Prohiben el cultivo de salmones en el Canal de Beagle
En un precedente histórico, la Legislatura de Tierra del Fuego aprobó de forma unánime la ley que prohíbe la instalación de cualquier tipo de cultivo y producción de salmones en las aguas marinas y de lagos de la provincia. La salmonicultura genera una cantidad considerable de residuos orgánicos e inorgánicos que se acumulan en los sedimentos marinos provocando un impacto ambiental considerable. «Es un gran triunfo de la ciudadanía y las organizaciones civiles y ambientales que se opusieron a la salmonicultura en el Beagle desde que se dieron a conocer los planes», sostuvo Estefanía Gonzalez, vocera de la campaña de océanos de Greenpeace. Por ANRed
La Legislatura de Tierra del Fuego aprobó de forma unánime la ley que prohíbe la instalación de cualquier tipo de cultivo y producción de salmones en las aguas marinas y de lagos de la provincia, en un precedente histórico para el país.
La salmonicultura genera una cantidad considerable de residuos orgánicos e inorgánicos que se acumulan en los sedimentos marinos, provenientes de alimentos para peces no consumidos, heces, antibióticos y productos químicos.
Al no regular la cantidad de peces permitida por espacio marino, la capacidad de carga de los cuerpos de agua suele ser superada, lo que aumenta la demanda de oxígeno, generando eutrofización. La eutrofización da lugar a condiciones anaeróbicas (falta parcial o completa de oxígeno), haciendo difícil o incluso imposible la vida acuática.
«Este suceso sienta un precedente histórico para el resto del país y el mundo. De esta manera, Tierra del Fuego evita el desastre ambiental que pudo haber provocado la salmonicultura en el Canal de Beagle. Es un gran triunfo de la ciudadanía y las organizaciones civiles y ambientales que se opusieron a la salmonicultura en el Beagle desde que se dieron a conocer los planes», sostuvo Estefanía Gonzalez, vocera de la campaña de océanos de Greenpeace.
En 2018, Argentina firmó un acuerdo con los reyes de Noruega para desarrollar la salmonicultura en el canal. Desde ese momento ambientalistas iniciaron la lucha para oponerse a los planes de la industria.
La salmonicultura en Chile ha devastado los espacios marinos donde se ha instalado, particularmente en las regiones de los Lagos y Aysén, donde se ha concentrado. En busca de nuevos lugares donde operar, la industria ha puesto sus ojos en mares de la Patagonia.
La industria ya llegó a Magallanes, del lado chileno, con resultados muy preocupantes hasta ahora, y proyectó sus planes para conquistar también las costas de la Patagonia argentina.
«Estos logros demuestran que, cuando todos nos unimos por una causa común, podemos alcanzar grandes resultados. Hoy, Ushuaia está protegida de una industria nociva que ha generado graves daños a los fiordos chilenos y ha impactado seriamente en las comunidades locales durante décadas. Finalmente, podemos gritar fuerte Beagle sin salmoneras», finalizó Gonzalez.