09/06/2023

Diego Genoud: “da la sensación de que la política solo se va a despertar cuando estalle todo”

Diego Genoud. Foto: Instagram de Genoud.

La crisis, el futuro del peronismo, el fenómeno Milei y la actualidad del periodismo, son algunos de los temas sobre los que ANRed dialogó con el comunicador social que desde hace décadas asume el duro oficio de escribir en grandes medios, pese a los riesgos que suponen las diatribas del poder. Por Nicolás Salas, para ANRed.


Pocos periodistas logran en sus análisis de coyuntura una simbiosis entre los factores objetivos y los subjetivos, entre los condicionamientos que la economía hace de la política y la política de la economía. Diego Genoud es uno de ellos, y su intervención se desenvuelve en varios medios/empresa que suelen dar forma a la agenda que estructuran las noticias y discusiones de la prensa argentina.

Autor de varios libros y escritor en varios medios, es uno de los columnistas que más precisión suele tener a la hora de narrar lo acontecido en el mundo de “la rosca política”, y como ésta se retroalimenta en un ida y vuelta con los grandes acontecimientos nacionales e internacionales.

En diálogo con ANRed, se refirió a algunos de los temas recurrentes que emergen en un año electoral, y más cuando ese tiempo está signado por una profunda crisis social, política y económica. La crisis, el futuro del peronismo, el fenómeno Milei y la actualidad del periodismo, son algunos de los ejes que recorrieron una charla amena en tiempos hostiles.

Diego Genoud. Imagen: Agencia Paco Urondo.

– Más allá del contexto electoral, pareciera que la crisis económica y política que se vive en el país estaría generando una metamorfosis en el peronismo, como ha ocurrido en otros momentos de la historia. ¿Considerás que éste fenómeno se está dando?

Creo que sí, que hay como una etapa que está empezó o ya está empezando. Hay que ver si se confirma o no. Lo que se ve ahora, cuando faltan 10 días para el cierre de lista, es que hay un gran desconcierto en la militancia. Uno no sabe si Cristina ya tiene resuelto esto en su cabeza o lo que se vio en la plaza, donde ella hace un racconto de lo que fue, y no ofrece demasiada perspectiva, digamos, hacia adelante. Por lo menos nada novedoso con respecto a lo que ya venía diciendo. Es parte de su propio desconcierto, o no. Eso es lo que no está claro todavía. Para otros años y en otras experiencias electorales ya a esta altura se sabía, ya estaba más definido. Como que está todo en un terreno de incertidumbre e indefinición. A mí me cuesta pensar que es porque Cristina tiene todo resuelto. Pienso que es porque no sabe muy bien cómo dar este paso al costado y en manos de quién dejar lo que viene. Por un lado, está Massa. Por otro lado, está Wado, pero ninguna aparece tan madura como quizá haría falta para ella decir ‘bueno, dejo la mano en manos de esta generación o de este dirigente o de este grupo dirigente’.

– ¿Esto expresa un cambio de ciclo político hacia dentro del peronismo? ¿Puede reconstituirse como fuerza hegemónica pese a las posibilidades de que pierda las próximas elecciones?

Yo creo que el peronismo se puede reconstituir. El tema es con qué identidad, con qué política, con qué liderazgo. Ahí me parece que, salvo que Cristina presente un candidato que nos sorprenda y gane las elecciones con la identidad kirchnerista, lo que hay es un cambio de ciclo justamente, que ya empezó. Empezó ya cuando Cristina armó el Frente de Todos, cuando vino Alberto y Massa. Y es más, te diría que se profundizó cuando asumió Massa como ministro. O sea, es un cambio de ciclo muy profundo. Uno se pregunta, qué queda de kirchnerismo no? Sin salario por encima de la inflación, sin crecimiento a tasas chinas, sin dólares, con caída del salario real, con Massa casi como heredero o en la mesa chica de Cristina. Cambió mucho respecto a los años dorados del kirchnerismo que a Cristina le gusta recordar.

– En relación a la crisis en curso, se viene haciendo comparaciones con la crisis del 89´o la del 2001. ¿Considerás que, más allá de los matices, es comparable con alguno de estos procesos?

No, creo que es comparable en cuanto a que parece que se cierra un ciclo económico, que esto no aguanta más. No hay un estallido. Como me decía Remes Lenicov, que lo entrevisté, es como una crisis en cuotas. Entonces, eso no termina de decantar o de detonar como muchas veces muchos de nosotros imaginamos que podía terminar, porque hay una red de contención, porque nadie está tampoco preparado para asumir. Lo que podría ser una ofensiva de sectores de poder, nadie quiere precipitar los acontecimientos porque no está claro quién va a ser el receptor de ese poder, quien se va a quedar con el poder.

– En su momento, parecía que a Bullrich y los “halcones” les convenía que se genere un golpe blando contra el gobierno y que la desestabilización genere las condiciones para un shock. ¿Existe esa posibilidad?

Massa en ese sentido es como una especie de quintacolumnista de los sectores del poder en el peronismo cristinista y, al mismo tiempo, es alguien que atenúa la posibilidad de una crisis desembozada. No es que la evite, sino que vemos que se profundizó el ajuste, se profundizó la salida de dólares, no encuentra la manera de controlar la crisis y de reducir la brecha ni de bajar la inflación. Nada de eso. Pero es como una especie de representante de sectores de poder en este peronismo de unidad con hegemonía y liderazgo de Cristina, y eso para mi frena que haya sectores de poder jugando a que caiga el Gobierno, a que termine mal. Incluso, a que le vaya como los últimos meses de Macri, que fueron muy traumáticos y no ha pasado con una presión devaluatoria como la que vimos hace un mes, donde el dólar paralelo aumentó 100 pesos en una semana. Eso lo terminan frenando.

Lo de Bullrich creo que expresa más bien una corriente de la oposición que es la que conduce a la oposición pero no sé si tiene a todo el establishment de su lado. Si uno compara lo que era la oposición que tenía Cristina, ese mosaico está todo quebrado. Cristina tenían una gran oposición. De esa gran oposición que tenía, Massa está en el gobierno y la oposición actual está dividida.

– Con la llegada de Massa y Manzur al gabinete nacional, parecía reforzarse una tendencia mayor al realineamiento con los Estados Unidos. En las últimas semanas, el ministro de Economía tuvo que recurrir a China para conseguir fondos para las reservas. ¿ Es un movimiento meramente coyuntural o puede Argentina entrar en una orientación más parecida a la mostrada por Lula en relación a los Brics?

Él tiene una membresía y una convicción clara de alineamiento con Estados Unidos. No es el único en el gobierno y en la política. Si uno mira los propios movimientos de Wado de Pedro, son parecidos, pero de un principiante en ese camino. Massa lleva 30 años recorriendo el camino que Wado empezó a recorrer hace dos años. Él es alguien que tiene la plasticidad para decir si tengo que hacer un giro, lo hago, en función de preservarse en el poder y de ganar posiciones de poder. El problema es que el Gobierno tiene las cartas marcadas. El gobierno tiene el agua al cuello, Massa tiene el agua al cuello y es un gesto desesperado que no permite esta idea de la tercera posición. Si el gobierno no estuviera tan endeble, tan frágil, si no estuviera pasando la gorra buscando desesperado de dónde saca dólares y no lo viéramos todos. Si esto no ocurriera uno podría decir que el peronismo podría pivotear la situación y hacer un camino propio.

Entre los libros de Diego Genoud, se destacan la biografía no autorizada de Massa y el último de sus trabajos, «El arribista del poder».

Eso no es posible no por culpa de Massa: es un gobierno que dilapidó los dólares que tuvo. No convenció ni siquiera los propios, ni siquiera Máximo Kirchner en la negociación con el FMI. Se le fue un superávit comercial excepcional de 45 mil millones de dólares, que la propia Cristina lo dice, lo dice la CTA de Yaski en el Centro Cifra. Acá tuviste 45 mil millones de dólares y nadie sabe bien donde están. Más allá de la deuda que dejó Macri, sin duda, el gobierno no pudo hacer pie. Decir bueno, freno los pagos al Fondo y empiezo a discutir con los fondos de inversión. En ese primer momento, Guzmán tuvo el apoyo de Cristina, después empieza la división del Frente de Todos, la negociación con el Fondo y paralelo a esa división en la negociación con el Fondo, se siguen yendo los dólares. Excepciones, porque no tenías turismo emisivo por la pandemia, que eso es un agujero grande y, además, por cómo subieron los commodities. Entonces tuviste una capacidad de reunir dólares y un superávit comercial importante.

– ¿Adónde se fue esa plata?

Hay distintos componentes y distintas cuentas. Una parte son pagos de deuda a los organismos de crédito, pero otra parte, que Cristina lo planteó varias veces, y que el propio Guzmán lo planteó varias veces, son dólares baratos que el Gobierno le dio a las empresas que se habían endeudado en el macrismo para que cancelaran la deuda. Al principio cancelaban el 100% de lo que se habían endeudado en paralelo al endeudamiento público y de las provincias. Después, cuando fue la primera corrida en octubre de 2020, Pesce y Guzmán le empezaron a decir que ‘no podés cancelar al 100% de la deuda que te vence, podes cancelar el 40 o el 60%’.

Son dólares que las grandes empresas de la Argentina, entre ellas algunas públicas, accedieron al dólar barato para pagarle a los acreedores. Es como que el Estado le paga la deuda a los privados. No es lo mismo, pero hay algo similar a la estatización de la deuda del 82′. El endeudamiento lo pagan las empresas con los dólares subsidiados por el Estado. Es como un propio tiro en el pie que se pega el propio Gobierno porque después dice ‘no puedo subir los salarios porque no tengo dólares, porque se lo dio a los empresarios más ricos de la Argentina’. Es raro, y no se sabe si es una política voluntaria, de la división, de la imperiosa. Por ahí se fueron gran parte de los 25 mil millones de dólares. Mucha guita, para decir ‘se la dimos a 100 empresas, a Telecom, petroleras, medios de comunicación, alimenticias’.

– ¿Cómo ves la aparición de figuras como Milei, en un contexto donde pareciera que el modelo de gobernabilidad inaugurado en el ciclo 2002/2003 pareciera llegar a su fin? ¿Este fenómeno de “los libertarios” puede prolongarse en un largo plazo?

Depende un poco de los resultados de las PASO y lo que venga después. Lo que Milei expresa es más de largo plazo. No sé si Milei es de largo plazo, pero sí el fenómeno que expresa. No le veo una salida de corto plazo a ese malestar (de la población) a ese enojo con la política. Cualquiera que asuma va devaluar y va a profundizar la caída del salario real.

Imagen: Nox News.

Uno puede decir que hay sectores que bancan a Milei. El sector financiero no sé hasta qué punto lo está bancando. No se si el agronegocio cierra con sus posicionamientos. En principio, a todos les da miedo de perder algo y que esto se vuelva ingobernable. Piensan que si gana Milei, todo termina en una Asamblea Legislativa en un año. Todo ese escenario es el que le genera cierta inquietud a algunos empresarios. Ahora, si Milei pudiera llevar adelante el proyecto que quiere de dolarizar y bajar salario con eso, y tuviera consenso social, creo que la gran parte del empresariado levantarían la mano y lo apoyarían.

El Departamento de Estado no compra Milei. O sea, tiene una preocupación por eso. No se puede subestimar estos tipos de fenómenos. Pasó con Macri y pensábamos que la sociedad era más antimacrista de lo que era y bueno, terminó ganando Macri. Y ahora lo pasa lo mismo con Milei, que desde hace un año se habla que tiene 20% de los votos a nivel nacional. Poco después de que sacó 15 puntos en la Ciudad, eso lo trasladó a nivel nacional en las encuestas y ahora se viene hablando.

– Si uno ve la totalidad de las coaliciones electorales están en crisis. Desde la derecha, el centro y la izquierda. ¿Cuáles considerás que pueden ser las causas de esta situación?

Si uno mira el kirchnerismo y el menemismo puede pensar que fue una adaptación del peronismo a un momento que se daba a nivel global. Tanto el menemismo, que se fue hacia un camino, y después el kirchnerismo se subió a otra ola. O sea, se montaron en un proceso global las dos experiencias y duraron mucho. Más allá de los méritos políticos que pueden haber tenido y de cómo encarnó a nivel social, estaba claro la ola a la que había que subirse y el peronismo se subió a las dos olas. Ahora estamos como en un momento de impasse, no se sabe cuánto dura lo que arranca. Arranca Bolsonaro y no dura nada. Arranca Castillo y no dura nada. Arranca Boric y no se sabe dónde termina. Lo que ves es la inestabilidad y quizás sea producto de que no hay condiciones de fondo para construir un proceso sólido que a nivel económico permita decir ‘todo ganan’, como fue en el kirchnerismo y, como decía Cristina, que la ‘juntaron en pala’. Entonces, creo que de fondo está un poco ese límite. El macrismo fue un proceso de una ingenuidad absoluta, porque no pudo cumplir con sus propios objetivos. Liberó todos los controles, bajó la retenciones y también se pegó otro tiro en el pie. Apostaron directamente a la timba, a la especulación, se acabó la deuda y quedaron en el aire. Fue como un noventismo tardío.

Entonces, lo que creo que está de fondo es un proceso complejo como para para decir ‘me monto acá y desde acá voy a acumular dólares’ o ‘voy a aumentar las exportaciones’. No te alcanza, que es como el gran plan del peronismo y la oposición. Pero si se te van los dólares como se le fueron a este gobierno, no hay exportaciones que aguanten.

No hay más margen para principiantes a nivel político. Si no tomás cuenta de esa complejidad económica, de esa fragilidad económica. No tenes privatización para hacer. La sociedad está podrida. Tiene la mecha corta. Si no tomás noción de todas esas limitaciones y restricciones es probable que todo dure nada. Creo que el problema es económico. Siempre se habla que es la política. La política, sin duda, es lo que manda, pero siempre en condiciones erestructurales que tenés que ver cómo las surfeas. No creo que con un líder claro alcance, sino que tenés que tener un plan que no tiene Massa, por ejemplo, y que no lo tuvo nunca al Frente de Todos. El programa que ahora pide Cristina y pero tiene que ser como un mecanismo de relojería que tenés que ver donde te vas a apoyar, en qué sectores del capital te empezás aliar y a que sectores del capital pensás neutralizar, confrontar y que sectores sociales te van a apoyar.

– El grueso de la dirigencia política asume que parte de la salida a la crisis estaría en el desarrollo de los proyectos extractivistas como Vaca Muerta, la explotación off shore en la Costa Atlántica y el litio, entre otros. ¿Qué pensás?

Si uno mira cómo se comporta la política, que pareciera que están en otro mundo, todos están haciendo como que todavía hay margen y plafón para hacer boludeces. Para mí eso está mal leído y eso expresa la distancia que la política tiene a nivel social. Da la sensación de que la política solo se va a despertar cuando estalle todo, digamos. Como que la política pareciera que está esperando que todo se desborde para salvar el pellejo. Da la sensación de que solamente se piensan despertar con un nuevo cimbronazo o estallido crisis.

– ¿Cómo ves la situación represiva que viene ocurriendo en Jujuy o Salta donde se están coartando las libertades democráticas? ¿Eso puede ser un fenómeno que, en el marco de la crisis, busquen extender a nivel nacional?

No veo que eso sea sostenible, digamos, que ese modelo de tipo feudal lo traigan a nivel nacional. Pero bueno, también depende quién gane las elecciones, porque sabemos que Bullrich lo va a tomar como un insumo para su liderazgo. Es decir, si puede cortar cabezas, va a cortar cabezas, y no va a titubear con eso, no me la imagino titubeando por lo menos. La tesis que ella tiene de que hay que confrontar.

Movilizaciones docentes en Jujuy. Imagen: No a la Mina Esquel.

– ¿Cómo ves al periodismo político hoy en los medios masivos de comunicación?

La batalla política necesita al periodismo como parte de esa disputa, en la misma lógica y en el mismo tono, entonces propicia un periodismo político publicitario. La política y el poder le proponen cero autonomía al periodismo político, y es lo que se impone. Un periodismo político más bien como apéndice de la batalla política entre las facciones que tienen el poder o se alternan en el fracaso. Es un lugar poco estimulante el que le propone la política al periodismo. Hay que sustraerse un poco de eso, quedarse al margen o tener espalda propia o características medio excepcionales para persistir en el periodismo político sin plegarte a eso y, además, tener laburo. De todas formas, te podes sustraer, pero eso puede implicar quedarte al margen de todo y es decir ‘bueno, me dedico otra cosa’.

Hay como distintas capas de generaciones que hacen periodismo político. Unas son las de toda la vida, digamos Clarín, la Nación o Infobae. Y después está la generación que surgió con el kirchnerismo, que también, digamos, lo que se le propone y se le propuso de entrada fue acoplarse a la batalla contra los medios del sistema hegemónico. Eso creo que en algún momento pudo haber tenido mayores razones o mayor legitimidad. Hoy, con el proceso de crisis que atraviesa el kirchnerismo y el peronismo es más complicado pensar que se trata solo de bancar a un gobierno.

La experiencia fallida del Frente de Todos tuvo un correlato en el periodismo que se expresa en el periodismo. Lo que sucede en la política también pasa en el periodismo. El hecho de que el Frente de Todos no tenga un liderazgo como el que tenía el Frente para la Victoria,  donde decidía Néstor Kirchner o decidía Cristina, y el resto acataba. Bueno, con la crisis actual como que se horizontalizó un poco y esto dio más margen para que se expresaran distintas posiciones. Se expresan la posición del kirchnerismo, se expresa la posición del massismo, se expresa la posición del albertismo, y eso se expresa a nivel del periodismo. Quiero decir, se expresa la posición de alguien que dice ‘bueno, no me conforma nadie’, y que se da cuenta que está todo mal o que no sirve, digamos, recitar el discurso de la política porque la política manda un mensaje que es pura confusión. Entonces, replicarlo simplemente te lleva nada más a extender el proceso de frustración. Creo que se abrió con la crisis un espacio para que prospere un poco más el que se la juega un poco.



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