23/05/2022

Metodología de la dispersión: Un libro multigénero que empezás y no podés parar

“Es como si el Duki y una licenciatura de comunicación social tuvieran una relación consentida, naciera un nene y lo dejaran huérfano. Eso es este poema.”, escribe @valentincanetti en un comentario de la cuenta que @ale.chuca tiene en Instagram. Es que algo de eso produce la poesía de Chuca. Estamos en el muelle con la caña y acabamos de tirar: justo cuando la plomada está por llegar al fondo, el autor le da un golpecito a la caña, se tensa la línea, y el hilo de nailon salpica el agua donde el anzuelo puede convertirse en isla, nube o ave. En los poemas y textos narrativos de “Metodología de la dispersión”, tal como el autor tituló a su primer libro -publicado en 2021 por @penguinlibrosar- el humor no se cobra de la ternura, y la gracia no se realiza a costa de la sensibilidad. Amor, sencillez, política, humor y elegancia conviven en una intimidad armónica que llevan a pensar en la libertad del mejor Vicente Luy, en la política de algunos poemas de Humberto Constantini, en la ternura barrial de Mario Jorge De Llelis, y en la inocencia de Tute. Por Andrés Manrique para ANRed.


Lo que pasa con Chuca es que empezás y no podés parar. Fascina con frescura, honestidad y picardía. Muestra relaciones que no había antes; o que estaban latentes, las veíamos, pero no sabíamos cómo decir. Porque cada cosa se une a las demás a través de una mirada que quiere y se sorprende con lo que ve del mundo. Chuca goza de un importante compromiso con la libertad del curioso, que es la del mirar sin dar nada por sentado. Tiene una manera particular de coser los ojos de adentro con el afuera de los ojos. En su literatura no existen personas, hechos ni objetos ordinarios. Bajo su pluma todo cobra el carácter extraordinario de la existencia, en relación. Y ante su curiosidad, se producen nuevas conexiones que, durante un rato, nos hacen querer más a las personas y al mundo.

EL QUE ABARCA

Alejandro Chuca es sociólogo y becario del CONICET. Escribe y lee todo el día. En El Aleph, una librería a dos cuadras de plaza Flores, di con su libro. Lo abrí y leí al azar, todavía dudando: “un poeta de las redes, me debo estar poniendo gagá, con los clásicos que me falta leer, pensé.” Igual, me lo llevé hasta el mostrador. Mientras pagaba los otros, una de las cajeras lo levantó interesada y se lo recomendé. Se notaba que tenía experiencia en el rubro, y además estaba completamente desenfadada, porque abrió la “Metodología… y se puso a leer en voz alta un texto que nos hizo reír. Todavía no me había decidido, pero cuando dijo que lo iba a dejar separado para llevárselo, imaginarla en su casa, patas para arriba, disfrutando ese libro que había estado a punto de ser mío, fue insoportable. Por no enfermar de envidia, le dije que me lo compraba. Y, encima, le pedí que me lo envolviera para regalo. Me parece que ahí me zarpé, porque por primera vez me miró. La tipa parecía que había tomado algunos tragos de más en el almuerzo por el color rojizo en sus mejillas, y por la confianza con la que me trataba. Y mientras la compañera me cobraba y ella cortaba por tercera vez el papel de la bobina a la que no le embocaba con la medida, me dijo: “¡Sos jodido, eh!” Así nomás, cortito y al pie. Yo le sonreí, y al salir de la librería pensé que eso de que el cliente tuviera la razón, en este caso, me había venido bien.

Así entró Chuca a casa. A la semana de tenerlo dando vueltas, cuando lo cité en una conversación cotidiana por segunda vez, me enteré de que iba a estar en la feria del libro y le escribí para entrevistarlo. Me contestó al toque y me puse contento, como si me hubiera respondido una estrella de rock.

Esta entrevista se compone de preguntas formuladas al autor, a partir de sus textos, en tres secciones. Una que llamamos En la cocina, más relacionada a técnicas y otras cuestiones clichés; una que le pusimos Sociología de…, vinculada a sus maneras de pensar y hacer; y una tercera De cholulo nomás, que son curiosidades que se desprendieron de la lectura de sus textos. Chuca prefirió la escritura más que la oralidad y, en una manifestación de curiosidad y lucidez atravesada por un humor fascinante, nos envió esto.

EN LA COCINA

¿Recordás quién fue el que te dijo por primera vez que lo que hacías merecía convertirse en libro?

Sí, Pablo de Marinis. Estábamos en la recepción del casamiento de Diego, un compañero del grupo de investigación, así que debe haber sido en febrero del 2017. Después gracias a Pablo tuve una beca doctoral y pude escribir mejores textos que los que hubiera publicado en el 2017.

¿Tenés algún autor de cabecera?

Sí, a un autor del cual leí un solo libro y una vez sola: Oscar Wilde. Leí “El retrato de Dorian Gray”. Quiero tener las ocurrencias y la elegancia que él tiene. Que haya una oración subrayable por página. A veces mientras escribo y me siento perdido, me digo: más british, Ale, más british.

¿Cuál considerás que es el autor que más o mejor leíste?

En poesía a Joaquín Giannuzzi, y en narrativa a Agustín Fernández Mallo

¿Qué autor sentís que te debés?

A Clarice Lispector.

Recordás alguna novela o cuento, película o poema que te haya dado felicidad.

Sí, este poema de un libro que compila haikus de japonecitos menores de 12 años:

Mirando la luna / con las enormes / sandalias de papá.

¿Qué te lleva más a escribir: el humor, el amor, la ternura, las ideas?

El humor y las ideas, en otro orden.

¿Qué te da la versificación a diferencia de la prosa?

Con la versificación puedo lograr ritmo y eso me importa muchísimo. Con la prosa siento que pierdo ritmo, pero gano en libertad. A veces me siento más libre en la prosa, aunque el texto sea poético. El verso tiene algo muy bueno: podés dejar una palabra o una oración sola en un renglón, y de esa manera darle importancia. Es como construirle un escenario para que brille ahí. Eso está buenísimo. Es como usar la negrita sin hacerlo burdamente. ¡Ah! y en el verso no es necesario argumentar, es más de sheriff.

¿Tenés en mente algún libro

Sí, pero lo voy a poder escribir en el 2023. Ahora estoy escribiendo la tesis que será un libro de sociología.

¿Con qué estás trabajando?

En la tesis de doctorado, que es una pregunta por cuáles son las condiciones para que ocurra una posibilidad. Y tomo el caso del surgimiento de las relaciones no monógamas como inspiración.

SOCIOLOGÍA DE GOMA Y ZAPATOS BARATOS

¿Hipótesis o esperanza?

Joaco siempre dice que las hipótesis son esperanzas del pensamiento. Él imagina que hay una sala de espera en donde están sentadas todas las hipótesis que existieron en la historia esperando el juicio.

¿Es la dispersión indispensable para la construcción de una metáfora?

Sí, y también para la creación de un concepto. Sea este un concepto filosófico o uno para poner un bar. En su librazo “La individuación”, Simondon arranca hablando sobre el proceso de creación de un ladrillo. Nadie que ve a alguien mirando cómo se hace un ladrillo puede sospechar que ahí hay un filósofo pensando. Pero Simondon lo hizo y también lo hizo mirando el motor de un auto Jaguar. Ser disciplinado para participar en una disciplina es lo peor que le puede pasar a alguien que quiera pensar. La metodología de la dispersión surgió de la necesidad de pensar cómo es que tengo que trabajar desde que soy becario y dispongo de todo el día para escribir un libro (la tesis). Ahí me di cuenta de que tenía que leer por lo menos cuatro tipos de textos. 1. De filosofía o metafísica, para ver cómo pienso. 2. De sociología, para pensar mi tema de investigación. 3. de poemas, para poder ser preciso escribiendo y para poder inventar mi propio lenguaje y 4. el más importante, sobre cualquier cosa. Y sobre todo hacer cualquier cosa de manera metódica.

En tu escritura está el conocimiento práctico vinculado a una reflexión teórica que tuerce el sentido de una manera novedosa. ¿Podrías descubrir y describir el salto entre el fenómeno cotidiano y la idea, es decir, entre el videojuego y la liberación o la tragedia?

Actualmente hay algunos filósofos que dicen que tienen una ontología plana (Latour, Harman, Bryant, etc.). Es decir, piensan que todos los entes tienen la misma dignidad de existir y los consideran a todos de la misma manera. De hecho, el libro de Bryant se llama: “The Democracy of Objects.” Es también una especie de ética para con las cosas. Para escribir yo uso esa ontología. Para mí todo tiene la misma dignidad poética y el mismo porte estético. Se puede hablar de un videojuego o de un corte de gas y estar hablando de la libertad o de la modernidad. Son cosas que están en un mismo plano. Da igual. La gente tiene una ontología (todos tienen una ontología) desnivelada. Piensan que hay cosas más importantes que otras, ponele: el ser humano o Dios o la poesía. Por eso genera sorpresa y placer ver ese tipo de relaciones en un texto. Por eso también me genera placer a mí. Cuando todos tengan una ontología plana (esto va a pasar) voy a tener que escribir de otra manera. Cuando escuche el sonido del motor de la aplanadora encenderse, voy a saber que es la hora. Tengo que mantenerme atento porque eso será un llamado.

¿Podrías explayar un poco más el planteo de la poesía como una rama del arte urbano?

No.

¿Qué es una idea para vos, Alejandro?

No sé.

¿Y el error, qué es?

Hay un minuto muy conocido de Papo (vs Cacha) que dice: “Dice que Cacha me la agita / con su facha vietnamita / mientras que baila Guaracha / con su chancha la gordita.” Es un minuto muy sólido y sin errores; eso llevó a que muchos sospecháramos si es o no freestyle. Parece escrito, la verdad. Y que no tenga errores le quita legitimidad para entrar en el género freestyle, donde el error es sello de autenticidad. Yo trato de aprender de estas cosas.

¿Qué hacés cuando sentís que la posibilidad de la novedad está lejos?

Y, me siento mal.

¿A tu entender, qué es un hecho estético, qué lo constituye, qué lo determina?

Casas (Fabián) dice que la literatura no es para soldados, es para soldadores. Los soldados son los que siempre tienen enemigos. Esos sufren la literatura. Los soldadores son los que se divierten mirando un ladrillo individuarse.

¿Cómo te llevás con el tiempo?

Me viene divirtiendo ver cómo personas de mi generación empiezan a llegar (o ya llegaron) a lugares de poder, en un sentido amplio, y ver qué hacemos ahí. La idea de generación me emociona mucho: pensar en la idea de que los que están a mi lado directa o indirectamente vamos a hacer que el mundo sea de una manera u otra, me vuelve loco. ¿Cómo vamos a hacer poesía nosotros? ¿Cómo vamos a pensar el mundo nosotros? Eso me produce expectativa y ganas de ver qué pasa.

¿Qué otra cosa, además del juego de Riquelme, tal como planteás vos, es “lento como el movimiento de las placas tectónicas pero dramático como sus consecuencias”?

El proceso de apropiación de la plusvalía tiene esas características.

Imaginemos que de no elegir una se perderían las dos, y en tus manos queda la responsabilidad de elegir una para salvarla: ¿droga o música?

A la música. A la droga no la podés poner de fondo.

Si tuvieras que ir perdiendo emociones y aspectos de tu subjetividad, ¿cuál sería el primero que perderías y cuál el último?

¡Uh! Me gustaría perder coherencia. Y el último que perdería sería la curiosidad o la alegría.

¿Cómo es la textura del lomo de los distintos días de la semana, ya que describís la del domingo?

No sé. Solo pude acariciar el lomo de un domingo.

DE CHOLULO NOMÁS

¿Alguna vez tu papá trabajó en un camión de caudales?

Naturalmente.

¿Octi, Joaco, Pato son amigues o personajes imaginarios desprendidos de lecturas o cuelgues personales?

Naturalmente.

¿Cómo es tu relación con la paciencia?

¿de 1 a 10?

¿Cómo te llevás con la inercia?

3 (dos)

¿Cuáles son los textos propios que más placer te dan: los que tienen una vuelta de ternura, al estilo del de la vecina del 7 C, el de tu padre, el de los encargados del edificio, el de los empleados de los peajes; o esos en los que una idea fuerte se te aparece?

Veo que dividís mis textos en cuatro categorías: de ternura, de amor, de humor y de ideas. No lo había notado, y puede ser. Los más difíciles de escribir son los poemas de amor. Hay miles poemas de amor. Además, mi apuesta es a que hoy el amor es un fenómeno más interesante para ser analizado desde las ciencias sociales que desde la poesía. A la poesía le toca callarse un poco con el amor. Por lo menos por 24 meses. Hacer humor en un poema es muchísimo más fácil. Es tan solemne todo que se arma un clima ideal para que al toque te rías. Es como si un monaguillo en medio de una misa te sacara la lengua haciéndote lero lero.

¿Nos mencionarías cuatro canciones de Frank Sinatra que te copen?

Con That’s Life es suficiente. Pueden escuchar esa cuatro veces.

¿De qué cosa o cosas estás enamorado?

De una chica.

¿Miedo a qué o de qué?

A tener que trabajar de otra cosa.

¿Sabor a qué tiene la incertidumbre?

Al sabor que se siente cuando uno estira mucho un músculo.

¿Crees en Dios?

Dios es una idea muy buena, pero me parece un proyecto inviable. Por lo menos con la tecnología que hay hoy en día. Más adelante quizá sea posible.

¿Hay algo que estés esperando fuerte, desde hace mucho, y quieras que pase ya?

La reactivación de la economía argentina. Quiero vivir mi próximo momento de “go”, no estoy acá por los momentos de “stop”.

“Metodología de la dispersión” reúne poemas, textos narrativos, ideas, aforismos. Chuca dividió el libro en cinco partes, géneros que el mercado separó históricamente. Y si lo hizo así fue porque, tal como dijo: ”si mi generación puso en agenda política la diversidad del género, sostenerla en los libros no tiene sentido.” “El lenguaje está lleno de cosas que no se pueden hacer, no se pueden decir dos palabras a la vez, no se pueden leer dos oraciones juntas, pero tiene una potencia tal que supera las restricciones que implica. Y eso genera una gran pregunta sobre cuál es el potencial de los límites, cómo empezar a ver en las limitaciones recursos.” Esto es Chuca en entrevista, ahora me disculpan que tengo que hacer algo. Me voy a releerlo.



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  1. Suplemento N°8 (el culo te abrocho) · 2022-05-29 12:24:24
    […] Publicado en ANRed:https://www.anred.org/2022/05/23/metodologia-de-la-dispersion-un-libro-multigenero-que-empezas-y-no-… […]

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