29/09/2021

Bolivia: Al menos 20 heridos y 30 detenidos tras una semana de conflicto cocalero

Luego de siete días de abierta contienda, la ciudad de La Paz, en Bolivia, se convirtió en un escenario de protestas por parte de las y los trabajadores cocaleros. El descontento se relaciona con la disputa entre dos fracciones por la presidencia de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca), organización que agrupa a los cultivadores de la hoja en la región de Los Yungas. Uno de los grupos denuncia complicidad del gobierno para colocar a un funcionario afín a sus propósitos mientras tiene bajo su control la sede cocalera. Por ello, se ha registrado una fuerte represión policial, que custodia al edificio. Declaraciones oficiales aseguran que los manifestantes han incendiado móviles de las fuerzas de seguridad y puesto dinamita en inmuebles. También expresaron que la contienda cuenta con un saldo de 20 heridos y 30 detenidos. Por su parte, los cocaleros en protesta extenderán su reclamo estos días. Por Máximo Paz, para ANRed.


La Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) concentra a las y los productores y operarios de la hoja de coca de Los Yungas, zona geográfica de Bolivia situada en el departamento de La Paz. La sede de la asociación se halla en el barrio Villa Fátima. En el lugar, a su vez, funciona uno de los dos mercados legales autorizados para la venta de coca en el país. En la zona se comercializa la misma de manera legal para mascado, infusión y rituales religiosos.

Desde hace una semana las disputas por la conducción del organismo entre sectores cocaleros, que determinó el accionar policial represivo, dejaron al menos 20 heridos y una treintena de detenidos. Mismo, los habitantes vecinos al organismo se encuentran en estado de alerta y protesta ante la presencia policial. Varias edificaciones sufrieron destrozos.

Si bien la contienda en esta ocasión se dio originalmente desde tres grupos, hoy son dos las fracciones en pugna: una es la dirigida por Armin Lluta, quién fuera elegido presidente del organismo en diciembre del año pasado. En la otra sección se erige como líder Arnold Alanes, cuadro político cocalero que ostenta el total respaldo del actual Gobierno masista.

El juego por el poder se remonta a, por lo menos, el año 2015, cuando fue electo como presidente de Adepcoca Franklin Gutiérrez. Luego de ser reelegido en 2018, Gutiérrez fue detenido y acusado de ser el autor intelectual de una emboscada a fuerzas antidroga en La Asunta, en Los Yungas. En el hecho, el teniente Daynor Sandoval perdió la vida y otros siete resultaron heridos.

Tras la condena al ex líder cocalero, una facción votó por Elena Flores como nueva directora de Adepcoca. A poco de la asunción del gobierno de Jeanine Áñez, quién en la actualidad se encuentra tras las rejas, imputada por propiciar un Golpe de Estado al entonces presidente Evo Morales, Gutiérrez es liberado, retomando el control de Adepcoca. En ese momento, Elena Flores también conocerá la cárcel.

En diciembre del año pasado, un conjunto de productores de Los Yungas eligió a Lluta como titular de la asociación en reemplazo de Gutiérrez. Ya en libertad, la que actúa mediante un amparo judicial es Elena Flores. El fallo le es favorable y la reyerta se profundó: ambos empezaron, entonces, a dirigir en paralelo al organismo cocalero.

A comienzos de 2021, el Gobierno boliviano de Luis Arce propició un diálogo para tratar de destrabar el conflicto. Si era a su favor, mejor.

Fue por ello que sobre el mes de julio, el Ministerio de Gobierno aseguró de manera pública que ambas representaciones concertaron nueve puntos para pacificar el apremio. Uno de los temas centrales del acuerdo fue el de realizar nuevas elecciones en un plazo de 45 días bajo la supervisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE). No obstante, días después, Lluta decidió rechazar el acuerdo establecido.

El reciente capítulo de esta disputa comenzó el pasado 20 de septiembre, cuando una nueva directiva, encabezada por Alanes —quién es apoyado por Flores— tomó el control y sede del mercado de Adepcoca. Esta dirigencia fue reconocida por el Gobierno y todo estalló por los aires.

Según informó el martes de la semana pasada Eduardo del Castillo, ministro de Gobierno, a principios de mes fue que hubo una elección en la que resultó electo Alanes como el nuevo presidente de la Adepcoca y que ello se ratificó con una asamblea celebrada el 20 de septiembre.

«Ha habido un congreso multitudinario, han existido miles de personas, hemos visto las imágenes y como Gobierno nacional no podemos cuestionar lo que se ha definido, por tanto reconocemos al señor Alanes», sentenció Del Castillo el martes 21 de septiembre.

Por contrario, en un comunicado reciente, el Partido Obrero Revolucionario de Bolivia expresó que «cocaleros masistas apoyados por la policía asaltaron violentamente las instalaciones de Adepcoca, golpearon y abandonaron en La Cumbre, herido, al legítimo dirigente cocalero, Admin Lluta, para posteriormente instalar una dirección apócrifa, ‘elegida’ en elecciones convocadas y armadas nada menos que por el Ministerio de Gobierno.»

El tema de fondo, que cruza el político, y vuela por sobre toda esta trama, es el del narcotráfico: «Los cocaleros de la zona tradicional de cultivo de coca de Los Yungas se opusieron a la Ley 906 que amplió los cultivos legales a 22.000 hectáreas, incluidas 7.000 en el Chapare. En el fondo es una lucha por el mercado de la coca cuyo componente principal ahora es la demanda del narcotráfico», denunció en la misiva el histórico partido trotskista.

«Denuncian (los cocaleros) que Evo Morales tiene la firme intención de crear una Confederación nacional de productores de coca bajo su control en el marco de su política de “erradicación concertada y voluntaria” de cultivos excedentarios como exige el imperio, y choca con la resistencia de los cocaleros de la zona tradicional de los Yungas a los que quiere someter a como dé lugar», sentenció.

Lo cierto es que de inmediato, es decir, durante esta última semana, se han registrado protestas, enfrentamientos con la Policía, quema de casas y edificios. Puntualmente, hubo un ataque y quema de un módulo y cinco vehículos policiales por parte de cocaleros adeptos a Lluta en la zona de Villa Fátima.

Sobre la noche del lunes, la policía reprimió con gases lacrimógenos, mientras las y los cocaleros arrojaron dinamita contra los uniformados en la zona de Villa Fátima. Por su parte, las y los vecinos denunciaron las molestias originadas por los uniformados, a la vez que alertaron la posibilidad de armar barricadas en las calles si la situación perdura.

Es que la persistente represión policial desplegada dejó una veintena de heridos y varios detenidos en La Paz. En ese sentido, el subcomandante de la Policía Hernán Romero indicó que 24 personas resultaron heridas y otras 15 fueron detenidas en el sexto día de disturbios en el mercado de la Asociación. El oficial Romero, además, comentó que varios policías fueron «asediados» durante más de cinco horas por las y los campesinos cocaleros, según informó la agencia de noticias Europa Press.

Por el momento, los seguidores de Lluta continúan en pie de guerra. Pese al repudio generalizado de vecinos y vecinas, el cuerpo policial, también.



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