EEUU: taxistas en Nueva York iniciaron huelga de hambre por tiempo indefinido frente a la alcaldía
Foto: Telemundo
Las y los conductores de taxis en la ciudad de Nueva York tomaron la decisión de colocarse frente a la casa de la gobernación de la ciudad y permanecer dentro de sus unidades sin ingerir alimento alguno. La medida, que lleva más de una semana, se dio en protesta por la consecuente acumulación de las impagables deudas para obtener las licencias para trabajar, producto de la baja de la actividad y la competencia desleal de las plataformas de alquiler de autos como Uber, donde las y los empleados registran condiciones laborales inferiores respecto a la de las y los taxistas. La debacle lleva años y derivó en el suicidio de nueve trabajadores. Piden una baja de sus cargas económicas. Por Máximo Paz, para ANRed.
La reducción de costos, factor fundamental para fortalecer la competencia y sobrevivir en el mercado, es variable obligada dentro del sistema de acumulación capitalista y tal cuestión pega en todos los frentes, incluidos los laborales. Es por ello que los famosos taxis amarillos se encuentran asfixiados por la competencia de Uber y otras aplicaciones similares.
Ante la baja de la actividad, a las y los taxistas los ingresos se les disminuyeron de forma considerable y la situación produjo el efecto: hace ocho días que choferes de estos vehículos tomaron la decisión extrema de no comer y dormir dentro de ellos, a unos metros del Ayuntamiento, a la espera de que el alcalde Bill de Blasio acepte su propuesta para reducir la deuda, que para algunos alcanza la cifra de 700.000 dólares por su licencia.
El marco de la protesta se completa a partir de la construcción de una suerte de altar con nueve velas, flores y los nombres de los compañeros muertos desde 2017, desesperados por no poder pagar sus deudas.
“No dejaremos la calle hasta que se haga justicia”, soltó en una de las diarias manifestaciones Bhairavi Desai, mujer dirigente de la New York Taxi Workers Alliance (NYTWA), gremio que contiene a 25.000 trabajadores y trabajadoras taxistas, mientras los choferes en lucha exclamaban “no más muertes”.
Desai, también en huelga de hambre, a su vez, señaló que de no encontrar una solución viable a la crisis, muchos terminarán en la quiebra, perderán su único ingreso y hasta sus casas.
Todo comenzó años antes, cuando el anterior alcalde, Michael Bloomberg, resolvió incrementar la cantidad de licencias mediante subastas públicas. Lo que hasta entonces costaba entre 110.000 y 140.000 dólares, pasó a incrementarse considerablemente.
La atracción sedujo en particular a la gran comunidad migrante, quienes la consideraron como una oportunidad de trabajo estable y redituable: “la oportunidad de vivir el sueño americano”, como graficó a la Agencia Efe Víctor Salazar, un ecuatoriano con tres décadas al volante y una deuda de 300.000 dólares acumulada. Mismo, el ex gobernador neoyorquino, autor de la burbuja automovilística, llegó a decir, al respecto, que adquirir una licencia –o medallón, como se le dice, por su aspecto- era como “comprar un pedacito de la Gran Manzana”.
El sueño terminó pronto y de modo inmediato, cuando las calles de la ciudad norteamericana se inundaron de la nueva modalidad del servicio a partir de las plataformas virtuales. Ello conllevó a que el valor de los “medallones” se devalúe. Un callejón sin salida.
“Tengo presión alta y diabetes, y si no como regularmente probablemente me derrumbe, pero asumo el riesgo. Nueve choferes han muerto”, confesó en aquella manifestación Quadratullah Saberry, hombre de 70 años, de nacionalidad afgana, declarado en huelga de hambre, conductor durante tres décadas y quien adeuda todavía 300.000 dólares.
Como propuesta concreta, las y los taxistas exigen que la ciudad, a la que pertenece la Comisión de Taxis y Limusinas que regula el sector, salga garante de los préstamos, que se reestructurarían a un monto principal de no más de 145.000 dólares, con pagos mensuales de 800 dólares.
Por su parte, la ciudad ha propuesto una ayuda total de 65 millones de dólares, que los taxistas consideran que es insignificante para reducir su deuda e insisten en su propuesta. “La ciudad ha creado esta crisis. Su plan (de rescate) dejaría a los conductores ganando menos del salario mínimo. Es inaceptable”, afirmó el Defensor del Pueblo, Jumanne Wiliams, en consonancia con los taxistas en huelga y dispuestos a la lucha.