25/10/2023

Elecciones: de sorpresa en sorpresa

Infografía: El País.

Tal es la magnitud de la crisis argentina que en dos meses promovió dos cisnes negros. En las primarias del 13 de agosto el malestar social o “voto bronca” catapultó a un inesperado y disruptivo Javier Milei. Este 22 de octubre, el temor al salto al vacío promovió el voto “en defensa propia”, que colocó a Sergio Massa en un inesperado primer puesto y revivió a un peronismo desorientado y sin conducción. Es evidente que una gran presión social que, atemorizada, amenazaba con moverse con autonomía de los aparatos, empujó al PJ, a los sindicatos y a los movimientos sociales a salir de su letargo y jugar fuerte en el último tramo de la campaña, apoyándose en las medidas compensatorias tomadas por el ministro-candidato luego de la devaluación. Una gran reacción democrática-popular frenó el avance de las derechas. Ni la economía ni la corrupción pesaron en esta decisión colectiva. Fue la política la que jugó fuerte en la elección más transcendente de las últimas cuatro décadas. En tres semanas habrá balotaje con final abierto. Por Eduardo Lucita (integrante del colectivo Economistas de Izquierda-EDI).


Datos duros

Los datos provisorios dan cuenta de esta reacción. Unión por la Patria (UxP) 36.58 % (recuperó 3,2 millones de votos respecto de las primarias), siendo Sergio Massa el gran ganador, a pesar de que para el peronismo fue su peor elección en décadas. La Libertad Avanza (LLA) 30.04% (prácticamente estancada, incrementó solo 700.000 votos, un fracaso en relación a sus expectativas), y un Javier Milei que parece haber tocado su techo. Juntos por el Cambio (JxC) 23.85% (perdió 400.000 votos), siendo Patricia Bullrich la gran perdedora quedando afuera de la competencia electoral, derrota que comparte con los grandes medios de comunicación masiva que alentaban explícitamente su candidatura. Completan el cuadro Hacemos por nuestra Patria (HPNP) 6.82% (casi duplicó sus votos) y el Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad (FIT-U) 2.69% (defendió su votación anterior).

Los datos exponen una paradoja: Myriam Bregman, candidata de la izquierda, quién más se destacó en los debates presidenciales, quién sacude las bancas en sus intervenciones parlamentarias –hace recordar a Alfredo Palacios, 1° diputado socialista de América, o al Luis Zamora de los primeros años 2000- fue la menos votada. Sin embargo, creció mucho en influencia política y reconocimiento social. Tal vez se esté gestando una líder de toda la izquierda del país.

La participación alcanzó el 77.6% (casi 8 puntos más que en las primarias, pero todavía inferior a la del 2019), la segunda más baja desde 1983.

Nueva relación de fuerzas parlamentarias

La elección resolvió la incógnita de quiénes participaran del balotaje en noviembre: UxP y LLA, pero no elimina la incertidumbre sobre el resultado final. Esto dependerá de quién arme la coalición más amplia. También dejó conformada una nueva relación de fuerzas parlamentarias a partir del próximo 10 de diciembre. Se renovaba casi la mitad de la cámara baja y un tercio en el Senado. La gran novedad es la presencia de los libertarios en las dos cámaras, 8 puestos en el senado y 39 en diputados. El oficialismo con 34 bancas quedó muy cerca de recuperar quórum propio en el Senado mientras que en Diputados tendrá 107, perdiendo 11 escaños. JxC alcanza a 24 senadores, pierde 2, y 95 diputados, pierde 23. Mientras que el peronismo no oficial perdió 2 senadores, quedando con 3 y con 7 diputados, perdiendo 1.

En tanto que el FIT-U ganó un escaño y su bancada ahora es de 5 diputados nacionales. Todo implica que cualquiera que gane el balotaje encabezará un gobierno partido, no dominará el legislativo. Ninguna de las fuerzas tendrá los necesarios 129 votos para el quórum y se verá obligada a continuas negociaciones. Como resultado de la crisis de JxC no es de descartar una alianza parlamentaria entre los legisladores del radicalismo y de la coalición cívica por un lado y otra entre los legisladores libertarios y los que responden al macrismo. Mientras que los que responden al peronismo de Córdoba y otras fuerzas pivoteen entre estos y la bancada del peronismo oficial. En este escenario, propio de la fragmentación del sistema político, la bancada del FIT-U tendrá espacios para jugar un rol de importancia.

Indicios de un nuevo escenario político

Los resultados electorales indican una reconfiguración del escenario político actual. El cambio de los equilibrios políticos en el congreso es un primer dato pero no es menor la aparición de una tercera fuerza que ha roto el tradicional bipartidismo (ahora bajo la forma de coaliciones). Es que el ciclo político iniciado a la salida de la crisis del 2001 y que impusiera como tendencias dominantes al kirschnerismo y al macrismo se ha agotado. Ambas fuerzas han dejado de hegemonizar al peronismo y a la alianza derechista y parecieran replegarse en los distritos  amigables, Provincia de Buenos Aires y CABA.

Es temprano para ver como procesaran la derrota los integrantes de JxC, un replanteo interno es inevitable pero también no debe descartarse una fractura múltiple. LLA está cambiando su discurso, obligada por la necesidad de ampliar su fuerza con nuevas alianzas para romper su techo electoral pero está por verse como impactará este cambio discursivo en su base social por lo demás frágil y poco consolidada. En UxP deberá resolverse la relación de fuerzas entre las distintas fracciones del peronismo. El kirschnerismo ya no tendrá el peso que mostró durante los últimos 20 años, quedará como una corriente interna afirmada en la expansión territorial de La Cámpora en Provincia de Bs. As. –retuvo 3 intendencias y ganó otras 9. Sergio Massa es el absoluto ganador de esta primera vuelta, se puso la campaña al hombro y sacó 7 punto de diferencia que lo dejan mejor posicionado frente al balotaje Si gana su empoderamiento será total y el reordenamiento del peronismo será bajo su liderazgo. Axel Kicillof que ganó ampliamente su reelección en Provincia de Buenos Aires pesará en el cuadro final.

Mediano y corto plazo

El trasfondo de este proceso electoral no es otro que una pobreza del 40.1% (56% entre los jóvenes), una espiral inflacionaria que amenaza con convertirse en hiperinflación, un régimen cambiario sometido a fuertes tensiones bajo una persistente presión devaluatoria que alimenta la corrida cambiaria y una actividad económica en retroceso. Síntomas de un Estado impotente frente a la voracidad insaciable de las corporaciones y el capital financiero.

En el mediano plazo hay una acuerdo general promercado, extractivista, exportador y de renegociación del acuerdo con el FMI, pero en estas elecciones lo que está en disputa es la profundidad, los tiempos y el ritmo para alcanzar la estabilidad de la economía (ajuste) como también la vigencia de derechos cívicos y sociales. Y en esto los candidatos al balotaje no son lo mismo.

Faltan pocos días y el final está abierto.



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