Gilda eterna
Hoy se cumplen 25 años de la muerte de la cantante más popular en la historia de la cumbia argentina. Referenta gracias a la canción «No me arrepiento de este amor», sus composiciones y un estilo musical propio en una escena musical noventera hostil. Por Manuela Wilhelm (ANRed).
Antes de cumplir los 35 años, Gilda falleció en 1996 en un accidente de tránsito junto a su madre, su hija mayor, tres músicos y el chófer del colectivo en el que viajaban rumbo a una presentación en Chajarí. En ese lugar, el kilómetro 129 de la ruta nacional 12 en Entre Ríos, los fanáticos y fanáticas de Gilda levantaron un santuario que se sostiene hasta hoy.
La historia de esta diosa de la cumbia comenzó cuando leyó un aviso en un diario donde pedían vocalistas para un grupo musical. Cuando escucharon la voz de Miriam Alejandra Bianchi no lo dudaron.
A partir de ahí, ella comenzó a abrirse paso en el ambiente de la movida tropical. Le cantó al amor y al desamor haciendo uso de su talento y dulzura. «Gilda no era feminista pero era igualitaria y cantaba sobre las cosas que vivían las mujeres. Su música era alegre y romántica con algún mensaje. Las chicas la seguían porque podían descargar su tristeza con el baile», dice Toti Giménez, productor musical que acompañó la carrera de Gilda.
Ella venía de otro palo, era maestra jardinera, estaba casada con dos hijos. Miriam se transformó en Gilda en homenaje al personaje que interpretaba la actriz de Hollywood Rita Hayworth en la película del mismo nombre de 1946; y a cada paso más adentro del ambiente musical más se rompía su matrimonio con el papá de su hija y su hijo.
«No me arrepiento de este amor» es la canción del álbum «Pasito a Pasito» que se convirtió en hit, le permitió despegar en la escena y también se hizo manifiesto. La letra tiene mucho que ver con una historia de amor que era secreta y que reivindica.
La canción expresa también cómo Gilda se plantó frente a los mandatos patriarcales que se hacían carne en la hostilidad de la escena musical. Gilda luchó contra los prejuicios de la época y pudo transformar las expectativas como madre, como cantante, para ser otra mujer en la música y en la vida. De esta manera trazó un puente emocional y afectivo con los sectores populares de la década del noventa.
«Ella es hija de un empleado público y una maestra de piano, que vive en Devoto su primera niñez, pero que después por problemas económicos se terminan mudando a Villa Lugano. De alguna manera esa doble idiosincrasia social le permitió llegar a distintos niveles de público con el tiempo, porque entendía a todos. Para mí ese es uno de sus secretos como artista», dice Alejandro Margulis, biógrafo de la cantante que editó el libro «Santa Gilda» en 2012.
A lo largo de los años el tema «No me arrepiento de este amor» fue interpretado por hinchadas de fútbol, bandas de rock y utilizado por partidos políticos. La vida de Gilda fue llevada al cine en 2016 con el título de la canción, y tiene material de archivo en fotos que aporta el hijo de la artista, el único que sobrevivió a la tragedia. Según contó la directora de la biografía, Fabricio Cagnin le firmó los derechos tras contarle que se sentía muy identificada con su madre. La película aporta claves para entender el fenómeno de la Santa Gilda que hasta ante de la pandemia reunía unas 15 mil personas en el Santuario en Entre Ríos, en cada aniversario de su muerte o su nacimiento, el 11 de octubre.
Hoy 7 de septiembre, a 25 años de su muerte y pese a su corta carrera musical, Gilda sigue siendo celebrada como una referenta popular con su sonrisa, sus composiciones, su manifiesto, su ternura y su estilo tropical.