30/11/2022

Conozca a los nuevos reyes de la política israelí

De izquierda a derecha: Yitzhak Wasserlauf, Itamar Ben-Gvir, Bezalel Smotrich y Orit Strook en la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja de Jerusalén el 20/10/21 (Foto: Yonatan Sindel/Flash90).

Israel acaba de celebrar sus elecciones y los ganadores pertenecen a un bloque político de corte extremista, nacionalista y fundamentalista religioso sin precedentes, liderado por el Likud (32 escaños), el Sionismo Religioso, (14 escaños), el Shas (11 escaños) y el Judaísmo Unido de la Torá (7 escaños). Mientras que el Likud, el Shas y el Judaísmo Unido de la Torá son partidos tradicionales bastante conocidos, el apoyo al Sionismo Religioso se ha disparado en los últimos meses, y sus líderes siguen siendo relativamente desconocidos. Dado que el Sionismo Religioso obtuvo 14 escaños en las elecciones israelíes, a continuación se presenta un resumen de los 14 principales miembros de la lista que formarán parte, casi con toda seguridad, del próximo gobierno israelí. Por Jonathan Ofir*


«Déjenme adivinar… ¿Netanyahu y Ben Gvir?» (Carlos Latuff).

1. Bezalel Smotrich

Smotrich es conocido por sus declaraciones homófobas, ultranacionalistas y de intolerancia religiosa. En 2006, Smotrich ayudó a organizar un “desfile de bestias”, que se burlaba del Desfile del Orgullo Gay de Jerusalén y presentaba cabras y burros. En 2015, entonces como miembro del partido Hogar Judío (un partido que en su actual integración, liderado Ayelet Shaked, no llegó al umbral electoral), dijo que era “un orgulloso homófobo”.

Cuando se trata de las personas palestinas con ciudadanía israelí, Smotrich va más lejos aún que Netanyahu, quien advirtió en 2015, en la víspera de las elecciones, que “los árabes vienen a votar en masa”.

En 2016, Smotrich fue noticia a raíz de las informaciones sobre la existencia de una política de facto de segregación racial en las maternidades israelíes, donde tuiteó: “Es natural que mi esposa no quiera compartir la habitación con una mujer que acaba de dar a luz a un bebé que podría querer asesinar al nuestro dentro de veinte años.” Su esposa, Revital, apoyó su opinión. Dijo al Canal 10 de Israel que había “echado a un obstetra árabe de la sala [de partos]. Quiero que manos judías toquen a mi bebé, y no me sentía cómoda en la misma habitación con una mujer árabe.” Y continuó: “Me niego a tener una partera árabe, porque para mí dar a luz es un momento judío y puro.”

Y en 2017, Smotrich dio a conocer su “Plan de Decisión”, el cual propone que la población palestina acepte explícitamente vivir bajo el apartheid como súbdita de segunda clase en “el Estado judío” (renunciando oficialmente a sus “aspiraciones nacionales”), o sea expulsada del país.

Bezalel Smotrich aspira a ser ministro de Defensa o de Finanzas en el próximo gobierno israelí.

2. Itamar Ben-Gvir

Itamar Ben-Gvir, del Partido Poder Judío, es un terrorista judío convicto, discípulo del rabino terrorista convicto Meir Kahane, y admirador del autor de la masacre de Al-Jalil (Hebrón), Baruch Goldstein, que en 1994 mató a 29 fieles que estaban rezando en la mezquita de al-Ibrahimi.

Puede que Netanyahu haya sido la cara del halcón israelí y de la intransigencia durante los muchos años de su mandato, pero palidece en comparación con Smotrich, y Smotrich parece palidecer en comparación con Ben-Gvir.

Como Smotrich, Ben-Gvir también tiene un plan para expulsar a las y los ciudadanos palestinos “desleales”. Ha conseguido hacerse popular tanto acudiendo a los kibutz (lo que podría decirse que era para burlarse del Partido Laborista), como blandiendo armas y animando a otros a disparar a los palestinos que lanzan piedras en el barrio ocupado de Sheij Yarrah, al este de Jerusalén.  Sin embargo, aunque a menudo se describe a Ben-Gvir como un extremista, es importante señalar aquí que Ben Gvir es la quintaesencia del sionismo.

Ben-Gvir ha atenuado un poco su retórica al convertirse en un político oficial. Los cánticos tradicionales de los jóvenes de sus bases han cambiado de “muerte a los árabes” a “muerte a los terroristas”. Este parece ser un objetivo real que está dispuesto a perseguir, y si consigue el codiciado puesto de Ministro de Seguridad Interior al que aspira, puede tener muchas oportunidades de implementar esta amenaza.

3. Ofir Sofer

Ofir Sofer ya ha estado en la lista del Sionismo Religioso bajo su antiguo nombre Tkumah (“Renacimiento”) y fue su secretario general desde 2014. Pasó por el partido Yamina (“Hacia la derecha”), se presentó a las elecciones del Likud el año pasado, y luego volvió al Sionismo Religioso este verano. Es un antiguo comandante del ejército.

Al igual que sus compañeros de lista, cree que las y los ciudadanos palestinos de Israel buscan “socavar los cimientos del Estado judío desde dentro.”

4. Orit Strook

Orit Strook es la mujer de más alto rango en la lista de sionistas religiosos. Fundó la “organización de derechos humanos de Judea y Samaria” en 2002, que trabaja para aplicar nombres bíblicos a los territorios palestinos ocupados y proteger los “derechos humanos” de la población colona invasora frente a la población palestina invadida.

5. Yitzhak Wasserlauf

Yitzhak Wasserlauf es el presidente de la facción Poder Judío. Con sólo 30 años, se espera que sea el miembro más joven de la Knesset. Pide la deportación de los solicitantes de asilo africanos, además de los palestinos “desleales”, por supuesto.

6. Simha Rothman

Simha Rothman forma parte del Movimiento del Templo, que busca la destrucción de la mezquita de Al-Aqsa y exhorta a que las y los judíos recen en el recinto, en contra del acuerdo del statu quo, el cual según él es “racista”.

7. Almog Cohen

Almog Cohen es el fundador de un equipo de supremacistas judíos vigilantes que patrullan el sur de Israel para “luchar contra la delincuencia de los beduinos”. Cohen se jactó recientemente de haber agredido a beduinos en 2013, cuando formaba parte de un equipo SWAT de la policía. En el suceso en cuestión, los agresores golpearon violentamente a un padre y a sus dos hijos que protestaban pacíficamente, orinaron sobre ellos y les amenazaron con un tiro en la cabeza. Al no poder confirmarse la identidad de los policías agresores, el caso se cerró y nadie fue sancionado.

8. Michal Waldiger

Michal Waldiger es la cara aparentemente más “humana” del Sionismo Religioso. Es una abogada que se dedica a la salud mental, el abuso de drogas y el servicio nacional de las mujeres, y por supuesto también es una defensora de la supremacía judía ultranacionalista.

9. Amichai Eliyahu

Amichai Eliyahu está enfocado en la lucha contra el mestizaje y en la importancia de Israel para mantener la biología judía. Recientemente, Eliyahu atacó a la líder del Partido Laborista y ministra de Transporte, Merav Michaeli, que tuvo un hijo por gestación subrogada, como “alguien que compró un hijo en Amazon” y que “no nos dará lecciones sobre la tolerancia”. También la criticó por “imponernos sus valores” cuando Michaeli condujo el acto de inauguración de una nueva línea de autobús que circula los sábados, a la que Eliyahu se opone vehementemente.

10. Zvika Fogel

Zvika Fogel es un brigadier general retirado, antiguo jefe del Comando Sur del ejército. Es el representante militar de alto rango en el Sionismo Religioso, que por lo demás no tiene un gran perfil militar, como es tradicional en muchos partidos sionistas (el propio Ben-Gvir, por ejemplo, fue considerado no apto para el servicio debido a sus antecedentes políticos extremos). Fogel aboga por la anexión del Valle del Jordán, algo que tanto Netanyahu como su rival Benny Gantz han defendido en el pasado y que sin embargo han puesto a un lado, a pesar de que esta anexión ya se ha producido de facto.

11. Avi Maoz

Avi Maoz es el jefe de Noam, un partido explícitamente anti LGBTQ (patrocinado ideológicamente por el rabino Zvi Thau, de la yeshiva de colonos de Har Hamor) que forma parte de la lista del Sionismo Religioso. Noam cree que Smotrich y los suyos no van lo suficientemente lejos para proteger los valores familiares tradicionales, judío-ortodoxos y conservadores. Su vídeo electoral de julio fue retirado por YouTube por violación de las condiciones de uso, pero puede verse aquí.  En él aparece una familia (madre, padre e hijo) acudiendo a votar, bombardeada por mensajes liberales. Dicen que votan para que “mi hijo pueda ser judío” y para que “se case con una mujer”.

12. Ohad Tal

Ohad Tal representa una cara relativamente benigna del Sionismo Religioso, y fue hasta hace poco jefe del movimiento juvenil sionista religioso Bnei Akiva. Trabaja en las relaciones con el judaísmo de la diáspora y parece estar abierto a hacer acuerdos en las disputas internas judías respecto al monopolio ortodoxo de los lugares de oración, como el Muro de las Lamentaciones. Quizás no se esperaba que esta cara relativamente más suave apareciera en el parlamento, ya que muy pocos esperaban que la lista sionista religiosa obtuviera más de 10 u 11 escaños.

13. Limor Son Har Hamelech

Limor Son Har Hamelech es un colono de larga data y uno de los evacuados de la colonia de Homesh en 2005. Esto formaba parte del acuerdo de “desconexión” de Gaza, en el que también se evacuaron cuatro colonias israelíes en Cisjordania. Son Har Hamelech aboga por que los colonialistas israelíes vuelvan a todas las zonas que abandonaron en 2005.

14. Yitzhak Kroiser

Yitzhak Kroiser pertenece a la facción  Poder Judío y apenas tiene huella política. Es hijo de Yehuda Kroiser, que es el rabino jefe de la colonia judía Mitzpeh Jericó. Yehuda Kroiser dirige una yeshiva de Jerusalén llamada La Idea Judía, que es una institución kahanista.

Son parte de la política sionista mainstream

Por último, vale la pena señalar que muchas de las ideas defendidas por los integrantes de la lista del Sionismo Religioso no son singulares, y han existido en la corriente principal de la política sionista. Ya hemos visto esta vena no apologética en el Likud, como cuando Tzipi Hotovely, entonces viceministra de Relaciones Exteriores, dijo en 2015 en su discurso de investidura: “Esta tierra es nuestra. Toda ella es nuestra. No hemos venido a pedir perdón por ello.”

Hotovely es también una sionista religiosa. Ese tipo de sionismo religioso fundamentalista se ha vuelto cada vez más dominante en la política israelí, así como dentro del liderazgo militar. Si se le llama Sionismo Religioso como partido o no, no importa: es una fuerza en la sociedad israelí.

Además, el reclamo explícito del partido Poder Judío de expulsar a la población palestina con ciudadanía israelí no es sólo compartida por una minoría enloquecida. En el pasado, el líder de Israel Beitenu, y principal voz anti-Netanyahu, Avigdor Lieberman, abogó no sólo por expulsarles, sino por decapitarlos con un hacha. Según una encuesta de PEW de 2016, la ciudadanía israelí estaba dividida de forma bastante pareja respecto a si los palestinos debían ser expulsados o no, pero una clara mayoría de los que se definen como religiosos estaba a favor.

Así que, aunque muchas personas están horrorizadas por el racismo y el fanatismo manifiestos de los partidos Sionismo Religioso y Poder Judío, está claro que no son una aberración o un grupo marginal. Representan las opiniones israelíes mainstream, y estas opiniones son cada vez más prominentes y más influyentes. Es más, parecen ser el futuro de Israel, ya que Poder Judío es aproximadamente tres veces más popular entre la juventud que entre el electorado de más edad. Este es realmente el rumbo por el que va Israel.

Publicado en Mondoweiss el 11/11/22. Traducción: María Landi.

Leer también otros artículos sobre el tema en +972 Magazine.


Previsible, Inevitable, Irreversible

Jonathan Kuttab

Director de Friends of Sabeel North America (FOSNA)

Se ha hablado mucho recientemente de los resultados de las elecciones israelíes y del aterrador giro a la derecha de la política israelí. Hacia la izquierda, Meretz no alcanzó el umbral mínimo, mientras que los laboristas apenas lo hicieron. Itamar Ben Gvir, que fue condenado específicamente por terrorismo e incitación en Israel y declarado terrorista por Estados Unidos, que tiene 53 condenas penales, que dirige abiertamente los cánticos de “Muerte a los árabes” y que aboga públicamente por las deportaciones masivas de árabes, tiene ahora 14 escaños en la Knesset. Su partido es el tercero más grande de Israel y pide ser ministro de policía.

Este racismo fascista y abiertamente descarado hace que muchos amigos de Israel se sientan totalmente incómodos, creándoles una crisis de conciencia. Sin embargo, hay que declarar que la elección de Ben Gvir no es un hecho repentino o reciente. Es previsible, inevitable e irreversible.

Una vez que la mayoría de los judíos israelíes eligieron rechazar el concepto de igualdad y buscaron en su lugar crear un Estado judío, y además una vez que se decidió no entregar las propiedades ocupadas en 1967 para que el pueblo palestino estableciera un Estado propio, y en cambio manteniendo y asentándose agresivamente en esas zonas, era inevitable que Israel hubiera optado por gobernar y oprimir a otra nación a perpetuidad. Los israelíes sintieron que habían ganado, que tenían el poder de retener toda Palestina/Eretz Yisrael. Durante más de medio siglo, fingieron que la ocupación era temporal y emplearon una serie de argumentos y engaños para encubrir sus verdaderas intenciones. Pero la realidad sobre el terreno demostró que Israel nunca tuvo intención de aceptar a las y los palestinos como pueblo ni de permitir la creación de un Estado palestino, ni siquiera dentro del 22% de la Palestina histórica que constituye Cisjordania/Gaza.

La población árabe dentro de sus fronteras tuvo que aceptar esta realidad y dejar de lado cualquier pretensión irreal de ejercer una verdadera soberanía sobre cualquier parte de la tierra. Sin embargo, una vez que la nación gobernada se negó a aceptar esta injusticia y optó por resistir, a pesar del abrumador poder desplegado contra ellos, Israel tuvo que volverse necesariamente más y más fascista, represivo y abiertamente racista. No importaba si la resistencia palestina era no violenta (como el BDS) o no. Cualquier negativa a aceptar la visión sionista de la supremacía y el predominio judío en la Tierra tenía que ser aplastada y silenciada.

En una reciente entrevista con Bill Maher, Benjamin Netanyahu fue muy claro: “Los palestinos son sólo el 1% del mundo árabe. Fue una tontería aceptar el principio de que primero tenemos que hacer la paz con los palestinos. Buscaremos la paz con el otro 99% y sólo después veremos qué hacer con los palestinos.” Ni siquiera hablará con Mahmoud Abbas, y mucho menos tratará a la Autoridad Palestina como un Estado en ciernes, sino que se limitará a utilizarla como un subcontratista cuyo trabajo y deber es evitar que su pueblo se resista de alguna manera a la dominación israelí.

La cuestión es que desde el momento en que se embarcó en este camino, se hizo predecible e inevitable que Israel llevara a cabo acciones que sólo pueden describirse como la aplicación de un régimen de apartheid. Su ideología requería una limpieza étnica o un apartheid para mantenerse. Ha necesitado detener y encarcelar a más y más palestinos/as, aplastar a la sociedad civil, asesinar a periodistas y aterrorizar a la población. Una combinación de sionismo tanto religioso como secular ha negado la igualdad a la población árabe palestina, requiriendo medidas duras para apalearla hasta la sumisión. Y, cuando ese comportamiento fracasa, Israel se redobla y utiliza medidas aún más duras.

En última instancia, a menos que las y los palestinos se den por vencidos y se hagan los muertos (cosa que no tienen intención de hacer), esta lógica empuja a Israel a seguir tomando medidas cada vez más duras. El apartheid se ha convertido en un aspecto necesario e integral del sistema de control de Israel sobre el pueblo palestino. Y la maquinaria del apartheid israelí es cada vez más difícil de ocultar o camuflar. También es cada vez más difícil para la gente justificar moralmente un sistema así. A falta de legitimidad moral, el Estado debe recurrir a la fuerza bruta para mantener su sistema de apartheid.

FOSNA cree que la cuestión de Palestina/Israel es ante todo una cuestión moral y ética. Dado el apoyo masivo que Estados Unidos presta al Estado de Israel y al movimiento sionista, todas y todos estamos implicados en sus políticas, a menos que nos resistamos activamente a ellas. Hacerlo no es tomar partido en una lucha entre dos facciones opuestas, sino defender la justicia, la igualdad y los derechos para todas las personas. Es oponerse al apartheid y a la discriminación y resistir a la opresión. La elección de Ben Gvir y la reelección de Netanyahu deberían dejar más nítidas y claras las cuestiones. Los argumentos que se utilizaron en el pasado para apoyar el sionismo y las políticas de Israel ya no pueden sostenerse. Las personas con conciencia y moralidad deben tomar una posición.

Fuente: newsletter de FOSNA. Traducción: María Landi.

«Si [los palestinos] están tirando piedras, ¡dispárenles!»

A mediados de octubre pasado, el diputado israelí de extrema derecha Itamar Ben-Gvir fue visto blandiendo una pistola mientras se encontraba en el barrio de Sheij Yarrah, en Jerusalén Oriental ocupada, diciendo a las fuerzas israelíes que dispararan a los palestinos que lanzaran piedras. Los colonos israelíes atacaron el barrio en un momento en que las tensiones aumentaron tras el asesinato de un soldado israelí en un puesto de control la semana anterior.

Fuente: Middle East Eye.

*Fuente: https://mariaenpalestina.wordpress.com/2022/11/14/conozca-a-los-nuevos-reyes-de-la-politica-israeli/



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