Cuando los osos invadieron la utopía de los «libertarios» de derecha
A principios de este siglo, adoradores de las ideas de Ayn Rand decidieron impulsar la creación de un estado libertario basado en sus ideas anarco capitalistas, o mejor dicho: liberales extremas. Sucedió en el Estado de New Hampshire, en el noreste de Estados Unidos, cuando un grupo de liberales de extrema derecha ocuparon masivamente un pueblo llamado Grafton. El desenlace, además de no ser el esperado, resulta desopilante. Una historia de individualismos, libre tenencia de armas, bajos impuestos, banderas con la serpiente de Gadsden, republicanos rudos… y osos. Por Ramiro Giganti (ANRed).
«Hemos tenido una historia rica en los que llamamos libertaria. No en el sentido del Partido Libertario (EEUU) o de los libertarios de derecha. Esa es una palabra que ha sido robada. La gente de derecha que se hacen llamar ¨libertarios¨ , son «propietarianos». Su preocupación mayor es la propiedad personal como base de la libertad. Ellos no están interesados en la libertad sino en lo que llaman libertad en el sentido liberal. En ese sentido llaman libertad al derecho a volver la tierra un bien inmueble. Libertad es el derecho a tener un bosque y tumbarlo si eso te da ganancia.» Murray Bookchin.
No es un episodio de los Simpson, aunque la referencia sea pertinente. Sucedió en la realidad, cuando a mediados de los años 2000 un grupo de liberales extremos quiso materializar su utopía y buscó un lugar donde poder llevarla y así “liberar “a un pueblo. Una tripulación abigarrada de libertarios de derecha y supervivientes (survivalists) empezaron a llegar al condado de Grafton en el Estado de New Hampshire, al noreste de los Estados Unidos, muy cerca de la frontera con Canadá. Su objetivo era “establecer el más audaz experimento social en la historia moderna de Estados Unidos: el Free Town Project (proyecto pueblo libre)”. Para empezar al aventura cuya aspiración luego devino en querer tomar todo ese estado (Free State Proyect), empezaron por ese pueblo, Grafton instaurando un “gobierno libertario”, así lo llamaban, pero no confundir por el histórico concepto de libertario vinculado al anarquismo obrero, sino a las actuales» ideas» encarnadas en personajes histriónicos con peinados exuberantes.
El Free Town Project apuntó a Grafton en 2004 por varios motivos: por un lado su baja población (menos de 1200 habitantes), una larga historia de protestas en contra de los impuestos (condiciones que hacen sus ideas muy permeables en los habitantes locales) con componentes de excentricidad y fastidios varios. Los promotores esperaban que su presunto éxito sirviera como ejemplo para todo el país y así demostrar que los impuestos son un robo, que el intervencionismo estatal trae pobreza y que el Gobierno no debe inmiscuirse si alguien fuma marihuana, o en cuántas armas tiene o en si puede o no vender libremente sus órganos… ¿les suena familiar?
“El que quiere andar armando que ande armado”, era parte importante del paradigma que se instaló en este pueblo y confluyó con su población local. Otro dato adicional: el Estado de New Hampshire es el primero en consumo de bebidas alcohólicas per cápita de todo Estados Unidos. Vive libre o muere (live free or die) es el lema del Estado que se puede leer en varias patentes de autos.
Antiguo cartel del condado de Grafton. New Hampshire fue el primer estado en declarar su independencia.
Entre las personalidades «ilustres» nacidas en este Estado se encuentran Richard y Maurice McDonald, hermanos fundadores de la cadena de comida rápida McDonald’s en 1940, y Triple H, luchador profesional y director de operaciones de la empresa de lucha libre WWE desde 2011. Se podría considerarlo como un estado de «hamburguesas, lucha libre y bajos impuestos», basado en sus embajadores culturales. Nobleza obliga: también el vocalista Ronnie James Dio nació en New Hampshire.
El inicio de el experimento aparentaba pujante: se estimaba que 20.000 personas defendían aquellas ideas y merodearon ese estado: centenares se instalaron en Grafton y lograron imponerse. Pero los resultados no fueron los esperados, por lo que, la idea inicial de tener una ciudad de 20.000 personas viviendo la utopía lejos estuvo de realizarse. El censo del año 2010 indicó un crecimiento, tanto en porcentaje como en cantidad de personas, menor a que había experimentado entre el año 1990 y 2000. De tener 923 habitantes en 1990 había pasado a tener 1138 en el año 2000: un crecimiento del 23% de su población muy similar al 24% entre 1980 y 1990. En el año 2010 la población era de 1340, apenas un 17% mas que en el 2000. O los Seguidores de Ayn Rand se fueron, o los propios huyeron, o lo mas probable: una combinación de ambas cosas. El último censo, del 2020, incluso registra un crecimiento aún menor siendo la población de 1385 habitantes. ¿Qué es lo que sucedió?
Durante los primeros años en el poder, los «libertarios» redujeron el presupuesto del pueblo —que era tan solo de un millón de dólares— en un 30 % con la equivalente baja de impuestos. Entre otras cosas, se cortaron gastos en iluminación, bomberos, la reparación de carreteras y la recogida de basura.
En 2011 las carreteras de Grafton se habían llenado de baches, las calles se quedaron prácticamente sin iluminación y se habían cometido recientemente los primeros asesinatos registrados en la historia del pueblo en décadas. Pero el dato mas curioso y referente a la hora de contar esta historia es que la localidad recibió cada vez más visitas de osos que atacaban a gallinas, gatos y, en algún caso aislado, a personas. Al no haber un Estado presente, no había obra pública. No había higiene, ni salud pública. Eso si: el que quería podía tener armas.
Portada del libro A Libertarian Walks Into a Bear (Un liberal se encuentra a un oso), que documenta esta historia.
Sí, osos: los habitantes liberales y anarcocapitalistas de la ciudad se negaban a respetar las normas sobre la recolección de basura o intentaban resolver los problemas por su cuenta, sin llamar para avisar de que había animales enormes en su jardín. La suciedad y deterioro convocaron a «roedores» cada vez mas grandes, tan grandes que en algún momento los osos estaban tomando la localidad. A eso se suman personajes del pueblo como Doughnut Lady ( conocida así como «la señora de los donuts», uno de los personajes mas mencionados en el libro de Matthew Hongoltz Hetling: A Libertarian Walks Into a Bear), que le daba de comer ese panificado dulce a los osos que se acercaban a su casa y, por tanto, animaba a los animales a acercarse al pueblo con más frecuencia. Al fin y al cabo, «¿por qué no puedo hacer lo que quiero en mi jardín?». Mientras otros, con sus armas «libres», simplemente les disparaban.
No había instancias colectivas para buscar acuerdos y salidas conjuntas como asambleas barriales, o audiencias en el ayuntamiento (vendido al sector privado, devenido en iglesia evangélica en 2010). Resumiendo: no había organizaciones colectivas que permitan acuerdos conjuntos para solucionar problemas estructurales.
El ayuntamiento de Grafton tras sufrir un incendio en 2016. En 2010 el edificio había sido adquirido por un comprador privado que lo cedió a la pentecostal «Asamblea de Dios». El incendio destruyó parte del inmueble y se cobró la vida del pastor John Connell.
Más que utopía, la experiencia se asemeja mas al concepto de distopía. En relación a los impuestos, nunca se erradicaron por completo: solo se redujeron un 30% como primer medida, pero las contraprestaciones no habrían sido las mejores y con el tiempo, tras discusiones y acusaciones mutuas entre vecinos de «estatista» los mismos volvieron a crecer para equipararse con el resto del Estado y el país. «Claramente, cuando se trata de ciertos tipos de problemas, la respuesta debe ser colectiva, respaldada por el esfuerzo público y dominada por algo más que invocaciones a la racionalidad del mercado y a maximizar la libertad individual», concluyó un artículo publicado en la revista The New Republic que repasaba esta experiencia.
Otro caso fallido de «utopías liberales o anarcocapitalistas» fue el de la ciudad amurallada de Kowloon, también apodada como la ciudad de la oscuridad o la ciudad hormiguero/colmena. Fue un asentamiento densamente poblado y sin gobierno en Hong Kong. La ciudad, atrapada entre la ocupación japonesa durante la segunda guerra mundial y los juegos diplomáticos entre Gran Bretaña y China, quedó sin gobierno durante décadas. Ese orden espontáneo tan pedido por autores como Hayek o Nozick desembocó en un gobierno de las mafias locales que encontraron en una ciudad sin gobierno, regulado solo por el libre mercado, el terreno fértil para prosperar con sus negocios: principalmente la prostitución, el narcotráfico y las apuestas. Pero también la libertad de mercado sin regulaciones avalaba a que cualquiera pueda ejercer como médico o cirujano sin importar si tenía un título o siquiera algún estudio en la materia. En lo que a vivienda supone también fue un desastre: cuando la población empezó a crecer, las viviendas se construían hacia arriba. Así se estableció un sistema de castas donde quienes tenían bajos ingresos vivían en los pisos inferiores sin luz y sometidos a los excrementos y residuos que caían de los departamentos de arriba.
Cuando la realidad supera a la ficción ¿otra predicción de Los Simpson?
La temporada 7 de Los Simpson, forma parte de la «era de oro» de la que probablemente sea la serie mas trascendente de la historia de la televisión. El episodio 23 es uno de los mas recordados y tiene un fuerte contenido político y crítico. El mensaje principal de ese episodio es una fuerte critica a la xenofobia y el discurso reduccionista que acusa a la inmigración como culpable de todos los males. Pero su introducción tiene una curiosa coincidencia con la historia contada en esta nota.
El episodio empieza con un oso caminando por Springfield. Ante la noticia, Homero primero se ríe burlándose de que el Oso está cerca de otra casa, mientras no le suceda a él no hay problema, pero resulta que el oso estaba en la puerta de su casa y en su heladera no hay cerveza, entra en pánico al quedar cara a cara con el oso. La población se horroriza y luego se manifiesta ruidosamente en el ayuntamiento. El individualismo es uno de los principales focos de burla en el episodio.
El resto de la historia es mas recordado: el alcalde dispone una «patrulla anti osos» pero luego al llegar un incremento en los impuestos la «turba iracunda» vuelve a protestar pidiendo que bajen los mismos. El alcalde Diamante (corruptus in extremis) considera que es el momento de hacer política de nivel: sale, se para frente a su pueblo, y acusa de todo a los inmigrantes ilegales.
El episodio fue emitido por primera vez el 5 de mayo de 1996, varios años antes de la experiencia en Grafton. La historia acá aparece temporalmente invertida: primero aparece el oso y luego los impuestos para crear una brigada, pero el enfoque resulta similar. Otro dato de color es que a pocos kilómetros de Grafton, también en el Estado de New Hampshire, se encuentra el pueblo de Springfield. Si bien existen al menos tres localidades con ese nombre en Estados Unidos, este podría ser parte de las inspiración de Mat Groening.
Hoy en día, existen quienes todavía justifican dicha experiencia y niegan su fracaso. La culpa siempre suele ser de un «otro», llámese Estado, inmigrante, oso, o cualquiera que sirva como chivo expiatorio. Hasta hace poco tiempo las noticias informaban que se seguía lidiando con el problema de los osos.