La OIT aseguró que el desempleo mundial aumentará para 2024
Imagen: A24.
La Organización Internacional del Trabajo, a partir de la confección de un informe reciente, concluyó que la tasa de desocupación a nivel global se incrementará en el curso del año y, con ello, se profundizarán «las crecientes desigualdades sociales». A su vez, la investigación sostuvo que «el desempleo y la brecha de empleo han caído por debajo de los niveles anteriores a la pandemia» y que «el desempleo mundial aumentará en 2024». También estableció que «el aumento de las desigualdades y el estancamiento de la productividad son motivos de preocupación». Por Máximo Paz, para ANRed.
Bajo el título «Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2024», el organismo dependiente de la ONU que se dedica al conocimiento de las relaciones laborales a nivel planetario fijó según sus criterios el panorama mundial actual del empleo y la ocupación.
Allí concluyó que tanto la tasa de desempleo como la tasa de brecha de empleo -que es el número de personas desocupadas que están interesadas en encontrar un puesto de trabajo- han caído por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.
Tal informe indicó que si bien la desocupación y la tasa de brecha a nivel global lograron en 2023 una leve baja (5,1%) respecto a 2022 (5,3%), para este año la correlación será otra, previendo un empeoramiento en las perspectivas del llamado mercado laboral en trabajadores y trabajadoras sin ocupación y, por tanto, de sus ingresos.
El paper del organismo estimó que al menos dos millones de trabajadores y trabajadoras se encuentran en búsqueda laboral activa para este año, lo que llevaría al coeficiente porcentual al 5,2%, una décima arriba que 2023.
Imagen: Chequeado.
Los números de la desocupación, en el informe, procuraron grandes matices al dividirlos entre países. Mientras aquellos asignados como de «Alta renta» (de mayor productividad), en 2023 alcanzaron el 4,5% de desempleo, mientras, el conjunto de «Baja renta» (menor creación de plusvalía) fue del 5,7%. La tasa de brecha de empleo también tuvo sus números: 8,2% para los primeros, 20,5% para los segundos.
El ya extinguido 2023 dejó otras huellas traumáticas para las y los trabajadores. El informe las describe. Es que a pesar de disminuir rápidamente después de 2020, el número de trabajadores en situación de pobreza extrema (que ganan menos de 2,15 dólares por persona en el día) aumentó en cerca de un millón en 2023. Por su parte, la cifra de trabajadores ubicados dentro de la pobreza moderada (que ganan menos de 3,65 dólares por persona en el día) aumentó en 8,4 millones en 2023.
Estos guarismos se encuentran directamente relacionados con un flagelo que Argentina conoce muy de cerca: el trabajo informal. La OIT subrayó que los porcentajes de este tipo de empleo precarizado representan hoy cerca del 58% de la mano de obra mundial y que por lo menos para 2024 la situación presentará una suba o quedará estancada allí.
Entre los grupos sociales afectados sobresalen las mujeres y los jóvenes. Si bien la disminución en la participación por género había exhibido una gran mejora pospandémica a partir de una mayor convocatoria participativa a las mujeres, el organismo señaló que aún persiste una notable brecha de género, especialmente en las naciones emergentes y en desarrollo.
Imagen: Centro CEPA.
El desempleo juvenil parece seguir la misma problemática anterior. Y atravesarlo. La tasa de personas definidas como NEET (por sus siglas en inglés, es decir: que no estudian ni trabajan ni reciben formación ) sigue siendo alta, especialmente entre las mujeres jóvenes.
El informe también constató que las personas que se han reincorporado al mercado laboral tras la pandemia tienden a no trabajar el mismo número de horas que antes, mientras que el número de días de baja por enfermedad ha aumentado significativamente.
Tras un breve impulso pospandémico, la productividad laboral ha vuelto al bajo nivel de la década anterior. El informe también señala que, a pesar de los avances tecnológicos y el aumento de la inversión, el crecimiento de la productividad ha seguido ralentizándose. Una de las razones es que se han destinado importantes cantidades de inversión a sectores menos productivos, como los servicios y la construcción. Otros obstáculos son la escasez de mano de obra cualificada y el dominio de los grandes monopolios digitales, que impide una adopción más rápida de la tecnología, especialmente en los países en desarrollo y en sectores con predominio de empresas de baja productividad.
“Este informe mira más allá de las cifras principales del mercado laboral y lo que revela debe ser motivo de gran preocupación. Empieza a parecer que estos desequilibrios no son simplemente parte de la recuperación pandémica, sino estructurales”, declaró el Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo. “Los problemas de mano de obra que detecta suponen una amenaza tanto para los medios de vida individuales como para las empresas, y es esencial que los abordemos con eficacia y rapidez. El descenso del nivel de vida y la escasa productividad, combinados con una inflación persistente, crean las condiciones para una mayor desigualdad y socavan los esfuerzos por alcanzar la justicia social. Y sin una mayor justicia social nunca tendremos una recuperación sostenible”, concluyó.