunciables que guardemos en nuestras escasas memorias nacionales. El arte hará lo mismo que ha hecho toda la vida: filtrarse entre las grietas como la barba de piedra. El verdadero arte, el que nace de la genuina expresión y falta de condicionamiento de mercados e intereses, siempre sobrevivió de ese modo. Así será», comentó.
Ese «gran monstruo de aire», tiene sus puntos de encuentro. Uno de ellos se aproxima.
Ensayo de un encuentro
«…una lluvia de amor para la semilla»
Juan Iñaki se presenta el sábado 16 de marzo a las 20hs en La Tangente, Honduras 5317 (CABA). Para el mes siguiente tiene confirmada una presentación el sábado 27 de abril a las 21hs en Sala Platz, Maipú 350 (Córdoba Capital).
«La puesta es una prolongación visual y sonora del disco, trabajamos sobre los mismos colores y atmósferas que el disco arrojó», anticipa sobre lo que será la presentación en vivo: el próximo encuentro.
En este encuentro que se viene, Juan Iñaki anticipa algo pero guarda mucho para, así, dar lugar a la sorpresa.
«Comparto la producción de la puesta con mi compañero Agustín Betbeder, quien además de estar a cargo del estilismo, se comprometió con la producción artística del escenario; y el diseño de luces de Daniela Maluf. La banda está integrada por Pablo «Conejo» Rojas en guitarras, Nahuel Villegas en percusión, las voces y accesorios de Jenny Nager y Eva Gou, además de un puñado de invitades de lujo, pero que no puedo adelantar. Es un show estructurado como si fuese una pequeñísima ópera que involucra el disco entero, pero sin una historia lineal. La historia es Vórtice y las muchas voces que lo integran, más algunas pocas canciones de discos anteriores y de Jenny. Pretendemos que sea una experiencia interesante. Cuento para este periplo con tres grandes aliados: Los años Luz y No me grites (sello y productora del amor) y la prensa de Kari Nisinman. Destaco esto porque, en este tiempo, contar con equipos que crean en proyectos sensibles, es una gran suerte para mi.»
Ficha técnica de Vórtice:
1- Obertura: Adentro: (Juan Iñaki)
2- Lo suelto (Juan Iñaki)
3- En el filo de la noche (Juan Iñaki)
4- Luz do sol (Caetano Veloso)
5- Hojarascas (Poema de Susy Shock adaptado y musicalizado por Juan Iñaki)
6- Dos que se aman (Juan Iñaki)
7- Desnudez (Jenny Nager, inspirado en el Libro del Desasosiego de Fernando Pessoa)
8- Palabritas (Gabriela Borioli/Cecilia Fandiño)
9- Plegaria para que llueva (Juan Iñaki)
10- Ensayo de un encuentro (Franco Dall`amore)
11- La llorona (Anónimo popular mexicano)
Cecilia Fandiño: piano, teclado, voz, flauta, acordeón, arreglos de “Luz do sol”, “Hojarascas”, “Ensayo de un encuentro”
Franco Dall`amore: guitarras de 7 cuerdas, acústicas y eléctrica; voz, arreglos de “Ensayo de un encuentro” y “Desnudez”
Daniel Verra: bombardinos, trombón, arreglo de bronces de “Plegaria para que llueva”
Mario Tozzini: piano, arreglos de “Palabritas”
Juan Murúa: guitarras acústica, criolla, eléctrica, programaciones, voz y arreglo de “Lo Suelto”
Sergio “Chicho” Bazán: percusión, arreglos de percusiones en “Desnudez” y “Plegaria para que llueva”
Esteban Gutiérrez: percusión, arreglos de percusión en “Hojarascas»
Pancho Ragonese: piano, teclados, arreglos en “En el filo de la noche” y “Dos que se aman”
Jonatan Schenone: contrabajos
Invitados:
Susy Shock, Jenny Nager, Paola Bernal, Mery Murúa, Mono Banegas, Flor Sur Cello Trío (Eugenia Menta, Ana Herrera, Pablo Dolinsky), Nahuel Villegas, Giovanni Giorgi, Diego Marioni, Esteban Gutiérrez, Itatí Herrera, Florencia Jacobo, Agustín Betbeder, Murga del Desasosiego (Martín Cabrera, Manuel Yacopini, Manuel Huerta, Boris Sojak, Emilio Marano, Agustín Wolyniec, Bruno Perez Motter, José Gonzalez, Daniel Mariani), Karina Piscitello, Fede Pregno
Javier Pedrocca: Ingeniero de grabación, mezcla y diseño sonoro
Mario Breuer: mastering
Agustín Betbeder: estilismo, vestuario, producción de fotos, asistencia
María Eugenia Verón: fotos
Jimena Marturano: maquillaje
No me grites: Diseño gráfico, comunicación y management
Los años luz: Sello discográfico
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