Bitácora: una invitación al viaje musical
Fernando Taborda. Foto: Martín Jerez.
Fernando “Quena” Taborda presenta su nuevo álbum, Bitácora, el próximo sábado en el Club Atlético Fernández Fierro – CAFF. Al frente de una agrupación integrada por cuatro bandoneones, violín eléctrico, guitarra eléctrica, contrabajo y batería, logra un sonido que abreva en varios géneros y se anima a despegarse de ellos sin complejos: lo que se presenta como tango se vuelve jazz, el jazz, a su vez, candombe; un sólo introspectivo se hace rock… Esa es la naturaleza de su música. Junto al artista, te contamos algo de lo que es su nuevo trabajo y su próxima fecha que él mismo caracteriza como “el fin y el comienzo de un viaje que va a ser una fiesta musical”. Por Ramiro Giganti (ANRed).
Entre viajeros, el diario de bitácora es un registro de los acontecimientos destacados en el transcurso de un viaje. «Quena» emprendió el suyo con una consigna muy clara y noble: ser él mismo en su música.
El viaje comienza: sopla el viento, el ritmo se siente inmediatamente fuerte, como un fuerte impulso que rompe la inercia: así comienza Corriendo la coneja, que da inicio al disco. El sonido de los bandoneones, por su propia historia, nos remite a la frenética urbe porteña. Pero también el bandoneón es melodía y melancolía. La intensidad de a ratos se clama para presentar una melodía y luego retomar vuelo: se siente un horizonte de viaje a la aventura. Un viaje con matices, donde distintas texturas se van dando lugar desde la presencia de distintos instrumentos, como la guitarra eléctrica, o el violín.
Foto: Martín Jerez.
La Taborband está formada por cuatro bandoneones, un bajo (en ocasiones contrabajo, en otras bajo eléctrico), batería, guitarra eléctrica y violín eléctrico. ¿Qué fue lo que lo llevó a esa elección de instrumentos (e instrumentistas)?
«En realidad llegué a esta formación por varias razones y en busca de un sonido. En principio nace del primer trío de tango en versión multiplicada y con sonoridad actual. Ese trío estaba compuesto por guitarra violín y bandoneón. A la guitarra se le sumó el bajo y la batería y se formó el trío típico de jazz o rock. Un solo bandoneón quedaba desequilibrado y extraje la fila de bandoneones de una típica y así quedó el sonido equilibrado en volumen y con esta familia rítmica y armónica podía descartar el piano. El violín pasó a ser solista siendo de cinco cuerdas y eléctrico usando octavador y efectos con registro de viola y cello. De esta manera, la escritura está pensada para ese trío primitivo multiplicado trayéndolo a hoy versión 2023. Y hubo también una experiencia casi similar de Rodolfo Mederos en Generación cero», explica cerrando su respuesta con la referencia a aquel gran aporte de Mederos en los años 70 que unión al entonces Tango nuevo con el rock progresivo llevando su bandoneón a otros timones contemporáneos como fueron los de Invisible o Alas.
Aquella Generación cero fue el inicio de un viaje que hoy continúa con el tango en el siglo XXI y su encuentro con el jazz, el rock y otros géneros rioplatenses como el candombe que propone Bitácora, pero también, desde el timón de Quena se puede hacer el recorrido inverso en el tiempo hacia aquellas experiencias.
Desde la propuesta rítmica del bajo y la batería, el viaje recorre también distintas texturas que remiten a otros géneros, sobre todo desde la guitarra y el violín eléctrico.
«La elección del violín eléctrico y de cinco cuerdas fue para poder equilibrar con la sonoridad de la banda y no tener una fila de cuerdas y en un rol de solista, acorde al concepto de la música. Quien está a cargo de este rol es Christine Brebes gran amiga y violinista, música de gran creatividad y personalidad que le suma también su impronta al concepto de la música. También pasa lo mismo con Sebastián Zambrana gran amigo y guitarrista que buscó un sonido particular para este grupo, saliendo del sonido típico de la guitarra eléctrica del tango que es de un sonido claro medioso y limpio y sin ir a la estridencia del rock. Sebastián buscó un sonido propio donde se trabajó con un microfoneo y pedalera particular para poder lograrlo.»
El viaje recorre imágenes que pueden ser amenas tanto para «viejos viajeros» que reconocen otros territorios como quienes simplemente se dejan llevar por las melodías y su belleza. Así, observadores podrán identificar un fragmento de Cuadros de una exposición, aquella obra de Mussorgsky también orquestada por Maurice Ravel, en el final Los faros del olvido, como si una luz reviva algún recuerdo. Sobre «cuadros y exposiciones» resulta pertinente mencionar el arte de tapa.
Portada del disco.
«La portada y el titulo fueron propuesta de la artista Maia Lubrano partiendo del conocimiento de los conceptos que estuvieron presentes durante la creación de la música. Entendiendo el diario de bitácora como un registro de los acontecimientos mas salientes en un viaje -en este caso musical-. El pulpo, el bebé, el espacio que habitan y la interdependencia con la tipografía acompañan una mitología personal que está latente en la música.»
Los viajes también suponen encuentros, algo que en la reciente pandemia se encontró suspendido. En Bitácora hay muchos encuentros y también «guiños» como el mencionado anteriormente, pero acá Quena debela algunos de ellos.
«El tema Cuarentena en su melodía es un ostinato de la palabra cuarentena que suena casi tantas veces como los días que pasamos y los diferentes estados emocionales que vivimos y la esperanza a la salida de esa situación traumática particular y novedosa. Cuarentena es un registro en sonido de ese tiempo. Ciudad desierta es como lo dice la palabra la ciudad en esos días. Nace de un encuentro fantástico de Miles Davis y Joaquín Mora que se encuentran en una esquina cualquiera y se ponen a charlar de la vida y caminan perdiéndose en la ciudad desierta. La composición tiene un guiño en la 1era parte a Miles Davis y en la 2da Joaquín Mora.»
Ese encuentro entre Davis y Mora, se da en una suerte de «terreno neutral», que es el ritmo de Candombe que atraviesa ambas versiones de Ciudad Desierta. El Candombe Beat, que en los tiempos de Generación cero también sonaba, viniendo de la «otra orilla» ofrece un lugar para ese encuentro.
El viaje que propone Taborda, no es solo un viaje de territorios o géneros musicales, también es un viaje por distintos tiempos. Es una invitación a visitar, también, lo que «ya no es». El disco cierra con una segunda versión de Ciudad Desierta 2053. Ahí se escucha un sonido que recuerda, a quienes tenemos mas de dos o tres décadas de vida, los tiempos de radio: la búsqueda de la sintonía correcta.
«Ciudad desierta 2053 es una suerte de un sonido futurista de una ciudad desierta con escasa energía donde la comunicación es por transistores. Para ello se busco un sonido particular imaginando el futuro donde ahí esta la nostalgia del pasado y Miles Davis y Aníbal Troilo hablan de lo que ya no es. Este registro es una búsqueda que compartimos el con productor Martin Jerez.»
El punto de partida (o regreso) de este viaje tiene una convocatoria concreta: Bitácora se presenta en vivo el próximo sábado 27 a la 21:00hs en el CAFF- Club Atlético Fernández Fierro, Sánchez de Bustamante 772.
«La fecha del CAFF es el fin y el comienzo de un viaje donde va a ser una fiesta musical y de agradecimiento a todos lo que me ayudaron a la realización de este proyecto que se hizo como mucho deseo energía y alegría.»
Ficha técnica:
01.- Corriendo la coneja : 03:31
02.- Los sueños del pulpo 03:28
03.- Besos lindos 04:07
04.- Cuarentena 03:29
05.- Ciudad desierta 05:02
06.- Amor sin piel 03:20
07.- Los faros del olvido 04:38
08.- Ciudad desierta 2053 04:50
Grabado y filmado en simultáneo en octubre de 2022 en los estudios Fort de la Ciudad de Buenos Aires.
Ingeniero de grabación: Norberto Villagra
Asistente de grabación: Martin Jerez
Músicos: Fernando Taborda: bandoneón, Rodolfo Roballos: bandoneón, Federico Murrone: bandoneón, Federico Quevedo,: bandoneón, Facundo Curcio: contrabajo y bajo eléctrico, Sebastián Zambrana: guitarra eléctrica, Christine Breves: violín