23/07/2021

Explotación petrolera en el Mar Argentino: «la ocurrencia de derrames es del 100%», indica un informe del 2020

El martes 6 de julio el Gobierno reconoció que pretende colocar regalías petroleras como garantía para destrabar la compra de las vacunas de Pfizer. En ese marco, el jueves 15 de julio se realizó en diferentes puntos del país una Jornada Plurinacional por un Mar Libre de Petroleras, en reclamo de la «anulación del proyecto de adquisición sísmica de Equinor, la anulación de las 18 concesiones otorgadas, por participación ciudadana vinculante y un plan estratégico de energías limpias (renovables o de descarbonización)». Ya en noviembre de 2020 un informe del Centro de Tecnologías Ambientales y Energía (CTAE) de la Facultad de Ingeniería de Olavarría señalaba que «para algunos niveles de producción estimados para la plataforma argentina, la ocurrencia de derrames es del 100%, incluso de derrames de grandes cantidades mayores a 1.000 barriles de petróleo», lo que «debería ser causal de aplicación del principio precautorio establecido en la Ley General del Ambiente N° 25.675, que establece que ‘cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente’ «. Por ANRed.


«En instancia de presentación ante la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, Vilma Ibarra, secretaria de Legal y Técnica de la Presidencia, oficializó el martes 6 un hecho inaudito: el Gobierno propone regalías petroleras como garantía en la negociación por las dosis de la vacuna Pfizer. Ibarra detalló este movimiento en compañía de Carla Vizzotti, actual ministra de Salud, y Cecilia Nicolini, asesora presidencial», informaba la semana pasada Patricio Eleisegui, en un artículo publicado escrito para Sudestada.

«Las regalías que percibe el Estado nacional, y que ahora se proponen como respaldo – como se remarcó – sin que ello afecte la recaudación de las provincias con actividad hidrocarburífera, corresponden a las explotaciones offshore – ultramar – que se desarrollan a partir de las 12 millas de las costas territoriales. Estas surgen hoy de un entramado de plataformas bajo control de las firmas Total Austral (Francia), Wintershall DEA (Alemania), Pan American Energy (dominada por la británica BP y la china CNOOC) y ENAP (Chile). Todas ubicadas en el extremo sur de la Patagonia. La elección de las explotaciones mar adentro ocurre a la par de los intentos oficiales por avanzar con una potencial extracción muy cerca de Mar del Plata. Desnuda, en concreto, la mirada estatal del ecosistema marino como un futuro Vaca Muerta sobre el que ya pueden tejerse todo tipo de estrategias comerciales y financieras a partir de las perforaciones por venir«, sentencia Elisegui.

Pero además de la entrega de soberanía nacional, se pone de relieve el impacto ambiental de este tipo de explotaciones: «las exploraciones sísmicas, señala un informe de Greenpeace, ‘funcionan efectuando disparos submarinos con cañones de aire que crean ruidos increíblemente fuertes, que provocan un impacto en más de 300.000 kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a la provincia de Buenos Aires’. La organización menciona a ballenas francas australes, orcas, delfines, lobos y elefantes marinos, pingüinos e incluso las poblaciones de peces, entre las especies más afectadas por este método«, detalla la nota de Eleisegui.

En la misma nota, Víctor Quilaqueo, investigador del Observatorio Petrolero Sur (OPSur), señala otro tipo de impacto: «en ninguna de las ecuaciones ingresa el pasivo ambiental. No se toma en cuenta la afectación de las economías locales. Por ejemplo, el offshore acaba por completo con la pesca. Transforma a las poblaciones cercanas en dependientes porque la explotación de hidrocarburos no es compatible con ninguna otra actividad productiva en un mismo lugar. O sea, reduce la cantidad posible de puestos de trabajo. Y además eleva los precios de las zonas donde se realiza. El costo de vida en las zonas petroleras es muy alto, excluyente», remarcaba Quilaqueo.

En este marco, el jueves 15 de julio se realizó en diferentes puntos del país una Jornada Plurinacional por un Mar Libre de Petroleras, en reclamo de la «anulación del proyecto de adquisición sísmica de Equinor, la anulación de las 18 concesiones otorgadas, por participación ciudadana vinculante y un plan estratégico de energías limpias (renovables o de descarbonización)».

«La ocurrencia de derrames es del 100%, incluso de derrames de grandes cantidades mayores a 1.000 barriles de petróleo»

En tanto, ya en noviembre de 2020 un informe del Centro de Tecnologías Ambientales y Energía (CTAE) de la Facultad de Ingeniería de Olavarría, titulado «Evaluación de la probabilidad de ocurrencia de derrames de petróleo en la plataforma marítima continental argentina» realiza un análisis de los registros y estadísticas históricas de derrames en el offshore de Estados Unidos según el Bureau of Safety and Environmental Enforcement (BSEE, 2016), con gráficos que resumen las estadísticas de «derrames de petróleo ocurridos en plataformas offshore en los Estados Unidos en el período comprendido entre 1964 y 2015, expresado en barriles de petróleo (bbl), sin incluir el incidente en el Golfo de México de la Plataforma Deepwater Horizon, ocurrido en 2010″.

El informe en cuestión también agrega en el análisis «la cantidad de derrames ocurridos en la Unión Europea entre 1964 y 2015, diferenciados por tamaño del derrame, considerando derrames menores a los de menos de 999 bbl y mayores a los derrames iguales o mayores a 1.000 bbl», explica.

«Al no contar con estadísticas de derrames en Argentina», según expresa el informe, el estudio toma como base los datos de la Unión Europea, para analizar la «probabilidad de ocurrencias de derrames en la plataforma marítima continental argentina a partir de una función de probabilidades de Poisson (Anderson and Labelle, 2000), en función de la cantidad de petróleo producido, fórmula que se utiliza cuando los sucesos son impredecibles o de ocurrencia aleatoria». Además, cruza esa fórmula con «los escenarios de reservas y explotación de reservas offshore (2025-2050) del documento Pampa Azul«, que el análisis toma como niveles de producción posibles.

Finalmente, en base a ese análisis – que en principio destaca que «a la fecha, las empresas involucradas en la exploración no han presentado los estudios de impacto ambiental correspondientes, lo que incrementa la preocupación» – el CTAE estima que «para algunos niveles de producción estimados para la plataforma argentina, la ocurrencia de derrames es del 100%, incluso de derrames de grandes cantidades mayores a 1.000 barriles de petróleo«.

La estimación «debería ser causal de aplicación del principio precautorio establecido en la Ley General del Ambiente N° 25.675, que establece que ‘cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente’ «, concluye el informe.



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