«La masacre de La Victoria, es la masacre de la juventud de los barrios populares»
El sábado 4 de septiembre se llevó adelante una jornada para recordar el tercer aniversario de “la masacre de La Victoria” en Monte Grande, partido de Esteban Echeverria. Al filo de los caserios donde arranca el descampado, donde los bondis a duras penas llegan y bajo la lluvia un grupo de niños y niñas, familiares, amigos y docentes, no resignan la memoria. «Un día se hará justicia, a eso nos aferramos, al deseo que por una vez la cosa sea justa para quienes la injusticia es la regla». Texto e imágenes Germán Romeo Pena para ANRed
El 30 de agosto de 2018 el barrio La Victoria (en Monte Grande) fue escenario de un hecho que lo conmocionó por completo: tres jóvenes vecinos, Miguel, Pedro y Osmar, todos menores de edad, fueron asesinados a sangre fría en una de las entradas del barrio. El hecho nunca terminó de esclarecerse, a pesar de las fundadas sospechas sobre la responsabilidad de los transas locales, y ante la desidia y complicidad policial que, como mínimo, liberó la zona.
El sábado 4 de septiembre se llevó adelante una jornada en la Casa de la Niñez y la Juventud (CNJ) para recordar el tercer aniversario de la masacre. La casa es un espacio autogestionado, sin fines de lucro, que trabaja a partir de actividades sociales, culturales y deportivas para proteger los derechos fundamentales de niños y jóvenes de barriadas populares del sur del conurbano.
«Nuestro espacio se basa en la horizontalidad, la solidaridad, la no discriminación y el feminismo como principios fundamentales y articula esfuerzos de vecinos, estudiantes y docentes» explica un docente de la CNJ en diálogo con ANRed.
Bajo la lluvia un grupo de niños, familiares, amigos y docentes intenta poner algo de color, al gris que lo redea todo por esas latitudes. Ofrendando flores que rodean el recuerdo vivo de estos tres jóvenes, que brilla aun en los ojos de niños que no resignan la memoria. Una madre llorando mirando las flores dijo «un día se hará justicia a eso nos aferramos, al deseo que por una vez la cosa sea justa para quienes la injusticia es la regla».
Acerca de la Masacre y los derechos de la juventud
Miguel, Pedro y Osmar, todos menores de edad, fueron asesinados en el 2018 a sangre fría en una de las entradas del barrio.
«En ese momento, por primera vez desde su formación en 2007, el barrio fue noticia central de varios diarios Clarín, La Nación, Crónica. Como era de esperar, apareció en los policiales, con el foco puesto en la violencia, las drogas, los narcos, la muerte, y aprovechando para remarcar una y otra vez, cual estigma, el origen extranjero de buena parte de su población. En esas notas que se pretenden periodísticas nada se dijo de las infinitas dificultades que cotidianamente enfrentan sus miles de vecinos, que arrancan a las 4 o 5 de la mañana, apiñados como ganado en el colectivo 501 y el tren Roca, de sol a sol, de lunes a lunes, para ganarse la moneda, que a veces no alcanza ni para parar la olla. De esta ultra-explotación nada se dijo. Tampoco se habló de los cientos de pibes que son escupidos fuera del sistema educativo por no tener escuelas ni vacantes, por quedar atrapados en las calles anegadas, por no tener para el boleto, o por estar confinados en la esclavitud doméstica, cuidando a sus hermanitos para que los adultos puedan salir a trabajar. Nada se dice de los cientos de reclamos y reivindicaciones del barrio, por mejores servicios, infraestructuras, por derechos básicos» explican docentes del CNJ.
Agregan «la juventud es una irreversible transición desde la niñez y la tutela familiar, hacia la vida adulta autónoma, donde las injusticias y las desigualdades se cristalizan rápida y violentamente. El amarillismo de las notas de los medios basura no hace sino ocultar, intencionalmente, una enorme cadena de injusticias sobre la juventud más vulnerable, que combina la imposibilidad de acceso a oportunidades educativas, laborales, de recreación, con la acumulación de riesgos de salud y seguridad. Es una transición a la vida adulta marcada por la vulneración de derechos, por el aislamiento y la sensación de abandono».
«La Victoria, no es un caso aislado, ni es exclusivo de Esteban Echeverría o producto de una gestión particular. Es una estructura, masiva, ubicua, generada por el actual sistema político-económico de desigualdad y exclusión. Hay miles de barrios como este en todos los bordes de Buenos Aires, de Córdoba, de Rosario, donde diariamente pasan cosas así o aún peores. Es un modelo de ciudad, un modelo de sociedad, que abandona y acorrala a los pibes, y luego de ser necesario, los enjaula o liquida. La masacre de La Victoria, es en realidad la masacre de la juventud de los barrios populares» finalizaron.