31/07/2021

Entre la pandemia, la pasión y los cuestionamientos culminó la primera semana de Juegos Olímpicos

Naomi Osaka encendió el pebetero. Foto: ReutersEl pasado 23 de julio, entre dudas y contradicciones, se encendió el pebetero olímpico en la ciudad de Tokio. Tras ser suspendidos el año pasado por la pandemia, el evento se inició con polémica por los numerosos contagios y el clima enrarecido que afecta al planeta desde hace más de un año: sin público, con protocolos y muchas ausencias de deportistas contagiados, o imposibilitados de participar. No obstante, el evento también permite, a pesar de sus autoridades, difundir historias no siempre conocidas. Por Ramiro Giganti (ANRed).

Las dudas sobre su realización llegaron hasta poco tiempo antes de su inicio, a pesar de los protocolos establecidos. Los contagios entre atletas empezaron a conocerse incluso en la semana previa, donde ya se empezaron a desarrollar algunas competencias, como las fases preliminares en futbol y softbol. Pero el show debía comenzar. Las contradicciones siempre se encuentran presentes en este tipo de eventos, más allá de la pandemia. La cita olímpica es una usina de información, que trasciende las restricciones y censuras impuestas por el comité olímpico internacional: se conocen piases de los que no se tenía información, deportes poco comerciales y numerosas historias ocultas.

Desde la participación de deportistas representando a Palestina, o al equipo de refugiados que compiten bajo la bandera olímpica, hasta países poco conocidos como Kiribati, un archipiélago del Pacífico  que podría desaparecer por el cambio climático y que en los juegos anteriores dio a conocer su problemática gracias al pesista David Katoaatau.

La ceremonia de apertura

Para los juegos olímpicos de 1964, que también se había desarrollado en Tokio, se había pedido a las delegaciones que lleven semillas para plantar árboles en Japón. Pasadas 5 décadas existe un bosque creado con aquellas semillas, de allí provino la madera de los anillos olímpicos que simbólicamente fueron creados en la apertura.

Luego comenzaron a desfilar las delegaciones. Allí se vieron delegaciones de países con sus historias. Desde un reducido comité que representó al Líbano, país que atraviesa una dura crisis económica agravada por la pandemia y la explosión del puerto en Beirut el año pasado. La delegación Palestina con numerosas historias detrás de cada atleta que compite, la delegación de deportistas refugiados provenientes de distintas partes del mundo que dan el testimonio de numerosos conflictos actuales, muchos de ellos desatendidos pro la comunidad internacional, o atendidos selectivamente. La delegación argentina recordó a Braian Toledo, el lanzador de jabalina de Marcos Paz, fallecido recientemente a sus 26 años en un accidente. «Estaba comentando que en este momento debería estar Braian Toledo con nosotros, me estaba acordando de él, me emocioné», comentó Cecilia Carranza, medalla de oro en Vela en los juegos anteriores y abanderada junto a su compañero Santiago Lange. Toledo había competido en los dos juegos anteriores, terminando entre los diez mejores en Rio de Janeiro además de haber ganado medallas en juegos panamericanos y juveniles. Carranza, además, llegó a la cita portando la bandera de la comunidad LGTBQ+  después de hacer pública su orientación sexual, quien además colabora con la organización “It Gets Better”, que trabaja en propuestas para la inclusión y visibilización de la comunidad.

Cecilia Carranza y Santiago Lange llevando la bandera Argentina. Fuente: COI

Tras el desfile de delegaciones, se presentaron los deportes desde un curioso diseño. Se presentó la pianista japonesa Hiromi Huejara, y un video de logros deportivos tuvo como música a “Teo Torriate” la canción de Queen compuesta por Brian May que tiene una parte de su estribillo cantado en jampones. Tras la llegada de la llama olímpica trasladada por distintas personalidades, finalmente fue Naomi Osaka la elegida para encender el pebetero. Tras numerosas polémicas y dudas de la tenista para confirmar su participación debido a las condiciones sanitarias y también por su retiro de los recientes torneos para preservar su salud mental, finalmente fue quien ocupo el espacio central del evento. Su designación es comparable a la de la velocista australiana Cathy Freeman en Sydney 2000, quien fue la elegida en medio de movilizaciones de pueblos originarios que llevaron sus reclamos y denuncias mientras el mundo miraba a ese país. Cathy Freeman, de descendencia indígena había adherido a la causa, su designación fue una muestra de reconciliación. Freeman ganó dos medallas de oro, pero 20 años después muchos de los reclamos siguen sin la respuesta pertinente. Otro hecho similar fue cuando Muhammad Ali hizo lo propio en Atlanta 96, décadas después de haber sido sancionado por negarse a ir a la guerra de Vietnam.

Las competencias

La primera jornada tuvo para Argentina, muchas expectativas en relación a la participación de la judoca Paula Pareto, médica, y medallista olímpica en Pekin y en Rio de Janeiro. La “peque” como es llamada, realizaba su última competencia con chances de convertirse en la primer mujer argentina en lograr dos veces la medalla de oro, algo que solo lograron el polista Juan Nelson y el futbolista Javier Mascherano. Pareto ganó sus primeros dos combates con mucha jerarquía, pero luego fue derrotada por la japonesa Funa Tonaki. Luego una lesión le impidió competir en condiciones por una medalla de bronce y se retiró compitiendo, pese a todo, frente la portuguesa Catarina Costa. Finalizó así una notable carrera deportiva.

Paula Pareto en su última participación olímpica. Fuente: Télam

La situación de Naomi Osaka se hizo presente en otras deportistas. Un caso referente fue el de Simone Biles, la gimnasta norteamericana que abandonó la competencia expresando que no se sentía emocionalmente en condiciones. Biles recibió el apoyo de gran parte de sus colegas reinstalando el problema de exposición y la necesidad de una mayor preocupación por la psicología deportiva y el trato mediático.

En la competencia de gimnasia artística, Argentina volvió a estar presente después de varios juegos olímpicos ausente. El logro fue de la joven platense Abigail Magistrati. De 17 años, la deportista que empezó a practicar desde muy chica en el club Villa Elvira, es la mas joven de la delegación argentina. La historia de Magistrati es la de miles de chicas y chicos que practican deporte amateur en la Argentina y que no cuentan con ayuda para poder entrenarse, competir y crecer. Su desempeño en Tokio 2020 es la reivindicación a años de esfuerzo. Tras competir declaró que le gustaría volver a competir en los próximos Juegos Olímpicos, pero que además le gustaría que Argentina pueda llevar a todo el equipo de gimnasia: lo que no puede dejar de interpretarse un llamado a las autoridades a un mayor apoyo al deporte.

En la competencia también se destacó la medalla de plata de la brasileña Rebeca Andrade, quien se convirtió en la primera sudamericana en logar una medalla olímpica en gimnasia artística.

En el cuarto día de competencia, se destacó Tom Daley, deportista de Gran Bretaña que se desarrolló en Salto Sincronizado a 10 metros y obtuvo la medalla dorada junto a Matty Lee. “Me siento increíblemente orgulloso de decir que soy gay y también campeón olímpico, cuando era joven pensaba que nunca sería alguien o que no lograría algo por ser quien era”, declaró Daley, quien se había destacado hace unos años siendo muy joven, pero, por el acoso recibido en redes sociales tras dar a conocer su s preferencias sexuales se había apartado por un tiempo de la competencia. Su retorno triunfal es también un avance para las diversidades.

Tras un 2020 difícil y polémico por situaciones extradeportivas indefendibles en el entorno del rugby argentino, fue éste el deporte que aportó la primera medalla para Argentina. El Rugby 7 empezó a ser olímpico en la anterior cita en Rio de Janeiro. Se trata de una versión del juego que desde hace años tiene un circuito paralelo al del tradicional juego, donde los equipos están integrados solo pro 7 jugadores, con una competencia más dinámica, también por la corta duración de los partidos, que permite su inclusión en la cita olímpica. Allí, un equipo con jugadores que no son los mismos del seleccionado de 15, logró, tras mucho trabajo, la medalla de bronce. Fiji derrotó a Nueva Zelanda y logró nuevamente la medalla de oro para su país, que gracias a este juego, logro sus primeros podios.

En el Rugby femenino la medalla de oro fue para Nueva Zelanda. Las “mujeres de negro” bailaron el tradicional haka, tras mostrar un juego de alto nivel.

Otra noticia que llamó la atención fue lo sucedido con el judoca argelino Fethi Nourine, quien decidió retirarse de los Juegos Olímpicos de Tokyo luego que el sorteo le indicara que, ganar su primer combate, debía enfrentarse al israelí Tohar Butbul. El atleta de 30 años explicó que no continuaría la competencia a pesar de haber trabajado para participar de las Olimpíadas. “Trabajamos mucho para llegar a los Juegos Olímpicos. Pero la causa palestina es más grande que todo esto”, afirmó el atleta a la prensa argelina. Resulta pertinente recodar que, mientras en 1936, los juegos olímpicos oficiales organizados en Berlín por la Alemania Nazi, no permitían la participación de atletas judíos, la Olimpiada Popular Antifascista había convocado tanto a deportistas de la comunidad judía internacional como representantes de Argelia, en ese entonces colonia francesa, y Palestina. Lamentablemente la guerra impidió el desarrollo de aquel evento.

Tras su retiro, el representante de Sudán, Mohamed Abdalrasool, quien se vio beneficiado del retiro de Nourine, hizo lo propio al retirarse del combate contra el Israelí Tohar Butbul. Pesa al beneficio de avanzar sin competir, el israelí que en muchos medios fue presentado como una “estrella” de este deporte, fue derrotado en el combate siguiente.

Con todas las contradicciones, un crecimiento en los contagios por coronavirus en Japón, y muchas practicas cuestionables por parte del Comité Olímpico internacional (COI) los juegos continúan, y con ellos las historias que muchas veces intentan ocultar.



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