#LMF30años «Los músicos piqueteros»
Foto Osiris Martí @osirismartifotografia
Los treinta años de Las Manos de Filippi coinciden con los 20 años de la Masacre de Avellaneda. Un nuevo aniversario vuelve a contar con la presencia de la banda. En la segunda nota que repasa la historia de la banda, recordamos con el Cabra lo que fueron aquellos años y como fue la creación del álbum Hasta las manos, que musicalizó las luchas de aquellos tiempos. Por Ramiro Giganti (ANRed).
Terminaban los 90. El menemismo estaba agotado, desgastado políticamente. Pero el modelo económico parecía incuestionable. Toda la crítica en los medios hegemonicos y los debates entre los tres principales candidatos se reducía a la simple corrupción de algunos personajes. Con esa coyuntura había que cambiar la marioneta. Un extraño rejunte entre una vetusta conducción de la UCR y una suerte de espacio socialdemócrata llamado FrePaSo se posicionó como la Alianza que derrotaría al peronismo en su versión menemista.
Un “aburrido” candidato presidencial venía ocupando el cargo de Jefe de gobierno. Durante esos años, se aplicó una dura política de represión a artistas callejeros. Norma Plá había fallecido. Cavallo estaba fuera del gobierno y se candidateaba como presidente, y luego como jefe de gobierno. La represión a artistas callejeros afectó a Las Manos de Filippi, particularmente al Cabra, que ganaba el mango alternado otros trabajos con el arte callejero. Muchos malabaristas y otros artistas migraban a Barcelona y otros lugares… poco tiempo después, ya iniciado el nuevo milenio, el Cabra también migró y luego se le sumó la banda. Pero lejos de ser el final de la historia, era el principio de una nueva época.
Segunda parte (2000- 2003): La banda de sonido del Argentinazo
Mientras llegaba el nuevo milenio y ningún colapso informático había sucedido. Argentina tenia nuevo presidente. Ya durante los primeros 100 días de gobierno metió un impuestazo. Agobiado por la persecución a artistas callejeros, el Cabra junto a otros compañeros de la banda busco, momentáneamente un nuevo destino. “Yo en el año 2000 estaba a full tocando en la Calle Florida y hubo muchas razias, corridas, no nos dejaban trabajar. Ni en los bondis. Se nos hacía muy difícil a los artistas callejeros. Fue una época muy dura. También era un momento en el que muchos malabaristas se estaban yendo a Barcelona. Yo tenía muchos amigos también de Florida, que volvían y me contaban. Así que en el 2000 yo agarré a mi familia: yo tenía una hija y a mi esposa de ese entonces, y nos fuimos para Barcelona, y me fui a tocar a La Rambla. Después, a los meses, cayeron los integrantes de la banda de ese momento que eran Coco, Moski, y Gabito, el bajista. Estuvimos tocando allá y conocimos a Manu Chao, todo eso en el 2000. Habremos estado 8 meses, más o menos. Y cuando volvimos ya vivimos toda la secuencia del Argentinazo”, recuerda el Cabra.
Para finales del año 2000 ya había un clima enrarecido. Las medidas económicas del nuevo gobierno solo empeoraban el nivel de vida de la mayoría trabajadora. A ese malestar se sumaba la promesa incumplida de combatir la corrupción, cuando una denuncia salpicó al propio gobierno. Llegó el primer paro nacional en años sin que el gobierno de respuesta a las demandas. Algunas empresas privatizadas entraron en crisis anunciando nuevos despidos o quiebras, como el caso de Aerolíneas, y el FMI empezaba a hostigar cada vez más pidiendo nuevos ajustes. Cuando las Manos Volvieron a Buenos Aires se encontraron con otro clima, algo se venía. “En ese momento no estaba muy activo militando. La verdad que venía medio roqueado. Lo que si recuerdo es que estaba en mi casa y que había hablado De La Rúa y fue como un impulso, no sé… como que la gente recibió un mensaje telepático que decía “salgan todos a la calle” , que fue lo que le pasó a la mayoría de la gente. Yo en ese momento vivía en un edificio en Sarandí, y solos como autómatas bajamos, salimos a la puerta, bajaban todos los vecinos y prendimos una fogata en medio de avenida Mitre, y después nos dimos cuenta que mirando a los costados los otros edificios habían hecho lo mismo. De ahí fuimos en colectivo, recuerdo que subimos a los bondis, para Plaza de Mayo”.
La banda tocó en lugares icónicos de aquel entonces, como Salón Pueyrredón, en la calle Santa Fe, en el barrio de Palermo. En ese contexto hicieron una gira por la Patagonia con el grupo Las Trolas, que tenía a dos integrantes, Pecho y Charly, en los vientos. “Después de esa gira, Pecho y Charly empezaron a tocar los temas de Mamanis que hacíamos nosotros en los shows. Después vino Manu Chao a Obras y nos invitó a telonearlo y ahí también ya se sumaron Pecho y Charly y después ya los adoptamos y los invitamos a integrarse a la banda”, comentó.
Volviendo al Argentinazo, la banda acompañó el proceso poniendo el cuerpo y la música en los movilizaciones. “Recuerdo de haber tocado para el Bloque Piquetero en Plaza de Mayo, en un festival, que hicimos también el enlace con los chicos de La Renga, que pudo venir el Tete y tocó con nosotros. Y recuerdo que estaba el Bloque Piquetero a full”.
Foto Osiris Martí @osirismartifotografia
A mediados del 2002, cuando la banda cumplía su primera década, sucedió la Masacre de Avellaneda. “Eso lo vivimos como todo el mundo. Con mucha bronca de darnos cuenta lo que intentaban, de todo el trabajo que hicieron para enmascarar esa masacre. Todo el estado complotado. Fernández, que hoy está en el gobierno… el reclamo va por ese lado: a 20 años todavía ningún culpable de lo que es el planeamiento de ese asesinato ha sido ni siquiera juzgado. Siguen libres. Y a 20 años, este sábado vamos a tocar y cerrar el festival el sábado a la noche en la Estación Darío y Maxi para después marchar el domingo al Puente”, comentó el cabra también convocando a la actual movilización.
“Los mejores, los únicos…”
Al calor de las movilizaciones, entre la bronca y el entusiasmo, la banda dio un paso importante en su trayectoria. De ese proceso, de las incorporaciones de Charly y Pecho en los vientos y el abrazo a las luchas surgió un nuevo álbum: Hasta las manos. “Ese disco estuvo bueno porque sirvió para reforzar la entrada de Pecho y Charly. Fue el disco que asentó bien esa formación. Estuvo buenísimo y también lo tocamos por todos lados. Recuerdo que lo presentamos a un año de diciembre del 2001 en Cemento. Ese disco fue muy placentero crearlo, grabarlo… y fue una gran experiencia porque, como te digo, fortaleció a la banda en ese momento, sobre todo porque ahora era “una banda con caños”.
En este álbum la banda siguió con ese estilo de pasar de distintos estados de ánimo: “Siempre pasamos en un mismo disco de canciones muy entusiastas a canciones muy oscuras y agresivas. Ese es nuestro estilo. Y yo siento que sirven para potencias uno al otro. Porque una banda con todas canciones lúgubres, o críticas y letras de que “está todo mal” o “hay que matar a uno o al otro” sino lo condimentas con algo del humor o ironía se hace un embole. En ese momento seguíamos descubriendo lo que yo te contaba en la entrevista anterior con Señor Cobranza: de que se puede nombrar a los políticos y eso fue una puerta que se nos abrió empezamos a investigar y a cubrir otras puertas pro abrir. Y te agrego algo más: yo creo que nos tomamos la libertad que tiene la música y el arte en general para decir cualquier cosa: libertad absoluta. Cuando decimos “hay que matar al presidente” estábamos provocando eso. Pero más bien que no es lo mismo ir a una asamblea de trabajadores en un barrio y plantear como consigna “matar al presidente”. Así que bueno, también es por eso que nos damos la libertad de hacer humor, cumbia, tango y lo que surge”, comentó con tono risueño.
En el álbum hay una canción característica, no solo para la banda sino para recrear aquellos tiempos: Los métodos piqueteros. Su sonido entusiasta, con la presencia potente de los instrumentos de viento transmitió una épica y motivación que se ganó ese lugar de ser “banda de sonido del Argentinazo”. Sonó en piquetes, en festivales y otras movilizaciones, pero también es la fija para cada edición audiovisual que recree aquello tiempos. Es muy interesante y con gracia como el Cabra cuenta de donde salió la idea. “Recuerdo estar en una marcha por el Congreso, y en una camioneta cantaban desde el Partido Obrero una canción que era un embole, ya estábamos cansados del megáfono. Y dijimos “che, necesitamos una canción copada para las marchas” y eso nos incentivó a hacer Los métodos piqueteros. Si bien después no sé si se cantó en la camioneta, pero salió por ahí”, recuerda y agrega una muy particular fuente de inspiración: “te cuento que en esa época, mi hija era muy niña y en esa época veía las chicas súper poderosas, y estaba ese cantito “Las mejores, las únicas, las chicas súper poderosas” y bueno, espero que te sirva esa anécdota”.
Como lo comentó el Cabra en la entrevista, los responsables políticos de la masacre de Avellaneda quedaron impunes, pero las movilizaciones forzaron a Duhalde a convocar a elecciones anticipadas. Tras devaluar la moneda en un 400%, dejó a su sucesor con el ajuste hecho y nuevas posibilidades de relanzar la tasa de ganancia. De a poco el cansancio llevó a cierto reflujo, construyendo un relato que muchas veces buscó dejar en el olvido a lo sucedido en aquellos años. En diciembre del 2004 un incendio durante un recital cambiaría las condiciones de las bandas y nuevas luchas surgirían. Las Manos fueron parte también de aquello refundando la actividad gremial en la música… pero eso y lo sucedido los años siguientes será contado en la próxima nota.