28/02/2023

Kicillof, Grabois y el viejo nuevo debate sobre el trabajo y la desocupación

El dirigente del MTE Juan Grabois, junto al gobernadro Axel Kicillof, presentó su libro «Los Peores». Imagen: Télam.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el titular del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Juan Grabois, fueron parte de un debate interesante respecto al carácter que toma el trabajo y la desocupación en la fase actual de la acumulación capitalista. Para ser más precisos, discutieron por más de una hora sobre cómo se dan los niveles de precarización y eliminación del trabajo formal en generaciones de familias trabajadoras. El intercambio de visiones tuvo lugar en la presentación del libro “Los peores”, escrito por el referente de la UTEP y dado a conocer formalmente en La Plata el 23 de febrero pasado. En su momento este debate tuvo lugar en los orígenes del movimiento piquetero, allá por 1996. Tal vez hoy cobre más claridad al calor de años de experiencia en los movimientos y mayor desarrollo de las discusiones. De todas formas, la pregunta que resonaba en ese entonces sigue teniendo plena vigencia: ¿es posible resolver el problema de la pobreza, la precarización y la desocupación en el actual proceso de acumulación capitalista? Por Nicolás Salas, para ANRed.


En términos político/ideológicos la discusión se mostró poco acartonada y quedó expresada en la frase que el mandatario bonaerense utilizó para referirse a las tesis sobre la Economía Popular divulgadas por Grabois: “No acuerdo con ese diagnóstico”.

Según Kicillof, el dirigente social parte de opinar que en “la etapa actual del capitalismo buena parte de la población va a tender quedar excluida de los mercados del trabajo formal de manera permanente y creciente”. ¿Dónde reside la diferencia? Para el economista este proceso de expulsión de mano de obra formal no es inevitable y puede modificarse a partir de iniciativas políticas: “es muy distinto porque si fuera una etapa transitoria y un ciclo, la energía debería canalizarse a salir de esta etapa del ciclo y pasar a otra etapa que sea justa, progresiva, inclusiva y humana. Esta etapa del capitalismo, la neoliberal, es absolutamente inhumana. Lo que estoy discutiendo es si esta etapa es eterna”.

Además, en su intervención siguiente criticó la visión de un “derrotismo” que “plantea que todo es inevitable y vamos a tener que convivir para siempre”, haciendo alusión indirecta al planteo que sostiene que el sector obrero expulsado de la formalidad laboral permanecerá inmutable a futuro.

Para el fundador de la UTEP, el proceso de acumulación capitalista actual no solo es irreversible sino que incluso puede empeorar en sus consecuencias sociales al ritmo de la transformación que opera dentro del sistema capitalista en su fase neoliberal: “esta hipótesis operativa de que el proceso de acumulación capitalista en su fase actual no va a resolver este problema, generando un nuevo marco laboral donde todo el mundo tenga un empleo en relación de dependencia con todos los derechos laborales que supimos conocer. Esa hipótesis, por lo menos en la Argentina, si uno hace una proyección del crecimiento del PBI vs. generación del empleo, claramente es una hipótesis válida por lo menos a 20 años, mínimo”.

Una salida estatal y capitalista 

Otra parte interesante del debate se da en torno a las posibles salidas al problema de la desocupación y la pobreza estructural. Para Kicillof las directrices para superar la situación se dará tras la recuperación de las perspectivas trazadas a partir de la constitución de los Estados de Bienestar, lo que en el caso argentino lo reivindica en la situación anterior al último golpe de Estado (acontecimiento de irrupción de la estrategia neoliberal en el país). Es decir, asume una salida estatista dentro de los marcos del capitalismo, haciendo de éste una versión más humana y no tan salvaje como la generada con la imposición neoliberal.

«Creo que el proyecto del peronismo clásico, a pesar de los cambios y del paso del tiempo, es tomar masas inmensas de riquezas que se van a paraísos fiscales, que hoy se van por oleoductos y se van con extracción de minerales argentinos. Y aplicarla a la mejora de las mejoras laborales y productivas del país es una realidad y no me resigno a que el desastre neoliberal es inexpugnable. Pensar que se puede revertir la industrialización argentina, que se puede ir a un proceso de inversión social. Posibilidad de ganar en soberanía y ganar en derecho, no quita en que la etapa actual hay que dar una respuesta que no estigmatice», señaló.

Para Grabois esta orientación es acertada pero no necesariamente para recuperar el empleo tal cual se lo concibe de la manera clásica, sino para “subsidiar” la economía popular, la cual es percibida como una de las patas productivas de la estrategia económica esbozada por el líder del MTE, quien explicitó su visión de una economía conformada por tres patas: un sector privado vinculado al valor agregado, un sector público/estatal y un sector cooperativizado (de la economía popular).

El abrazo entre Grabois y Kicillof, en el marco de la presentación de «Los peores». Imagen: Twitter de Juan Grabois.

«(La industrialización la) considero una condición absolutamente necesaria para desarrollar el sector de la economía popular, organizada, cooperativizada con plenos derechos. Sin esa masa de riqueza (voy a usar una palabra maldita) subsidiar un sector cuya productividad no se puede medir en términos mercantiles, es decir, que tiene una productividad humana. Lo que sí no creo es que industrializar y recuperar nuestras riquezas va a cambiar el patrón del mercado laboral. Creo que el carácter tripartito del mercado laboral no es un hecho permanente pero sí es un hecho de la transición del sistema capitalista globalizado hacia un sistema superior que todavía no podemos vislumbrar. Y que es un sistema que la irracionalidad propia del proceso de acumulación capitalista se revierta fuertemente», expresó Grabois.

Ambos coinciden en una salida dentro de los marcos capitalistas, con la diferencia de que uno de ellos lo hace a partir de la concentración de las fuerzas en una estrategia económica centralmente estatal (Kicillof convoca a las organizaciones a sumarse y ser parte del Estado), mientras que la segunda augura una mediación entre el Estado y la comunidad organizada.

Observaciones críticas a la salida estatal/capitalista

El debate se tornó interesante porque expone los nudos de discusión centrales de lo que históricamente se conoció como el sector piquetero, desocupado o de la economía popular. Si bien Grabois da un carácter “operativo” a sus tesis, el aspecto estratégico que estás emanan demarca una diferencia central con aquellas perspectivas de quienes estratégicamente nos asumimos desde una perspectiva revolucionaria/socialista o que, de mínima y por negación, no vemos viable resolver los grandes problemas de la humanidad (como es el caso del trabajo) dentro del capitalismo.

Volviendo a Kicillof. Su recuperación de Marx es parcial, ya que lo hace desde la categoría de sobrepoblación relativa en su fase estancada (la describe como “población obrera sobrante consolidada de subjetividad degradada”). Coincidiendo con la utilización del concepto, el problema reside en que no se analiza cómo se construye el sector mencionado[1], el cual toma cuerpo y forma a partir de la variación en la composición del capital entre su parte variable (mano de obra) y la constante (técnica/tecnología).

El desfasaje de una parte por sobre la otra a partir de los nuevos fenómenos tecnológicos explica la existencia del sector analizado, el cual innegablemente es cada vez más grande en el mundo y en el país. Es decir, que en el corazón mismo del capitalismo y de la profundización del proceso de acumulación se encuentra la causa de la desocupación estructural y del debate entre dos exponentes del kirchnerismo actual. Pensándolo en tiempos históricos, qué nos hace pensar que con políticas distributivas dentro del capitalismo puede resolverse el problema laboral, incluso si se lo contemplara desde un “capitalismo humano” o industrialista[2]. En ese punto, y sin acordar en la propuesta de salida, Grabois reviste mayores aciertos (tal vez desde el derrotismo que tanto pareciera criticarle Kicillof), asumiendo que la propuesta industrialista de su par no es suficiente para modificar el proceso en ciernes, por lo que la adaptación a lo existente (con mejoramientos reivindicativos) es la salida que elige para el momento actual y futuro.

Juan Grabois y Axel Kicillof. Imagen: Facebook de Juan Grabois.

Por otra parte, y siendo conscientes de lo acotado de los tiempos en este tipo de actividades, puede decirse que no se abordó en profundidad la discusión sobre las implicancias de la competitividad capitalista y los problemas que esta genera a las distintas experiencias que se desenvuelven dentro de la economía popular. Más allá de esta omisión, el referente del MTE termina asumiendo que el sector informal deberá mantenerse “subsidiado” y con una baja productividad respecto al Estado y el sector privado.

De manera menos clara y deformada por concepciones autonomistas, en su momento este debate tuvo lugar en los orígenes del movimiento piquetero, allá por 1996. Tal vez hoy cobre más claridad al calor de años de experiencia en los movimientos y mayor desarrollo de las discusiones. De todas formas, la pregunta que resonaba en ese entonces sigue teniendo plena vigencia: ¿es posible resolver el problema de la pobreza, la precarización y la desocupación en el actual proceso de acumulación capitalista? Algunos y algunas consideramos que no, más allá de que la respuesta práctica al problema se encuentre fuera de nuestro alcance en la actual correlación de fuerzas. Pese a todo, redoblamos los esfuerzos en la construcción de organizaciones sociales que procesualmente puedan trascender las luchas netamente reivindicativas a otras de carácter político/estratégico.

En ese marco, se vuelve necesario retomar los debates en torno al reparto de las horas de trabajo, políticas transicionales hacia un nuevo sistema, elaboración de un plan industrializador competitivo a nivel internacional y la construcción de una alternativa política con la clase trabajadora y los sectores popular como cabeza y no como columna vertebral.


[1] “Desocupades, marx y una discusión sobre ´los excluidos´”, Nicolás Salas y Joaquín Andrade. Revista Marabunta, mayo del 2021.

[2] Las tesis de Kicillof que sostienen que una posible industrialización en los marcos capitalistas recuperarían el trabajo a los niveles anteriores a la dictadura pareciera no contemplar que en la actualidad, tendencias políticas y económicas de las principales potencias económicas vienen discutiendo en Davos la necesidad de crear una renta universal de hasta 1000 dólares para los sectores de la población que vayan siendo despojados del proceso productivo.



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  1. Kicillof, Grabois y el viejo nuevo debate sobre el trabajo y la desocupación – Flipr · 2023-02-28 12:47:08
    […] del concepto, el problema reside en que no se analiza cómo se construye el sector mencionado[1], el cual toma cuerpo y forma a partir de la variación en la composición del capital entre su […]
  2. Kicillof, Grabois y el viejo nuevo debate sobre el trabajo y la desocupación – Federación Anarquista · 2023-02-28 11:33:19
    […] del concepto, el problema reside en que no se analiza cómo se construye el sector mencionado[1], el cual toma cuerpo y forma a partir de la variación en la composición del capital entre su […]

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