En comunión con la naturaleza y en territorio recuperado, se celebró la renovación del ciclo guaraní

A fines de septiembre, más de un centenar de personas compartieron una de las ceremonias y festejos más convocantes de Punta Querandí: el Ara Pyahu. El sitio sagrado localizado entre Dique Luján (Tigre) y Maschwitz (Escobar) volvió a reunir a diversas expresiones del movimiento indígena de la Buenos Aires Plurinacional. Por Punta Querandí. Fotos: Omar Bogado.

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«Agradezco al gran espíritu por compartir ese momento tan especial, estuvieron muchos pueblos reunidos, con música, bailes y oradores de distintos lugares», describió sobre la jornada Santiago Chara, del Consejo de Ancianos de Punta Querandí y cacique de la Comunidad Qom de Benavídez.

Esta ceremonia ancestral guaraní, que viene recuperándose en el conurbano bonaerense en la última década, se realizó el domingo 25 de septiembre «en comunión con la naturaleza y en hermandad», fue la mirada de Cintia López, la cacica de la Comunidad Qompí de Garín, quien agregó: «Fue bello ver a hermanos y hermanas celebrarlo en alegría y en familia. Las nuevas generaciones allí presentes!! Las nenas con los bombos; el nene tocando un silbato con los sikuris y el nuevo integrante de la Tribu!».

Como una demostración de los logros de la lucha unificada, fue significativa la presencia de los profesores de idioma guaraní y moqoit, Verónica Gómez y Cristian Santos, quienes trabajan en el fortalecimiento de esas lenguas en Tigre a partir de políticas municipales impulsadas por las comunidades indígenas.

«El recibimiento del Ára Pyahu es muy importante para quienes tenemos raíces guaraníes porque siendo partícipes de esta ceremonia fortalecemos nuestra identidad cultural y nos acercamos más a nuestros ancestros», expresó Verónica Gómez, vecina de Quilmes, quien asiste desde hace varios años a Punta Querandí en estas fechas.

«Fue una alegría visitar este lugar donde los distintos pueblos pueden compartir sus tradiciones en armonía con la naturaleza, sus lenguas, sus cantos», subrayó Cristian Santos, de la Comunidad Moqoit El Pastoril del sur de Chaco, quien viajó ese fin de semana a Tigre para realizar una clase presencial con sus parientes de la Comunidad Moqoit del Delta. «Cuando di mis palabras prestaron mucha atención, vi ese respeto. Me fortalece que me tengan en cuenta como un hermano más», agregó sobre la celebración.

Todo comenzó con una bienvenida frente al Museo Autónomo de Gestión Indígena, donde se presentaron integrantes de la comunidad de Punta Querandí y de la Unión de Pueblos Originarios. Luego las personas se dirigieron por uno de los senderos hasta el fondo del territorio, donde se levanta el Opy: templo guaraní de paja y barro.

Esta construcción fue clave en el proceso de lucha de casi dos décadas, ya que su edificación despertó atentados violentos y una avanzada de juicios de desalojos impulsados por el empresario inmobiliario que pretendía adueñarse de las tierras, hasta que a fines de 2019 cedió sus papeles al Municipio de Tigre y la Intendencia firmó en 2020 un Convenio de Propiedad Comunitaria con Punta Querandí. A este enorme triunfo se sumó en 2021 los reentierros de ancestros que estaban en poder de arqueólogos; y a través de la Unión de Pueblos Originarios se logró un local en el Puerto de Frutos y el financiamiento de cursos de idiomas indígenas.

El inicio de la ceremonia estuvo marcado por las palabras de Reinaldo Roa del Consejo de Ancianos. Luego, se interpretaron canciones acompañados por instrumentos guaraníes. A continuación, se sahumó a todas las personas y finalmente, fue presentado un bebé recién nacido de una integrante de la comunidad.

Con la ayuda de muchos y muchas, la comida, las mesas y los bancos se trasladaron desde el salón comunitario hasta el frente del Opy, donde se compartió un fresco almuerzo de verduras, lentejas, porotos y un salpicón de pollo, arroz y arvejas, un menú celebrado por la numerosa asistencia.

«LUGAR EMBLEMÁTICO»

Los primeros en compartir su música fueron la Comunidad de Sikuris del Arco Iris, quienes han acompañado la lucha en numerosos momentos, no sólo en Punta Querandí sino también en festivales en la Plaza San Martín de Benavídez y en el Paseo Victorica de Tigre.

«Para Arco Iris es un verdadero placer haber podido participar, es un lugar emblemático Punta Querandí. Se ha trabajado muchísimo para recuperar y sostener ese espacio, que en el último tiempo fue visibilizando muchas cosas y hoy está en pleno crecimiento», expresó Enrique Mamani, integrante del Pueblo Kolla y uno de los guías de esta comunidad.

Antes de seguir con la música y las danzas, tomó el micrófono el vecino isleño Daniel Argüello, quien donó a la biblioteca de Punta Querandí un ejemplar de su primer libro: «Rodolfo Walsh: La casa donde ejerció ese peligroso oficio de escribir». Allí se cuenta sobre la vivienda «El Edén» del Delta, hoy declarado patrimonio cultural, donde vivió entre 1971 y 1976 el periodista militante, quien sería asesinado por la dictadura cívico militar.

«La visita a Punta Querandí ha sido muy feliz, tanto para mí compañera, nieto y Mario un amigo, hijo de desaparecidos, que nos acompañó. Sin duda, cada vez que hemos visitado esos lugares sagrados, hemos contado con la ternura y calidad personal de todos ustedes muy bien organizados y dispuestos a exponer sus calificados valores. Muchas gracias y cuenten siempre con nosotros», compartió Daniel Argüello.

A continuación, Claudia Roxana Choque, protagonista en los inicios de los reclamos en defensa de este sitio sagrado, agradeció que «se mantengan las ceremonias de varias comunidades y que realmente sea un espacio de muchas naciones; Punta Querandí es nuestra tierra de pueblos originarios en Buenos Aires», subrayó la hermana quechua-aymara.

Luego de estas palabras, siguieron las danzas típicas del Paraguay que aportó Yessica Rodríguez y su hija Bianca Rivero, vecinas de Tigre y estudiantes del curso de guaraní a cargo de Verónica Gómez.

Entonces fue el turno de los Sikuris Ahihaymanta, quienes soplaron por primera vez en Punta Querandí. «Para nosotros es muy importante este espacio sagrado y ceremonial, agradecemos todo el esfuerzo, la entrega y la dedicación que han hecho para recuperarlo», expresó Lucas Menéndez Varela, uno de sus fundadores.

«VITALIDAD PODEROSA»

Llegó el momento del profesor Cristian Santos de la provincia de Chaco, quien compartió su carisma, su energía y varias canciones en idioma moqoit. «Punta Querandí es encantador para conocer cómo fue su lucha, su trayectoria de años. Muchas veces somos discriminados, somos despreciados, sin embargo, tenemos nuestro conocimiento, nuestra tradición y nuestra cultura para demostrar que sí tenemos valor», manifestó Cristian.

Los idiomas originarios tuvieron un lugar importante durante la celebración y así fue que Verónica Gómez y Darío Juárez leyeron cuentos en guaraní y castellano que forman parte del libro «Voces Nativas de América en Buenos Aires» del que ellos son algunos de sus autores.

«Para mí siempre es una alegría volver a Punta Querandí porque me reencuentro con gente muy querida, pero además me alegra mucho conocer los logros que día a día va alcanzando esta comunidad a fuerza de lucha y convicción», expresó Vero.

Ya llegando al final de la jornada, Natalia Casiopea, coordinadora del Espacio por la Memoria de los Pueblos Originarios (EMPO) de Morón, destacó «la pasión que siempre se generó en Punta Querandí», un espacio «con una energía y una vitalidad hermosa y poderosa».

Luego de concretar un sorteo que sirvió para juntar dinero con el objetivo de comprar un micrófono y mejorar el sonido de las clases virtuales de idioma moqoit, el cierre musical estuvo a cargo del conjunto Caudal formado por Eve Luquesi y Juan Pelater quienes plasmaron su folklore combinado con otros géneros.

PRÓXIMAS ACTIVIDADES

Con el Ara Pyahu, se cierra una etapa de celebraciones (Inti Raymi en junio, Pachamama en agosto) que reafirma el carácter pluriétnico y plurinacional del sitio sagrado sobreviviente en el epicentro de los barrios privados. La próxima ceremonia similar en convocatoria será en el mes de enero, el Ñemomgarai, bendición de los frutos maduros.

Mientras tanto, el territorio seguirá atravesado por las actividades habituales de construcción, mantenimiento, producción y las visitas de establecimientos educativos de toda la región bonaerense.