«Los que tienen que irse son los violentos»
Esta mañana, trabajadoras docentes y auxiliares de la Escuela Secundaria N° 82 y Primaria N° 27 de la ciudad de La Plata convocaron a un abrazo contra la violencia de género que denuncian ha ejercido el director, Sergio Norman Cosme. “Dijimos basta. Estamos todas hermanadas y solidarizadas para frenar y ponerle límite a un director que ejerce violencia de género, abuso de poder y que ha tenido consecuencias no solo de violencia psicológica y de género sino también de violencia económica”, asegura Luciana, docente de la secundaria. Además, señalan que Cosme obstaculiza la implementación de la ESI. Por ANRed.
A las 11:30hs comenzó el abrazo al edificio donde funcionan la Escuela Secundaria N° 82 y la Primaria N° 27 de Villa Elvira, La Plata, en la provincia de Buenos Aires. Tras años de denuncias sin obtener respuesta, docentes y auxiliares dijeron basta y se manifestaron contra las sistemáticas situaciones de violencia de género que ejerce Sergio Norman Cosme, director de la secundaria, según denuncian.
“La última situación de violencia que tuvimos que padecer y sufrir fue la semana pasada con una compañera auxiliar que fue violentada de manera feroz, por lo cual tuvo que sacar una carpeta psiquiátrica”, relata Luciana, docente del establecimiento, y continúa: “Dijimos basta. Estamos todas hermanadas y solidarizadas para frenar y ponerle límite a un director que ejerce violencia de género, abuso de poder y que ha tenido consecuencias no solo de violencia psicológica y de género sino también de violencia económica. Muchas tuvieron que renunciar a sus horas titulares, pedir movimiento anual docente, es decir irse a otra escuela. Esto no puede ser, los que tienen que ir son los violentos”.
Además, Luciana recalcó el constante boicot a la implementación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI) por parte de Cosme, quien persigue y hostiga a las docentes comprometidas con garantizar los derechos sexuales y reproductivos de estudiantes. “A mí me ha perseguido por comprometerme con la ESI, intentó hacerme sacar de mi planificación los contenidos obligatorios de una ley que tiene 15 años”, asevera.
Para la docente, “la mejor clase de ESI que podemos dar es esta lucha para que no se vulneren más nuestros derechos. Queremos una vida libre de violencias para las mujeres, lesbianas, trabajadoras, que formamos parte de esta escuela. Queremos dignificar la escuela, abrazando los derechos humanos y los derechos sexuales y reproductivos”.
Las docentes y auxiliares hicieron circular un texto donde explican la situación a la que se enfrentan diariamente y que explica el porqué de esta denuncia colectiva. Piden por la solidaridad de las organizaciones de mujeres, de disidencias, feministas y de Derechos Humanos. “Mientras más nos quieran callar, más fuerte vamos a levantar nuestras voces”, sostienen.