27/11/2023

El nuevo gobierno y las relaciones de fuerza

Un plan que se propone un reseteo reaccionario del país. Un menemismo flojo de papeles y una resistencia que recién comienza. Por Fernando Rosso (La Izquierda Diario).


Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que ese emite los jueves de 22 a 24 h por Radio Con Vos, 89.9 (publicado el 23 de noviembre en La Izquierda Diario).

  • Pareciera que pasó un siglo desde el balotaje del domingo pasado. Hay coyunturas que concentran cambios que se venían acumulando y se manifiestan todos juntos. Estamos en el mismo país que el jueves pasado y a la vez estamos en un país completamente diferente.
  • Se podrían discutir varios aspectos del nuevo escenario político. Uno de ellos es el balance: ¿Cómo fue que llegamos hasta acá? ¿Cuáles son las razones para que un representante del libertarianismo radical se haya consagrado presidente?
  • También se podría hacer un balance de la campaña a la luz de la actitud que están tomando los protagonistas luego del triunfo de Javier Milei, porque a decir verdad, se manifiestan algunas incongruencias. Parte de la extorsión para lograr un alineamiento incondicional con Sergio Massa era afirmar que del otro lado estaba el “fascismo”. Sin embargo, después del balotaje “el fascismo” fue recibido en la residencia de Olivos (Javier Milei por parte de Alberto Fernández) y el ala más dura del “fascismo” (Victoria Villarruel) fue recibida por Cristina Kirchner en el Senado. O dieron un giro copernicano para transformarse en demócratas después de las elecciones o en realidad era todo una sobreideologización de la campaña para un rédito electoral que, además, no tuvo lugar.
  • Habría que reflexionar en torno a los cambios y los desplazamientos de la sociedad argentina en términos políticos e ideológicos, sobre los cambios culturales, las transformaciones en la sociología del trabajo y en la precarización de la vida que condujeron a que una parte importante del electorado conectara en algunos aspectos con los planteos libertarianos. También habría que discutir los límites. ¿Dónde termina la bronca por una crisis crónica y un malestar general que viene de lejos y dónde comienzan los acuerdos políticos o ideológicos con el “programa” de Milei? ¿Cuánto de expresión de voto rechazo a todo lo que había, de hartazgo, de saturación, de repudio a la política tradicional y cuánto de verdadera identificación? Tema dificilísimo porque los movimientos de la sociedad, de las clases sociales, sus desplazamientos no se pueden medir a través de alguna ciencia exacta. Yo tiendo a pensar que hay más componente de “voto bronca” que de los otros elementos, pero también es cierto que la “bronca” se direccionó hacia una dirección específica y no hacia otras. Y eso impone una reflexión del presente que no sea ni ritualista ni celebratoria y que evite las oscilaciones o mejor dicho los bandazos injustificados entre el optimismo ciego y el pesimismo paralizante.
  • También habría que discutir el estrepitoso fracaso de una táctica y una estrategia política que el colectivo de la revista Crisis describió con bastante claridad en un editorial al que titularon La anomalía salvaje: condenan esa “idea de que ‘el peor de los nuestros es mejor que el mejor de ellos’, porque es capaz de fabricar una enorme máquina de humo que en definitiva solo narcotiza nuestras propias ansias de algo mejor. Para decirlo con nombre y apellido: Sergio Massa no conquistó la sobrevida que prometió, y en el intento por llegar a la presidencia sin escatimar recursos favoreció el ascenso de la ultraderecha y nos condujo a un penoso conformismo con este presente de injusticia. Basta de confiar nuestro destino a los profesionales de un pragmatismo sin resultados.» Más adelante dicen que habría que terminar con “El fetichismo del estado, la búsqueda de reconocimiento institucional como medida del éxito, la integración de unos pocos que insensibiliza ante el padecimiento de la mayoría, la aceptación resignada del mal menor para evitar la catástrofe, el goce por un tacticismo rosquero sin estrategia de mediano plazo”. En definitiva, dan cuenta del fracaso de pretender “combatir a la derecha” con un “extremo centro” que copie no solo su estilo, sino cada vez más su agenda (el ajuste, el punitivismo, etc.).
  • El tema es que todos estos debates necesarios e importantes se ensamblen con una cuestión urgente porque Javier Milei es el presidente electo y comenzó a desplegar sus ideas, su programa que es básicamente un programa de guerra de clases, de guerra social contra los trabajadores, las trabajadoras y todos los sectores populares.
  • Si uno suma todo lo que Milei declaró y anunció estos días configura un plan de esa naturaleza: la privatización de los medios públicos, de YPF y Aerolíneas Argentinas. Como definición general dijo que se iba a privatizar todo lo que sea “privatizable”. El recorte drástico en la obra pública y en los gastos del Estado (al punto tal que puso en duda hasta el pago del aguinaldo), un recorte fiscal que debería eliminar subsidios y nuevos tarifazos, probable reducción de los trabajadores del Estado, avance sobre las jubilaciones (porque del gasto público una parte considerable tiene como destino las jubilaciones, pensiones y prestaciones sociales). Todo esto en un contexto de inflación galopante y licuación de ingresos. En definitiva, un plan menemista desplegado a cielo abierto, de hecho le dijo a Alberto Fernández en la visita a Olivos que él era un menemista, distinto a Macri que era más gorila.
  • ¿Cómo está Milei y su coalición política para el intento de reeditar un neomenemismo? La verdad es que débil. Lo que se pretende tapar con todas las declaraciones rimbombantes de estos días es precisamente esa debilidad. A diferencia de Menem no tiene un partido (como el PJ nada más y nada menos) y es muy débil en el Congreso. Justamente el loteo que está haciendo por estas horas con los puestos del Gabinete tienen que ver con intentar acercarse a una mayoría o primera minoría que le permita aprobar algunas leyes o paquete de leyes. Ya tuvimos la experiencia de un Gabinete loteado bajo la administración de Alberto Fernández y ese fue uno de los problemas políticos de su gestión (no el único, pero sí uno); Milei tiene, además, muchas trabas legales para implementar gran parte de su hoja de ruta. No cuenta además con una situación internacional tan favorable como la que tenía Menem (con un neoliberalismo que aún gozaba de buena salud) y la crisis es muy grave, pero no llegó a una híper como para imponer como única salida el pedido de un orden a cualquier costo. Sí quizá una crisis tan extenuante resignó a muchas personas, pero no necesariamente es lo que prima. Muchos de los votantes de Milei, simplemente querían rechazar lo viejo y mejorar con lo nuevo.
  • Ahora, esto simplemente describe el escenario para una lucha, para un enfrentamiento que no es sólo posible, sino que se torna cada vez más inevitable. Esta ecuación, si no es aprovechada del otro lado (de los sindicatos, de los “movimientos sociales”, la juventud, las mujeres) puede cambiar, porque las relaciones de fuerza no son estáticas y eternas y hay que ser conscientes de una cuestión: estamos ante un gobierno que tiene la decisión y la aspiración de cambiar la relación de fuerzas en el sentido regresivo. Un gobierno que no quiere contener la crisis para un ajuste negociado, sino que quiere acelerar la crisis, para gobernar a través de la crisis con una política de shock. Esto acelera los tiempos, rompe la dinámica y debería sacarnos de todo rutinarismo.
  • En ese sentido, son auspiciosas las asambleas en los medios públicos, entre los trabajadores y trabajadoras estatales, aeronáuticos, paros en el neumático, quite de colaboración en fábricas de la alimentación. Hasta la CGT (a través de Héctor Daer) fue más crítica de lo que uno podría imaginar. Auspicioso, necesario, pero no suficiente porque el plan es grande y general y requiere una resistencia mayor y también general. En este sentido, la cosa recién empieza.

Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/El-nuevo-gobierno-y-las-relaciones-de-fuerza



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba