27/07/2022

Denuncian que el Rector de la UBA pretende eliminar la Dirección General de Salud y Asistencia Social

Imagen: Trabajadores Hidalgo.

Trabajadores y trabajadoras de la Dirección General de Salud y Asistencia Social del Rectorado de la UBA denuncian que el rector saliente Alberto Barbieri anunció su objetivo de eliminar dicha área. «Esta decisión no es producto de un debate en el Consejo Superior ni está fundamentada en razones médicas ni científicas. La decisión remite a intercambio de favores políticos y reducción presupuestaria. El Centro de Salud Dr. Carlos F. Astiz es producto de un legado familiar con cargo para la realización de tareas de prevención y asistencia primaria para la salud de estudiantes de la UBA. La cesión del edificio de Hidalgo 1067 para destinarlo exclusivamente a un centro de diagnóstico y asistencia psicológica (que ya funciona en el mismo edificio) implica la desafectación de los servicios de salud allí instalados: odontológicos, rayos x, laboratorios, consultorios y técnicos. Es un ámbito centralizado e integral, la oportunidad única de realizar los estudios en un mismo lugar», sostienen los y las trabajadoras, que lanzaron un petitorio para juntar firmas y luchan preservar sus puestos laborales y el derecho a la salud de los y las estudiantes. Por ANRed.


A su regreso de Europa, Alberto Barbieri, Rector saliente de la UBA, confirmó en declaraciones a AM750 el 18 de julio (luego replicadas por Página/12) el objetivo de eliminar la Dirección General de Salud y Asistencia Social del Rectorado de la UBA.

«Esta decisión no es producto de un debate en el Consejo Superior ni está fundamentada en razones médicas ni científicas. La decisión remite a intercambio de favores políticos y reducción presupuestaria», denuncian los y las trabajadoras de la Dirección General de Salud y Asistencia Social del Rectorado de la UBA, en la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil. De avanzar Barbieri, la medida, además, «habilitaría el inicio de la sucesión familiar del Dr. Astiz, fallecido en 1940 y la posible pérdida del inmueble para la UBA. Por lo mismo hemos iniciado una acción legal al respecto», detallan.

Imagen de Alberto Barbieri, Rector saliente de la UBA.

Con respecto a la historia del lugar, los y las trabajadoras del edificio ubicado en Hidalgo 1067 de la Ciudad de Buenos Aires, cuentan: «el Centro de Salud Dr. Carlos F. Astiz es producto de un legado familiar con cargo para la realización de tareas de prevención y asistencia primaria para la salud de estudiantes de la UBA. Sus antecedentes se remontan 80 años en el tiempo, hasta las investigaciones en prevención sanitaria del Dr. Raúl Vaccarezza. El año que viene deberá cumplir 60 años, siempre y cuando la decisión de liquidarlo – insistimos – sin debate, ni evaluación científica previa, sea aceptada por el Consejo Superior de la UBA».

El objetivo de la sesión del edificio sería «para destinarlo exclusivamente a un centro de diagnóstico y asistencia psicológica (que ya funciona en el mismo edificio) implica la desafectación de los servicios de salud allí instalados: odontológicos, rayos x, laboratorios, consultorios y técnicos», detallan, y agregan: «es un ámbito centralizado e integral, la oportunidad única de realizar los estudios en un mismo lugar. Allí – mediante el Examen Preventivo de Salud – la detección temprana de patologías en jóvenes aparentemente sanos (incluyendo estudiantes secundarios de las escuelas medias universitarias) permite una asistencia posterior de las detecciones, así como llevar adelante campañas específicas de prevención y promoción de conductas saludables en la juventud».

En un petitorio online (que puede leerse y firmarse aquí) los y las trabajadoras cuentan que antes del anuncio de Barbieri ya se venía dando una política de desmantelamiento y abandono: «hace varios años que este espacio y sus trabajadoras y trabajadores viene soportando la política de abandono y desguace, a través de la reducción presupuestaria y la reducción de programas de atención sanitaria. Lo que resulta en el deterioro inevitable del edificio, la reducción de sus prestaciones y el socavamiento de la oferta de atención de la salud de la comunidad estudiantil de una de las universidades más prestigiosas, que recientemente ha celebrado su bicentenario. Durante el año 2019 sólo pudieran ser asistidos en la Dirección de Salud poco más de 16.000 estudiantes y esa cifra desciende año a año a causa de la indiferencia de las autoridades de la UBA. Este socavamiento se incrementó durante la pandemia por COVID19 (que aún persiste) cuando el Centro de Salud Estudiantil por decisión del Rectorado fue mantenido inactivo, obstaculizando así, la posibilidad de haberse integrado junto a otras postas sanitarias para el asesoramiento y seguimiento en salud de los 300.000 estudiantes matriculados en la Universidad de Buenos Aires y sus familias».

Ante esta situación, los y las trabajadoras del área exigen «que se detenga esta determinación ajena a las necesidades de la comunidad universitaria, más que nunca en estas épocas de pandemias que atravesamos, en conjunto con el estado de saturación de los Hospitales Públicos (incluidos los de la red de la UBA)».

Asimismo, reclaman «la articulación estratégica de líneas programáticas que involucra el sentido del establecimiento del Centro Universitario de Atención Psicológica, sin que ello signifique el detrimento de la orientación primigenia de la de la Dirección General de Salud del Rectorado, destinada a la atención integral sanitaria de la población estudiantil».


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