Un centenario del tango
Ayer, 22 de septiembre, se realizó, en el marco del FACAFF, el homenaje a Osvaldo Ruggiero en el día de su centenario. La jornada que comenzó con la proyección del documental realizado por Augusto De Antoni, contó con la participación de notables artistas del tango contemporáneo que honraron el legado de “los Osvaldos”, por Pugliese y Ruggiero, en el lugar pertinente, donde se nuclean las cooperativas del arte. Aquella semilla sembrada a finales de los años 30 hoy se encuentra robusta, como fue demostrado ayer en una fiesta de música plagada de artistas y compañeros es un espacio cooperativo y autogestionado. Por Ramiro Giganti (ANRed). Fotos Fabio Saltarelli.
“Rompelo Tano”, sentenciaba la pantalla que tapaba medio escenario mientras se iba a llenado las mesas tras abrir puertas a las 20hs. Como suele suceder en el Club Atlético Fernández Fierro – CAFF, la previa suele parecerse más a la de un recital de rock. Hay mucho rock, incluso en el repertorio que suena antes de la función, mientras la barra ofrece empanadas cocinadas en el lugar. Ya no está la autóctona cerveza Almagro, pero si se mantienen la oferta artesanal. Desde la barra surge parte dela autogestión del espacio cooperativo, donde un grafiti Pugliese mezclado con Luca Prodan sonríe… y ahora bromea en inclusivo. “Putes”, dice el globo con ironía. Pero el rock también estaba cuando el tano Ruggiero rompía bandoneones varios años antes de que Jimi Hendrix prenda fuego a la stratocaster.
Con histrionismo y efervescencia tomó el micrófono Luis Aranosky, anfitrión y presentador del festival, mezclando la poesía con arengas, mostrando con orgullo el certificado de las cooperativas celebrando el evento como arte, pero también como resistencia contra el capitalismo. Allí, primero presento el documental, realizado por Augusto De Antoni, a quien luego su amigo Daniel Ruggiero volvería a mencionar pidiendo un aplauso. El documental alternaba material de archivo con imágenes de archivo, el testimonio de viejas figuras, con momentos de la grabación de Rompelo Tano y pequeñas conversaciones de Daniel Ruggiero con algunos de los bandoneonistas y arregladores que participaron, incluido Adrián Ruggiero, quien luego abriría el show con la presentación de su versión de A mis compañeros.
Fue recordado, tanto en el documental, como luego desde el escenario, la integridad de Osvaldo Pugliese por aquella innovadora cooperativa de artistas, donde el dinero se repartía de manera equitativa por un sistema de puntaje. Un comunismo que no se quedaba solo en palabras.
Después de desarmar y retirar la pantalla, las y los músicos llegan al escenario. Tras la primer pieza, A Mis Compañeros, arreglada por Adrián Ruggiero quien interpretó el bandoneón solista, fue presentado el pianista Fulvio Giraudo, ausente en la primer pieza donde Adrián Ruggiero buscó recrear los tiempos del «clavel rojo», cuando Osvaldo Pugliese estaba preso y Osvaldo Ruggiero junto al resto de la orquesta decidieron seguir tocando, sin pianista, con un clavel rojo que simbolizaba su ausencia, recreando aquella resistencia.
La orquesta integrada por Fulvio Giraudo en piano, Emilio longo en Contrabajo, Sofía Calvet, Mauricio Host, y Mariano Calo, en Bandoneones. Cesar Rago, Ernestina Inveninato, Ornella Restifa, Bruno Franco, en Violines, Gustavo Barahona en Viola, y Jacqueline Oroc en Cello. Tuvo la participación de las y los solitas: Horacio Romo, Ramiro Boero, Mariano Gonzales Calo, Bruno Ludueña, Daniel Ruggiero, Adrián Ruggiero y Jorge Sequeria, además de la participación especial de Chino Laborde para cantar Tiempo, que en la grabación contó con la voz de Ariel Ardit.
La interpretación de la orquesta fue contundente, con la fricción de los fuelles, los pizzicatos y otros elementos percusivos característicos, alternando los impecables matices entre la fuerza y la sutileza: «endurecerse sin perder la ternura».
En cada pieza rotaba el primer bandoneón que para ser interpretado por quien hizo el arreglo de cada una de ellas. En algún caso de ausencia por viaje, fue Daniel Ruggiero quien se hizo cargo del «reemplazo». Hubo un momento, mientras Horacio Romo tocaba junto a la orquesta, que el bandoneonista Mauricio Host, tuvo un inconveniente con su instrumento y mientras la obra pasaba, fue a un costado del escenario a buscar una solución que encontró justo al momento de retomar el instrumento e interpretar la partitura: ¡Pugliese Pugliese Pugliese!
Tras interpretar la totalidad del flamante disco y la ovación pertinente, la orquesta sumó un bis compuesto e interpretado por Daniel Ruggiero: Osvaldo Osvaldo, que no hace falta aclarar a quienes está dedicada la obra.
Habrá que esperar por nuevas presentaciones aún no anunciadas de este notable repertorio. Pero de concretarse las mismas, altamente recomendadas por quien escribe estas palabras, podrá igualarse y hasta superarse la excelencia en la interpretación, pero el mágico momento de la presentación en la misma jornada del centenario del tano quedará presente para un selecto grupo de concurrentes que agotaron las mesas disponibles bajo el escenario del CAFF. Fue, sin dudas, una jornada histórica: un centenario del tango.