04/01/2024

Un mes de gobierno con 48% de aumento en alimentos

Según el relevamiento mensual que realiza el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) en 850 negocios de cercanía de barrios populares de 20 distritos del conurbano bonaerense, una familia de dos adultos/as y dos hijos/as pequeños/as necesitó en diciembre 271.572 pesos para adquirir los alimentos indispensables (Canasta Básica de Alimentos) durante todo el mes, un 48,48% más que en noviembre, cuando precisó 182.905 pesos. Por Red Eco Alternativo.


Esta suba contribuyó a elevar fuertemente la variación anual, que ya venía muy alta (185% de noviembre 2022 al mismo mes de 2023). Así a lo largo de todo el año 2023 la CBA subió por encima del 323%.

En tanto, la Canasta Básica Total (CBT) que incluye, además de los alimentos, otros productos igualmente indispensables para la vida cotidiana de las familias y las personas, tuvo en diciembre una suba de 45,71%, mientras que el incremento en todo el 2023 llegó a 292%.

De esta manera, una familia de cuatro personas requirió en diciembre casi 180 mil pesos más que en noviembre para adquirir sus productos básicos, y no caer bajo la línea de pobreza.

En los doce meses de 2023, las carnes encabezaron los aumentos con un 354,03%, seguidas por los productos de almacén que se incrementaron 350%, y las verduras y frutas con subas del 222,21%.

En relación al relevamiento de precios para la cena navideña y/o de año nuevo, compuesta por 22 productos básicos, se registraron subas en comparación con 2022 de 209% si se optó por comer pollo, y si se eligió una tira de asado de 2kg de 278%.

A finales de 2022, la cena con pollo se podía cubrir con 6785 pesos, mientras que este año alcanzó los 20.966. Con asado el año pasado costaba 8060, y en 2023 llegó a 30.466 pesos.

Dieciséis años de creciente inflación (Por Isaac Rudnik, director nacional del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana)

A fines de 2007, se producen los primeros indicios de la reaparición esta enfermedad que llegaba para quedarse. Ya durante el segundo el gobierno de Cristina, desde 2012 a 2015, la Canasta Básica Total (CBT) subió un 165,90% y la Canasta Básica de Alimentos (CBA) aumentó 160,32%[1]

A su llegada a la presidencia a fines de 2015, Macri intento generar una expectativa positiva respecto a la solución de este cáncer (Macri dixit: “lo solucionamos rápidamente”). Pero por el contrario se pudo ir constatando rápidamente, que las recetas que fue aplicando su gobierno, lejos de empezar a resolver el problema, lo fueron agravando: en sus cuatro años de mandato la CBT se incrementó 349,87% y la CBA 310,12%

Alberto Fernández inició su gobierno con 4,26% de aumento en CBA, y 4,68% en la CBT en los primeros treinta días, diciembre de 2019. Al término de su presidencia, la suba total llegó a más de 1000% (más de mil por ciento) en ambas mediciones.

Desde fin de 2007 en adelante, a lo largo de dieciséis años los distintos gobiernos ensayaron estrategias similares: negociaciones con los formadores de precios con la puesta en marcha de programas de precios de referencia acordados con ellos (precios cuidados, precios cercanos, precios justos y otros parecidos), sin instalar controles reales para el cumplimiento de los “acuerdos”, evadiendo la aplicación de la ley de abastecimiento, y sobre todo, evitando confrontar con ellos. El resultado está a la vista: multiplicación exponencial de todos los precios no regulados, especialmente de los alimentos, que obviamente fueron dejando desfasados los precios regulados: energía, combustibles, transporte, tarifas en general, y sobre todo el valor de la divisa. En paralelo, un avance generalizado de la concentración en la producción y comercialización de alimentos, que fortalece la capacidad de negociación de los grandes grupos y un debilitamiento manifiesto de las herramientas de control del estado.

La “solución” libertaria

Ante el naufragio manifiesto de estas estrategias, que una y otra vez anunciaban “enérgicas” intervenciones del estado que nunca llegaron a producirse, Javier Milei desarrolla la misma argumentación que instala en todos los frentes en los que disputa contra la presencia del estado. Según su curioso parecer, los supuestos controles que se instalaron (que en la realidad no fueron tales) no tuvieron ningún efecto, porque cualquier interposición del estado sobre la dinámica del mercado está destinada al fracaso.

Por este camino llega a la conclusión que la liberación total de todo tipo de barreras o vigilancias, va llevar al autocontrol de los monopolios, y a la moderación de los incrementos en los precios de la economía en general, y de los alimentos en particular. Según esta insólita teoría, los grandes formadores de precios que en estos años fueron adquiriendo cada vez más poder, y que nunca dejaron empujar para aumentar sus ganancias subiendo los precios, ahora que no se les aplica ninguna limitación se van restringir solos, induciendo a una tendencia inflacionaria descendente.

Fuente: https://www.redeco.com.ar/nacional/economia/39754



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