01/07/2022

20 años en el camino de Darío y Maxi

Como hace 20 años, las organizaciones de trabajadores ocupados y desocupados testimonian hoy una situación de pobreza, desocupación, falta de acceso a vivienda y salud en los barrios de todo el país y representan, así, la mayor expresión del conflicto socio-económico al trasladar estas problemáticas a las calles. A 20 años de la Masacre de Avellaneda, Red Eco Alternativo recoge los testimonios de militantes sociales, políticos y piqueteros que repasan imágenes y vivencias de aquel 2002 y analizan la realidad actual en los barrios y en las propias organizaciones. Por Red Eco.


Las manifestaciones de las organizaciones piqueteras son -por cantidad de gente y alcance geográfico- las que sacuden la realidad nacional. Salvo excepciones, como docentes, salud y prensa, conforman el sector que más impacto está generando en la visibilización de sus reclamos y en la imposición de una agenda política.

La Unidad Piquetera que agrupa a 25 organizaciones produjo en este primer semestre del año las movilizaciones populares de mayor envergadura en cuanto a cantidad de manifestantes y por la implicancia territorial. Las principales acciones que llevaron adelante en este semestre fueron: acampe de 24 hs el 16 de marzo, acompañado con acampes, cortes de ruta y accesos en todo el país; acampe de 48 hs sobre la Avenida 9 de julio, el 30 y 31 de marzo pasado; organización de la Marcha Federal los días 10, 11 y 12 de mayo que convocó cerca de 150 mil personas, y que incluyó tres días de movilizaciones con columnas que partieron del noroeste, noreste y sur de nuestro país para confluir en la Plaza de Mayo. Además, el pasado 9 de junio se realizó una Jornada Nacional de protesta con cortes de acceso a la Capital y movilizaciones al Ministerio de Desarrollo Social. Finalmente, el 16 de junio se realizó el Plenario Nacional de la Unidad Piquetera en el Obelisco, con participación de delegaciones de todo el país, con la consigna “Por trabajo, salario y contra el hambre y la pobreza”.

Imagen: Red Eco Alternativo.

A la hora de interpretar estas movilizaciones y el impacto de los grupos piqueteros en la calle nos remitimos a fines de la década del 90 y comienzos de los 2000. Para repasar estos 20 años y cuáles son las problemáticas y reclamos que enfrentan los movimientos populares entrevistamos a referentes de diferentes organizaciones sociales y piqueteras.

ALGUNOS NÚMEROS DE AYER Y HOY

Según datos difundidos por el INDEC en julio de 2002, en Argentina había 3.036.000 de personas desempleadas, lo que abarcaba al 21,5% de la población económicamente activa. Los picos de desocupación se registraban en Gran Catamarca (25,5%), Gran Córdoba (25,3%), Gran Rosario (24,3%) y GBA (22%). En tanto, la subocupación alcanzaba al 18,6% de la población. En total, en julio de 2002 había 5.666.000 de argentinos con problemas de empleo.

Respecto a los últimos datos sobre el mercado de trabajo, que difundió el INDEC hace pocos días, actualmente en Argentina hay 1,4 millones de personas que buscan trabajo y no lo encuentran. En el primer trimestre de este 2022, el desempleo afectó al 7% de la población económicamente activa. Si a esta cantidad de desocupados se suma la de ocupados que demandan trabajo, el porcentaje de argentinos con problemas de empleo alcanza al 22,5%.

En cuanto a la pobreza, las cifras de mayo de 2002 indicaban que el 53% de la población argentina era pobre. La cifra fue en aumento y para comienzos de 2003 llegaba al 57,5%. En tanto, la indigencia abarcaba al 27,5% de los argentinos, que no llegaban a cubrir sus necesidades básicas alimentarias.

Los últimos datos difundidos por el INDEC en relación a la pobreza señalan que en el segundo semestre de 2021 el 37,3% de las personas que viven en Argentina, es decir 16,7 millones de personas, no contaron con los ingresos necesarios para cubrir la canasta básica de consumo; mientras que 8,2%, que equivale a más de 4,1 millones de argentinos y argentinas, no contó con el dinero necesario para comer, es decir es indigente.

En 2002 la inflación fue del 41%, el nivel anual más alto desde 1991. A lo largo de ese año, el rubro alimentos y bebidas acumuló una suba del 57,9%, la indumentaria 58,7%. Los aumentos más fuertes se reflejaron en lentejas secas (272,7%), aceite de maíz (218,9), harina de trigo (162,7) y tomate entero (129,3).

En tanto, la inflación de los primeros cinco meses de 2022 ya suma un 29,3%. En lo que va de este año los alimentos se incrementaron en 33,7%, la ropa y el calzado 36,4%, la educación 36,9% y los restaurantes y hoteles 31,9%. Estos aumentos suponen que aún más familias han caído en la pobreza o en situación de indigencia.

En 2001, la brecha entre el 10 por ciento más rico respecto al 10 por ciento más pobre era de 51,9 veces.En 2022, la diferencia se incrementa a 65 veces más. Es decir, en 20 años la brecha entre los más ricos y los más pobres se amplió 20 por ciento.

Estas cifras y porcentajes toman una dimensión real cuando se reflejan y materializan en vidas, historias y realidades.

VIVENCIAS DE AYER Y HOY

“Son procesos distintos, pero hoy y en el 2002 tenemos puntos de crisis social muy fuerte”, afirma Guillermo Kane, que formó parte de la fundación del Polo Obrero, participó de las asambleas y manifestaciones piqueteras de 2001 y 2002, y hoy es diputado provincial bonaerense por el Frente de Izquierda.

Imagen: Red Eco Alternativo.

En diálogo con Red Eco señala que en 2002 la situación social era más urgente, “ya no había realmente ni un peso en la calle”, mientras que hoy hay una red asistencial más extendida desde el Estado, aunque esto no resuelva los problemas: “También hay un nivel de bancarización y endeudamiento más fuerte entre los trabajadores de conjunto. Ahora no hay duda que la distancia con una canasta familiar, el acceso al trabajo para la gran parte de los trabajadores o un trabajo fijo – porque se ha extendido mucho en estos años distintas formas de trabajo precarizado también – son problemas enormes, lo mismo que el acceso a la vivienda. Entonces la población ha crecido y se ha mantenido una fracción muy grande que está precarizada, que está bajo la línea de pobreza e indigencia que creo que eso hace que esta situación tenga también un carácter explosivo”.

Alejandro Pérez, del Frente de Organizaciones en Lucha, coincide en que la situación en los barrios hoy respecto al 2002 todavía no es la misma, aunque remarca en particular la caída salarial sistemática que se viene registrando, que inicia con la crisis de 2008/2009, pero se da sobre todo poco antes de la finalización del gobierno de Cristina Kirchner: “Y desde el 2014 hasta el presente son pequeños peldaños en el deterioro del nivel de vida en todo sentido, de los servicios públicos, la infraestructura social en los barrios, escolar, hospitalaria, una caída del nivel salarial, un crecimiento en la familia de los distintos problemas en relación a las carencias educativas. Y un crecimiento en los barrios de una descomposición social que se va consolidando.

En tanto, para Ricardo, militante del Frente Popular Darío Santillán en Lomas de Zamora, una de las diferencias que aparece en los barrios es la expresión visual de la pobreza: “Hay muchos avances edilicios, un crecimiento en forma vertical, se empezó a construir para arriba porque los hijos de los que estaban en 2002, que eran nuestros compañeritos, que eran peques, están casados y tienen sus hijos y están viviendo arriba de las casas de sus viejos, entonces se empieza a dar ese crecimiento porque no hay espacio donde puedan ir a vivir, y un alquiler cuesta carísimo”.

Imagen: Red Eco Alternativo.

“Por ahí lo que se nota es un poco la incidencia de la organización en base a lo que era la violencia que había de los pibes particularmente – continúa –, que por ahí sí salían a delinquir, estaban robando, hoy en día no se ve tanto como en aquella época donde hasta no reconocían a los propios vecinos, hoy en día hay como cierto cambio en eso. Muchos de esos pibes estaban en la organización, se criaron en la murga o en algún espacio de niñez, donde por ahí pudieron tener otras prácticas y entender otras lógicas, entonces cierto cambio hay en eso. Por ahora eso se ve distinto a lo que era la imagen de 2002”.

En cuanto a lo económico, Ricardo considera que no se encuentran muchas diferencias: “Creo que está bastante similar, con algunas excepciones de los que tienen trabajo y los que están en alguna otra organización hermana que están pudiendo laburar con el (programa) Potenciar, y en nuestro caso los compañeros que están con los Productivos o en algún laburo de la organización están cobrando un poco más entonces tienen un margen mayor en lo que es lo económico”.

Sí, en cambio, ve avances en lo que es una organización casi automática o espontánea de los vecinos y las vecinas: “(Por ejemplo) si se corta la luz enseguida van y reclaman a Edesur o van y cortan la Avenida, cuando falta agua o ante algún caso de gatillo fácil o violencia también se nota que rápidamente se da eso, y es piola. Lo vemos de una manera como del poder popular real en los barrios, que los mismos vecinos están ante reclamos, ante ciertas cosas enseguida se organizan y van a hacer el reclamo. Justo pasó (hace pocos días) en el Profesorado 103 de Villa Fiorito que habían sufrido un robo bastante violento y salieron a reclamar a Camino Negro, Puente La Noria, y fueron reprimidos por la Policía”.

En esa misma línea, para Silvia Saravia, coordinadora nacional de Barrios de Pie / Libres del Sur, las similitudes entre 2002 y 2022 tienen que ver con la organización en los barrios: “La fortaleza de nuevas prácticas frente a las viejas prácticas de los punteros de los partidos tradicionales, que van siendo desplazados por las incipientes organizaciones sociales. También (hay) similitudes en las actitudes de los intendentes frente a eso, rechazo, estigmatización, represión también”.

“En cuanto a las diferencias, creo que producto de la lucha y los reclamos que se hicieron hay una asistencia mayor del Estado, hemos logrado conquistar derechos como es la Asignación Universal por Hijo/Hija, hoy también está la Tarjeta Alimentar, creo que ahí hay una serie de cuestiones universales que hoy tienen un alcance muy importante y son producto de toda esa pelea en ese momento”, agrega Saravia a Red Eco.

IMÁGENES DE JUNIO DE 2002

“Junio de 2002, las organizaciones piqueteras protagonizaban una fuerte lucha que ya venía desde el gobierno de (Fernando) De la Rúa y la rebelión popular. Un sector se había integrado a una concertación con el Estado y la Iglesia, pero no había resuelto los problemas de pobreza ni generado trabajo, sino que incluso se estaba recrudeciendo; y otros sostuvimos la conducta de salir a las calles, de reclamar por trabajo genuino, y tuvimos un gran crecimiento en nuestras filas, caso del Polo Obrero que era parte del Bloque Piquetero y que impulsó en esas fechas las Asambleas Nacionales de Trabajadores”, relata Guillermo Kane.

Imagen: Red Eco Alternativo.

“En junio fue la segunda Asamblea de 2002, donde votamos un plan de lucha que después se coordinó también con la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón y otras organizaciones, que votó el corte de los puentes de acceso a la Ciudad de Buenos Aires el 26 de junio – continúa –. A mí ese día me tocó estar como uno de los compañeros que estaba coordinando la protesta en el Puente de Liniers; con la mayoría de las organizaciones que eran parte de este acuerdo de lucha de La Matanza y otros distritos de la zona oeste. Desde temprano – en línea con las declaraciones que decían que este plan de lucha era una declaración de guerra y cosas así, de parte de Aníbal Fernández (entonces secretario general de la Presidencia) y otros funcionarios del gobierno de Duhalde – nos encontramos con un gran despliegue de fuerzas represivas, Gendarmería, Prefectura, que nos amenazaban con armas largas y decían que si constituíamos el piquete íbamos a ser reprimidos. A pesar de esto, estuvimos varias horas sobre Avenida Rivadavia, sobre todo cuando nos enteramos de la represión que estaba habiendo en otros puentes, particularmente en el Puente Pueyrredón, pero también en el Puente Uriburu que une Pompeya y Lanús, por ejemplo, donde había habido una represión quizás más pequeña que la que terminó con la vida de Kosteki y Santillán”.

“Nosotres veníamos siendo parte de la FTV (Federación de Tierras y Vivienda), dentro de la CTA, y había una discusión muy fuerte con (Luis) D’Elía, que planteaba el apoyo y el diálogo con el gobierno de (Eduardo) Duhalde y nosotres planteábamos que la profundización de la pobreza, más allá de que se hubiera creado el Plan Jefes y Jefas de Hogar, implicaba directamente el deterioro de la situación de vida de millones de personas y que había que salir a las calles planteando esto”, recuerda Silvia Saravia sobre aquellos días de junio.“A mí me tocó ser parte de la organización del corte que se hizo en Panamericana y General Paz, donde el despliegue conjunto de las fuerzas de seguridad era impresionante, pero no tuvo puntos de comparación con la represión que hubo en Puente Pueyrredón”.

“Como estaba en Lomas habíamos ido a cortar a La Noria – cuenta Ricardo del FPDS –, sabíamos que era una jornada que se iba a poner picante, de hecho habíamos hecho asamblea en los lugares antes de salir. Recuerdo que había llegado medio tarde y llego justo a la Asamblea cuando ya estaba iniciada. Fuimos a cortar en La Noria, recuerdo que estaba coordinando la seguridad de la organización y estábamos con el MIJD, Barrios de Pie, otras organizaciones de Lomas, éramos cuatro o cinco organizaciones, los compañeros de ATE Sur, y me acuerdo que la policía se pone en actitud de confrontación, nosotros estábamos ahí con los palos y la capucha, todavía era esa época. Recuerdo esa situación que se puso picante, y nos dicen ‘tengan cuidado que están reprimiendo’, primero nos dicen en Valentín Alsina, al rato vienen y dicen que están reprimiendo en Puente Pueyrredón, ahí estábamos más atentos, la cana empieza a pararse como para avanzar, nos dan cinco minutos para despejar, vienen y nos dicen ‘repleguemos y hagamos asamblea más adelante para tomar una definición de qué hacemos’. Empezamos a replegar, vamos a unos 200 metros más o menos, hacemos una asamblea general y ahí avisan que había dos muertos en el Pueyrredón”.

Imagen: Red Eco Alternativo.

“Fue como una cosa muy loca tratar de llegar a casa y llamar a compañeros, porque existían celulares pero había muy pocos. Entonces llegué a casa, agarré el fijo y empecé a llamar a compañeros que por ahí sabían que estaban allá y ver si habían llegado a sus casas, era tratar con otros compañeros de ir para allá, porque llegamos a nuestras casas y todavía estaba la represión, nos subimos a los colectivos y no podíamos llegar. Llegamos hasta Pavón y Galicia, un poco antes creo, y la policía estaba reprimiendo, entonces tratamos de ir por adentro y no podíamos, parecía una zona de guerra, se escuchaban balazos, era seguir caminando, hacer dos cuadras y cruzarte con compañeros que salían porque estaban escondidos en casas de otros compañeros, y fue como muy fuerte esa situación. Esas son las imágenes que tengo, de acordarme a la policía frente a frente en La Noria, después la imagen de tratar de llegar al Puente y no poder llegar. Nos volvimos con toda la bronca, llamando por teléfono hasta que se supo la identidad (de los muertos) y fue organizarnos para movilizar a la tarde e ir a Plaza de Mayo a reclamar, y ahí empezó todo el periplo de los reclamos, del pedido de justicia por los asesinatos de los compañeros”.

“Parte de esos recuerdos es enterarnos por la radio que había muertos en Puente Pueyrredón – rememora Saravia –, ir hacia una reunión que se organizó en una sede que tenía (Raúl) Castells para ver cómo había sido toda la situación, y tomar la definición de la movilización al día siguiente hacia la Plaza de Mayo, y también la bronca por escuchar en esos momentos a los dirigentes de las organizaciones mayoritarias, como era el FTV, escuchar a Luis D’Elía plantear, como había sido el discurso oficial, que nos habíamos matado entre nosotros, que había un acuerdo para la represión y que necesitábamos muertos. Eso nos dio mucha bronca porque hasta ese momento éramos parte de ese mismo espacio y a partir de eso decidimos dejar FTV, renunciar”.

“Cuando supimos que había compañeros muertos replegamos y nos concentramos en una movilización a Plaza de Mayo que se hizo esa misma tarde – recuerda Kane –, y que se replicó al día siguiente, el 27 de junio, con la presencia de quizás 200 mil personas, si mal no recuerdo, que fue una derrota política de Duhalde, fue un repudio masivo a su plan represivo. En esas horas se habían ido conociendo las imágenes que mostraban el fusilamiento de Darío y Maxi por la policía, desmintiendo las versiones mentirosas del oficialismo de que había sido un enfrentamiento entre propios miembros de organizaciones piqueteras lo que había terminado con sus vidas”.

Alejandro del FOL afirma que una de las imágenes que tiene de esos días de junio es la fuerte unidad que se había construido durante el 2001, sobre todo a partir de diciembre: “Unidad de distintos sectores sociales, entre los barrios de clase media y los barrios populares, entre los sectores obreros y los ahorristas, entre alguien de clase media y clase popular. La crisis de 2001 fue uniendo eso que se conoció como ‘piquete y cacerola, la lucha es una sola’, y esa imagen de junio de 2002 me trae presente sobre todo la respuesta al otro día de la Masacre, que fue la respuesta en el marco de nuestra situación represiva que estábamos contando heridos, buscando compas que no estaban, preocupándonos si avanzaba la ofensiva duhaldista de allanar casas, de apretar más compas, entonces mientras esa era la situación después de la represión vino la fuerza con la que se había ido construyendo desde fines de la década del 90, y preponderantemente desde 2001, una alianza con compañeros y compañeras que tenían trabajo más estable, que estaban ocupados en blanco, que habitualmente se los nombra como sectores medios, y esa unidad que se había ido forjando en esos años todavía en 2002 perduraba”.

Alejandro trae al presente también imágenes del 27 de junio de 2002: “Las fuerzas auxiliares, las fuerzas que de alguna manera pudieron suplantar, ayudar a convocar y generar una respuesta inmediata para dar vuelta la tortilla a esa campaña, a esa manipulación para hacer parecer que los piqueteros nos habíamos matado entre nosotres, entonces esa imagen de todo ese primer semestre del 2002 se concreta con las movilizaciones del 27 y creo que 3 de julio que fueron masivas y que dieron respuesta y ayudaron a desbaratar la orientación de Duhalde que era herir de muerte a las direcciones de las organizaciones piqueteras y de esa manera continuar el proceso restauracionista de la normalidad capitalista”.

LA ORGANIZACIÓN AYER Y HOY

La confluencia de organizaciones y agrupaciones de distintos sectores que refieren los testimonios en sus recuerdos de 2002 comenzó lentamente en la década del ´90, tal como señala Alejandro del FOL.

Imagen: Red Eco Alternativo.

“El proceso de unidad en la década del 90 entre las organizaciones piqueteras y otros sectores de la clase trabajadora, sea sectores de cuello blanco, sectores medios, estudiantes, se fue forjando poco a poco porque hubo hacia la última parte de la década varios enfrentamientos sociales que fueron haciendo que haya encuentros en la calle contra el mismo gobierno. Por ejemplo, el movimiento estudiantil y el sector docente en lucha contra las reformas educativas, los estatales e incluso el sistema científico tecnológico en lucha contra todos los ajustes, y el movimiento piquetero en lucha. Ahí se fue dando objetivamente el encuentro en la calle. Después empezaron entretejidos que, uno podría decir micro, pero que después en el proceso hace a lo grande. En los sectores que veníamos del espacio que después constituye la Verón o Teresa Rodríguez participamos de un montón de encuentros que se llamaban ‘Encuentros de Organizaciones Sociales’, donde había distintos sectores culturales, estudiantiles, sindicales. Después uno podría decir la CCC, más el PCR, los partidos políticos también, maoístas estructuraban esa unidad al interior de la fuerza política, uno podría decir la FTV lo mismo en el marco del peronismo también estructuraba eso, la confluencia de sectores peronistas con la CTA también. Entonces si uno va analizando la década del 90, sean los sectores de la izquierda anticapitalista, sean los sectores piqueteros maoístas, sean los sectores piqueteros peronistas en sentido amplio, se fue dando un proceso de diálogo entre los sectores estudiantiles en lucha, los estatales o de cuello blanco como se les dice, y también un inicio, un proceso de confluencia entre la problemática del movimiento de mujeres y la lucha piquetera, que después en realidad pega un salto a posteriori del 2002. Pero esos son procesos micro que después cuando ya la misma CGT, un sector, el MTA también empieza más seguido con los paros generales. Después cuando asume De la Rúa y el peronismo pasa a la oposición política, entonces el peronismo agita por su interés más político para derrotar a De la Rúa también mete fuego por abajo, y explica una confluencia también”.

Alejandro también destaca el rol de la Asamblea Nacional Piquetera en 2001, la jornada nacional en lucha que coordinaban todos estos sectores de izquierda piquetera más el MTA, el sector moyanista, más la CTA: “A medida que cada vez había más empuje en la calle, eso fue llevando a una coordinación mayor que desemboca en el levantamiento popular de 2001. Y el punto de abrazo de los sectores medios hacia el movimiento piquetero fue a través de la quita de los ahorros, el llamado corralito, y después los apagones, que a mí juicio, cumplen una función muy importante en la Capital Federal en agitar las asambleas barriales”.

Imagen: Red Eco Alternativo.

Así se llega a fin de 2001 y esa multivariedad de los sectores en lucha esos días y en las luchas posteriores expresan ese proceso de unidad de fuerzas sociales en pugna.

En este marco, Alejandro hace una salvedad: “En sí masivamente el movimiento obrero organizado no estuvo porque de hecho la CGT trabajaba en contra de eso, e incluso convoca a un paro el 20 (de diciembre) para que la gente no vaya a la plaza”.

Ricardo del FPDS señala que en aquel momento había como un farol que era lo que había ocurrido en Cutral Có y Mosconi: “Después estaba todo lo que era Matanza Oeste, la FTV de D’Elia, compas de los que se sabía menos que después fue la Verón, todo lo que era Varela, esa zona de lo que fue el MTD de Solano, el Teresa Rodríguez de Florencio Varela, y en ese contexto empiezan a surgir otras organizaciones piqueteras, y esa unidad se daba más que nada en relación a un enemigo común que estaba haciendo estragos en aquel momento, que era el innombrable Carlos Saúl. Entonces, estaba ese enemigo en común que nos relacionaba y nos ponía a todos codo a codo avanzando contra ese enemigo, se hacía como más fácil esa coordinación, esa forma de poder debatir puntos de avances en común, y así se dieron esas asambleas piqueteras de donde salían estos planes de lucha que terminaron derivando post 19 y 20 en lo que fue la Asamblea Nacional Piquetera y el plan de lucha que termina en el 26 de junio de 2002”.

“Creo que ese proceso se dio de esa manera donde todas las organizaciones de distintas tendencias políticas podían juntarse y convivir, el ejemplo es la misma Verón, donde hacia adentro de la Verón tenías tendencias que convivían y avanzaban en la misma lógica y llegó a ser una de las organizaciones más grandes de la Argentina, la Coordinadora Aníbal Verón. Tenías a Quebracho, la CTD, después hacia el interior de los MTD tenías a Solano y algún otro MTD que eran situacionistas con una idea más parecida al zapatismo; después tenías a los compañeros más guevaristas; después a otros compañeros más comunistas libertarios que tenían una visión de la democracia de base y la acción directa mucho más radicalizada que los otros compas guevaristas, pero no llegaban a la situación del zapatismo o de lo que quería llegar a instaurar el MTD Solano, entonces era una situación intermedia, y esos confluían todos en una misma organización y coordinaban con otras organizaciones como Barrios de Pie, o en su momento cuando aparece con el Polo Obrero, en acciones en común, o sea con trotskistas ultras que recién habían aparecido a la luz del movimiento piquetero, donde para ellos hasta hacía uno o dos años atrás estábamos debatiendo si el desocupado era sujeto o no de la revolución. (…) Nosotros nos veíamos como trabajadores, por eso era el movimiento trabajadores desocupados, esa era nuestra identidad, concebirnos como trabajadores”, reflexiona Ricardo.

De todos modos, Ricardo afirma que se le hace difícil encontrar similitudes entre la organización y confluencia de los distintos sectores que se dio en 2002 y lo que ocurre en la actualidad: “Hoy en día hay mucha dispersión, mucha atomización, y cada día se está dando más, cada día te enterás de rupturas dentro de organizaciones en distintos procesos, por distintas cosas pero se van dando esas rupturas, que abonan al avance de las políticas de este liberalismo de derecha que nos está agobiando y nos termina haciendo pelota. Tenemos hasta organizaciones que forman parte del gobierno, están en la estructura estatal cuando en el 2002 eso era casi hasta imposible o no viable, y se fue dando en distintos procesos hasta el día de hoy donde es casi masiva la inserción de organizaciones piqueteras o sociales en el gobierno”. Cuando asume Néstor había participación de algunas que se sumaron, que nosotros ya veíamos que se veía venir porque cuando asume un gobierno que se presenta con tales características, nosotros decíamos ‘esperemos, veamos’ y medio que hacíamos esa lectura de que viene a lavarle la cara a todo este proceso para poder reinstaurar un proceso donde la institucionalización vuelva a los caminos normales para ellos. Es al día de hoy que Cristina cuando hacia el 2019 llama a las organizaciones sociales a formar parte de su gobierno y hoy en día dice que nuestras organizaciones sociales no pueden tener el control de los planes sociales, no se pueden hacer cargo del trabajo del Estado, o sea es hasta casi una traición de parte de ella, y no sé cómo lo sentirán los compañeros que están dentro del gobierno pero seguramente estarán bastante desilusionados de este proceso”.

Para Saravia hay similitudes en el sentido de que un sector de organizaciones termina siendo parte del oficialismo: “Convalidando así la situación que se daba en ese momento de deterioro de un sector muy importante de la población, y hoy esas organizaciones oficialistas están bastante lejos de lo que le sucede a sus bases, a quienes dicen representar. Lo mismo sucedió en ese momento tanto con la FTV o la CCC (Corriente Clasista y Combativa), que estaban sentadas en un consejo junto a los sindicatos y a distintos sectores, planteando que había que bancar lo que estaba haciendo Duhalde, y también distanciándose de lo que estaba sucediendo con la mayoría de la población; tanto es que hoy muchos de esos sectores que no estaban en los puentes de ese momento reivindican la acción de lucha de ese día”.

Kane, en tanto, describe que “(en 2002) el proceso se daba mediante asambleas de trabajadores ocupados y desocupados que discutían programas, un plan de lucha, planteos políticos, y hoy en día el movimiento piquetero viene volviendo a ganar muy fuerte masividad en los últimos años, y un lugar central en la lucha de clases del país”. “Esto nos recuerda a hace 20 años en muchos sentidos”, concluye.

Imagen: Red Eco Alternativo.

Para el actual diputado provincial bonaerense por el Frente de Izquierda, en la actualidad también hay un proceso de agotamiento muy fuerte de quienes vienen gobernando: “Se ve en la crisis primero de cómo se fue el macrismo; ahora en este gobierno de Alberto y Cristina Fernández completamente dividido, que ha firmado un acuerdo ruinoso con el Fondo Monetario Internacional. Entonces creo que no son procesos iguales pero sí hay un proceso de descontento popular muy extendido, y donde el Polo Obrero vuelve a apostar al Frente Único para juntar a todos los sectores que, con diferencias políticas, tanto de trabajadores ocupados y desocupados, podemos pelear juntos por las reivindicaciones de los trabajadores, y creo que ese es un acierto”.

Para Alejandro Pérez hoy hay “una situación depresiva y falta de generación de iniciativa de los sectores tradicionalmente estatales. Se puede ver hoy en la CTA, todo lo que convocan las dos CTAs es muy endeble, por ahí acompañan sectores de base piquetera más que los mismos afiliados a la CTA; uno podría decir que como es un gobierno peronista entonces todos los peronistas no salen a luchar, pero tampoco hay una gran confluencia de otros sectores medios que apoyan a los movimientos piqueteros; no hay movimiento estudiantil hace muchos años; las asambleas populares se disolvieron, quedaron como grupos culturales, grupos agroecológicos o reconvirtiéndose en la lucha antiextractivista, pero en términos masivos se mueve centralmente cuando surge un problema.

Después hay un montón de grupos que agitan la cuestión ecológica, que es un tema gravísimo, pero son masivos cuando ya te están sacando el agua, te están destruyendo el pueblo, pero es muy localizado, no es un movimiento nacional, fuerte y potente que pueda ordenar y unificar miles y miles de personas con el movimiento piquetero, entonces lo activo hoy es el movimiento antiextractivista. El movimiento de mujeres y disidencias se fracturó, se dividió, perdió la calle; el sector estatal no está en lucha en términos masivos; y lo único que hay es el movimiento piquetero aislado. Es una situación muy grave y es obvio que un sector que quede muy solo peleando se generan las condiciones para que esté aislado y lo traten de destrozar. Entonces estamos en un momento de gran masividad del movimiento piquetero pero proporcionalmente mucho más aislado y con posibilidad de ser identificado como el gran enemigo y que haya una ofensiva para destruirlo”.

LOS RECLAMOS DE HOY

Las consignas centrales de las movilizaciones que llevan adelante las organizaciones sociales y piqueteras en la actualidad se basan en la pelea por trabajo y salario dignos, y contra el hambre y la pobreza.

En este sentido, Guillermo Kane especifica que el reclamo es por un salario igual a la canasta familiar, basta de trabajo precario, acceso al trabajo digno, asistencia social universal y que no dependa de estar o no en una organización que pueda pelear cupos al gobierno o en el reparto que el gobierno haga mediante distintos punteros políticos, sino que sea universal, que sea un seguro al desocupado: “Obviamente el acceso a la tierra y la vivienda, la necesidad de un plan de obras públicas que genere empleo y un plan de construcción de viviendas como le presentó la Unidad Piquetera a (Juan) Zabaleta cuando asumió como ministro (de Desarrollo Social de la Nación) planteando generar un millón de puestos de trabajo, y para todo esto lo que necesitamos es dejar de pagarle al FMI, dejar de pagar la deuda externa y dar un vuelco. La verdad es que esto no lo van a hacer los gobiernos de quienes ya nos vienen gobernando sino que se plantea un gobierno de trabajadores y para eso necesitamos un movimiento popular de masas socialista en nuestro país y realmente el desarrollo clasista en los sindicatos, los movimientos de lucha de la mujer y ambientales, y la gran masividad del movimiento piquetero independiente son los protagonistas, los luchadores a los que les estamos haciendo la propuesta de avanzar en este sentido”.

Imagen: Red Eco Alternativo.

Por su parte, Ricardo del FPDS expresa las principales problemáticas que ven desde su organización: “Desde lo gremial, que es lo más latente y lo que más sale por la presión de los compañeros en cada lugar, en cada galpón, en cada comedor, en cada Unidad Productiva es el tema de la disparidad que hay en los sueldos. Nosotros tenemos como un escalafón de sueldos que vienen desde el Estado, donde aparte de cobrar el básico de lo que es el Potenciar Trabajo, que hoy está en 19.500 pesos, tenemos otra parte de compañeros y compañeras que están cobrando un plus que quedó estancado en 5000 pesos, pero era el 50% de lo que se venía cobrando del básico, o sea que a esta altura tendría que ser cerca de 9000 y algo de pesos que tampoco se está dando. Después tenemos el tema de la calidad de la mercadería que recibimos para los comedores, el tema de los frescos, y eso también va atado a otro reclamo que tenemos que es como un planteo más político que es la Campaña ‘Paren la mano, bajen los precios’, que la llevamos a cabo como en dos planos, en actividades como más puntuales, más chicas, que las empezamos a hacer en la pandemia cuando se empezó a abrir un poco, en 2021, que íbamos con un grupo de 10, 15 compañeros a las puertas de supermercados a plantear el tema de la suba de precios. Íbamos a las cadenas de hipermercados, a los Carrefour, Disco, Día, a los Vea, Maxiconsumo, a los Chango Más y ahí hacíamos actividades como colgar pasacalles, repartir volantes, 10, 15 minutos, tirábamos volantes y nos íbamos. También capaz hacer pintadas en la puerta o en el piso como ‘estas son las cadenas que están marcando los precios’, marcándolas como culpables”.

“El principal problema que reclama nuestra organización está en las definiciones que fuimos construyendo en la década del ´90 – detalla en tanto Alejandro Pérez –, que es la lucha por trabajo, la lucha por dignidad, la lucha por el cambio social. La lucha por trabajo porque en este sistema cada vez crece más la desocupación, crece un sistema inhumano de relaciones sociales, crece un sistema de poderosos, de gobiernos manejados y manipulados por las grandes empresas, un Estado que funciona principalmente para los intereses del capital, de los empresarios. Y el cambio social que nos va proyectando como organización hacia una sociedad nueva donde las prácticas que vamos desarrollando a través de nuestras asambleas, de nuestras cuadrillas de trabajo, tienen que ir encaminando un nuevo sentido cultural, un nuevo sentido organizacional que pueda plantear una sociedad distinta donde no haya explotación, ni explotados, donde haya un sistema de igualdad de géneros, donde se pueda ir erradicando el racismo y todo tipo de discriminación”.

“Sintetizando, la lucha principal que nos agrupa es por un trabajo genuino, que genere un ingreso, que pueda ser un aporte social, que genere desarrollo de productividad, un ingreso que cumpla una función social, un trabajo genuino que aporte a la sociedad un mejoramiento y que le dé al ser humano un lugar digno en el desarrollo de su vida”.

Finalmente, Ricardo suma un reclamo histórico de su organización, pero que alcanza a todas las que tuvieron presencia y cuerpo en junio de 2002, que es justicia por los asesinatos de Darío y Maxi: “Es un reclamo constante que venimos teniendo hace 20 años. Salimos porque la defensa de (Alfredo) Fanchiotti y (Alejandro) Acosta, que están detenidos y son los responsables materiales de los asesinatos, habían pedido la libertad condicional, y se la acaban de negar a Fanchiotti, así que hay una pequeña victoria ahí, la de Acosta sigue siendo evaluada por los Tribunales. La de Fanchiotti está más fija porque apelaron y también la Cámara se la rechazó. (También estamos haciendo) toda la movida para declarar a la Masacre de Avellaneda como crimen de Estado para que no caduque y no esté la posibilidad de que estos asesinos estén pidiendo libertad condicional”.

 A MODO DE CIERRE….

Con diferencias y similitudes entre el ayer y el hoy, los 20 años que han transcurrido desde la Masacre de Avellaneda nos dejan un camino de enseñanzas y aprendizajes colectivos y nos invitan a hacer un balance. La esperanza de una mejor calidad de vida para las clases populares parece estar siempre de la mano de compañeras y compañeros que salen a la calle a luchar para que se respeten y cumplan sus derechos. Las imágenes utilizadas para esta nota especial, fueron realizadas durante las actividades desarrolladas en la estación Darío y Maxi (Ex Avellaneda) del tren Roca, y  en el Puente Pueyrredón este 25 y 26 de junio, al cumplirse 20 años de la Masacre de Avellaneda.

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Fuente: https://www.redeco.com.ar/nacional/ddhh/36312



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