21/11/2021

Abusos en las infancias: una condena a la justicia patriarcal

El colectivo Yo Si Te Creo organizó un juicio virtual para cuestionar los procesos judiciales que retrasan el desarrollo y las resoluciones en las causas por abusos infantil y adolescente. Además se elaboró un pliego de reclamos colectivos. Por Agencia Presentes.


En el marco del Día Internacional de lucha contra los abusos en las infancias y adolescencias #19N el Colectivo Yo Si Te Creo gestó un juicio feminista de modalidad virtual donde se utilizaron las figuras del proceso judicial para plantear denuncias individuales y colectivas contra el aparato judicial patriarcal que no sólo no garantiza los derechos de las infancias y adolescencias sino que sistemáticamente les revictimiza, violenta, y silencia.

“Cada vez que una mujer o disidencia denuncia la violencia que sufre, todo el aparato patriarcal se dispone a cuestionarla. Queda ella/elle en el punto de mira, es quien debe comparecer para justificar su denuncia. Desde su círculo cercano, los espacios donde habita, el aparato judicial, todos son funcionales a la cofradía misógina que permite que estos crímenes se perpetúen. Si esto no fuera así no sucedería que une de cada cinco niñes sufra abuso sexual durante su infancia, por parte de un familiar o amigo de la familia,” afirman desde el Colectivo Yo Si Te Creo que viene hace ocho años visibilizando las violencias no sólo hacia les niñes y adolescencias sino también hacia las madres protectoras o personas que denuncian y acompañan los casos.

Ante un Tribunal conformado por Claudia Korol (Feministas del Abya Yala) y Paula Acebedo (Colectivo Yo Si Te Creo, Campaña contra la Prescripción de los Delitos de Violencia Sexual, y la Asamblea de Mujeres y Disidencias de Junín de los Andes), y con una fiscalía a cargo de Laura Tafettani (Abogada de la Gremial y miembro de la Comisión y del Registro de Abogados y Abogadas NNyA del Colegio de Abogados de La Plata) se compartieron testimonios, se elaboró una condena al sistema judicial y un listado de exigencias colectivas.

Un juicio contundente y amoroso

Los juicios feministas generan un entorno seguro libre de violencias, de escucha sin cuestionamientos y de un dolor compartido porque si hay algo detrás de las historias particulares es la experiencia colectiva.

“Nuestros relatos obviamente se basan en nuestra propia experiencia, pero también son relatos colectivos, porque lo que me pasó a mí como trava le pasó a la mayoría de mis compañeras travestis y trans, y también no debemos olvidarnos de preguntarnos ¿Dónde está Tehuel?” decía Florencia Guimaraes activista Travesti del Centro de Día Travesti Trans La Casa de Lohana y Diana, hacia el final de su testimonio, minutos antes señalaba: “Me parece que esta es una jornada muy importante para visibilizar que abuso sexual entre las infancias también es ejecutado hacia las infancias disidentes, cuando somos tortitas, mariquitas, travitas en las niñeces y nos salimos de la heteronorma y detrás de eso viene el abuso sexual de manera correctiva, con pretensiones disciplinatorias. Lo hemos visto un montón de veces en la historia, pero debemos mencionar el caso de Higui, casos en donde la justicia todo el tiempo nos descree, y hay que hablar del negacionismo. Esta justicia niega todo el tiempo las aberraciones que venimos gritando y manifestando.”

En su caso, denunció a una justicia patriarcal, capitalista, travesticida, como una justicia homo-bi-lesboodiante, justicia que históricamente las ha patologizado, re victimizado, y que aún hoy con una Ley de identidad y género todavía se niega a reconocer las identidades y las corporalidades travestis y trans.

El chineo no es una práctica cultural

Entre los testimonios se fue entrelazando la historicidad de la comprensión de que la opresión del sistema patriarcal y misógino en nuestros territorios llegó con el colonizador, desde las cosmovisiones indígenas por ejemplo, no solo se aceptaban las disidencias sino que eran personas sagradas comentaba Karumanta Escalada de los pueblos naciones Quechua y AbaGuaraní miembra del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, mientras daba su testimonio respecto a la Campaña #BastaDeChineo donde se denuncia la violación en muchos casos seguida de asesinato hacia niñas y niñes indígenas, como un crimen de odio, por su sesgo racista y colonial.

“El chineo es un crimen de odio, porque a nuestras niñas las violan simplemente por ser indígenas. Venimos a denunciar en primer lugar al Estado racista, clasista y genocida. Y también acusamos a los espacios jurídicos porque siempre buscan las formas de acallar nuestras luchas, no hacen cumplir las leyes identitarias. En las comunidades muchas veces no hay personas que hablen esta lengua, la castellana, y cuando hay un hecho de violencia se agarran de eso. Cuando una mamá va con su niña le dicen que no la entienden, entonces directamente no le toman la denuncia, si se presenta en el hospital tampoco son atendidas, siendo que hay una ley que dice que tenemos derecho a la identidad indígena. Entonces lo mínimo que deberían hacer es que haya intérpretes en esos lugares. Lo mismo cuando un juez dice que el chineo es parte de nuestra cultura, que es parte de nuestras costumbres indígenas, y esto no es así, la violacion y cualquier tipo de violencia nunca formó parte de ninguna cosmovisión indígena, eso fue algo que lo trajo el colonizador.”

Una de las participantes iba a ser Flavia Saganias mamá protectora denunciante condenada a 23 años de prisión, quien por razones justamente de violencia patriarcal no pudo estar presente, pero que da cuenta de la criminalización hacia las madres protectoras.

Los abusos de la dictadura

El entramado de violencias institucionales también nos llevó al testimonio de dos compañeras ex detenidas en la última dictadura cívico eclesiástica militar, Liliana Martin Ex presxs politicxs de Córdoba y Movimiento Plurinacional Disidente y Feminista de Capilla del Monte y Margarita Cruz de la Asociación de Ex Detenidxs Desaparacidxs, la primera de ellas, Liliana llamó la atención sobre el paralelismo entre un relato de una mujer víctima de crímenes sexuales de parte de sus secuestradores en el año 1977 con un episodio en La Matanza en enero del 2020 donde más de veinte mujeres sufrieron también crímenes sexuales, torturas colectivas y vejaciones de todo tipo, bajo los mismos mecanismos.

“Entre un relato y otro pasaron 43 años y si algo evidentemente no ha cambiado es la exigencia que tenemos desde lo político pero que también ya se hace carne en cada una de nosotres, es memoria, verdad y justicia y nunca más silencio. El abuso sexual, la violencia sexual contra niños, niñas, adolescentes, y contra mujeres y otras identidades, básicamente se basa en el silencio, en el silencio de la víctima, en el silencio del violador, en el silencio de las institucionesy por eso es un entramado tan terrible de desentrañar”, dijo Liliana.

La justicia que nunca llega

Margarita sumó su denuncia a la justicia patriarcal y clasista el delito de dilación ya que muchas compañeras suyas han fallecido en los últimos años sin tener justicia. Y recordó que en Argentina todavía existen más de 500 niñes que les fueron arrebatades a sus madres y que no conocen su identidad.

Laura Taffetani Abogada de la Gremial y miembro de la Comisión y del Registro de Abogados y Abogadas NNyA del Colegio de Abogados de La Plata, en su rol de fiscal expresó que el abuso infantil tal cual está siendo tratado por las prácticas judiciales es un crimen de Estado: “Estamos hablando de una práctica sistemática. Hemos avanzado mucho en las normativas pero aún las prácticas judiciales son retrógradas.”

Tanto la fiscal como las madres protectoras que también dieron testimonio, Yama Corin militante de Mundanas Agrupación Feminista y Mamá protectora y Daniela Dosso Mamá protectora, mencionaron también el tema de que la justicia toma como parametro un modelo de familia heteronormativo. “Ya que que la familia como institución también constituye un ámbito de control y disciplinamiento, un modelo de familia blanca, nuclear, donde a pesar de todos los cambios legislativos el poder lo sigue teniendo el padre que de da de manera encubierta para la fachada de buen padre de familia” aseguró la fiscal, esta concepción patriarcal es la que lleva al victimario a ser el sujeto resguardado per se.

La resolución de un juicio feminista

Se condenó al sistema judicial y se exigió de manera colectiva:

  • El cumplimiento efectivo del sistema de protección integral de derechos de niñes y adolescentes.
  • Reconocimiento efectivo de los derechos de las niñeces y adolescencias travestis/trans.
  • La no prescripción de los delitos sexuales
  • La protocolización de los juicios por la verdad.
  • La efectiva implementaciòn de ley Micaela con abordaje especìfico en abuso sexual.
  • Garantizar los derechos y la integridad de las niñas indígenas respetando y reconociendo las nacionalidades y pueblos que cohabitan nuestro territorio.
  • Apartamiento y jury para jueces y juezas que utilizan como argumentos el falso SAP y re vinculan a las niñeces con los progenitores abusadores.
  • Absolución para Flavia Saganias.


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