05/06/2021

La Misión Internacional de verificación de DDHH en Colombia: solidaridad internacionalista entre nuestros pueblos

La Misión Internacional de Observación de Derechos Humanos llegó a Colombia el 25 de mayo y hasta el 3 de junio relevó situaciones de vulneración a los DDHH durante el Paro Nacional. Recabando testimonios de víctimas en varias ciudades del país, denunciaron ante la Misión de verificación la inactividad de las distintas agencias del Estado responsables de esclarecer dicha violencia. Según el informe publicado por la Misión Internacional: “Mientras las organizaciones denunciaron al 26 de mayo 52 homicidios en el marco del Paro Nacional (7 días después supera los 70), la Fiscalía solo ha reconocido 17 y sólo 3 de ellos vinculados directamente a la protesta”. Por Corresponsal popular para ANRed*


 

Cuando hablamos de internacionalismo, de eficacia en nuestra acción comprometida con la vida y la dignidad de los pueblos, no podemos dejar de recordar la frase en la poesía de Gioconda Belli cuando nos decía que: “La solidaridad, es la ternura de los pueblos”. Porque la lucha contra quienes nos niegan, nos despojan, nos asesinan y nos callan no es solo la lucha del pueblo colombiano, sino es la lucha de todo un pueblo a nivel global que trasciende las fronteras impuestas por los Estados, y que no duda en cruzarlas para encontrarse y acuerparse en una misma lucha, por una misma causa.

Es esa misma ternura y compromiso el que se manifestó desde Argentina con la llegada de la Misión Internacional de Observación de Derechos Humanos, desde el pasado 25 de mayo hasta el 3 de junio en Colombia. Misión convocada en respuesta a las múltiples denuncias de violaciones a los Derechos Humanos que ocurren en Colombia desde el pasado 28 de abril, en el marco del Paro Nacional. Es así que acudieron al llamado del pueblo colombiano un conjunto de organismos de Derechos humanos de Argentina como son SERPAJ, APDH La Matanza y CORREPI, entre otras, y además una diversidad de organizaciones sociales y populares argentinas como el Frente Popular Darío Santillán, el Frente de Organizaciones en Lucha, el Frente Patria Grande, entre otras y organizaciones gremiales y de la sociedad civil como ATE, CTA-Autónoma y la Asociación Americana de Juristas.

Los objetivos de la Misión Internacional de Observación de Derechos Humanos en Colombia fueron relevar situaciones de violación de los DD.HH en el marco del Paro Nacional, elaborar un informe minucioso que tienda a visibilizarlas y denunciarlas a nivel nacional e internacional y contribuir a la articulación internacional en defensa de los DD.HH en toda la región. Para cumplir dichos objetivos la Misión argentina se trasladó a varias ciudades como Cali, Medellín, Pereira, Popayán y Bogotá, además de múltiples puntos emblemáticos de resistencia como Siloé, Usme, el Portal de la Resistencia, Soacha, Madrid y Facatativá, entre otros. Allí entraron en contacto con víctimas directas, familiares de las víctimas, organizaciones y organismos de Derechos Humanos, jóvenes de la primera línea, concejales y el pueblo en general en su hermosa diversidad. Visitaron territorios urbanos, campesinos, indígenas y del pueblo negro, recopilando la información de la persecución sistemática a sus liderazgos, a través de la criminalización a la protesta y al movimiento social, montajes judiciales y ejecuciones extrajudiciales por parte de las fuerzas policiales, como asesinatos sistemáticos por parte de las organizaciones paraestatales.

Estos testimonios permitieron a la Misión Internacional argentina conocer en primera persona la realidad que atraviesa el pueblo colombiano, por medio de la voz de las propias víctimas de la violencia de las fuerzas represivas estatales, de organizaciones y organismos de todas las regiones de Colombia. Una realidad que no solo responde a la violencia y el terror sufrido durante este paro Nacional que comenzó el 28 de abril, sino que pudieron observar en su conjunto la trama de violencias estructurales que viene sufriendo el pueblo colombiano históricamente, de parte de las clases dominantes en el poder que se valen de perpetrar un genocidio contra su propio pueblo con tal de asegurar sus privilegios y su acumulación de tierras y riqueza por medio del despojo.

En la conferencia de prensa presentada hoy 3 de junio del 2021 se destacaron testimonios sobre el accionar de las fuerzas represivas en los cuales se verificó que tanto la Policía Nacional en general y en especial el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) en coacción con el ejército, descargan a les manifestantes “una combinación de conductas y arsenal sofisticado, con severas consecuencias en el cuerpo y la psiquis de sus víctimas. Las vulgarmente conocidas como “bombas aturdidoras” han provocado lesiones severas en centenares de personas y hasta varios homicidios”, por ejemplo el asesinato de Sebastián Quintero Munera, en Popayán el 14 de mayo.

Por otro lado, también se mencionó que “es habitual que el personal policial dispare al rostro con balas de caucho provocando lesiones oculares en numerosos manifestantes y transeúntes, del mismo modo que es frecuente la utilización de “caucheras”, honderas y aún la misma mano para arrojar piedras de gran porte sobre la multitud”.

Sobre este accionar policial la Misión de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos de Argentina también destacó “el criterio abusivo y arbitrario de las facultades para detener, el trato cruel dispensado a los detenidos que incluye tormentos, abusos con connotaciones sexuales sobre las mujeres y disidencias sexuales retenidas”, lo cual constituye violaciones repudiables no solo a los derechos sino en sí mismo a la condición humana. En este sentido podemos recordar el caso de Alison el 14 de mayo, joven que fue agredida sexualmente por la fuerza policial tras su detención y se suicidó al día siguiente, dejando grabado en la memoria del país su dolor mientras manifestaba que “me manosearon hasta el alma”.

En cuanto a los sectores de mayor participación en estas movilizaciones, pero también quienes en mayor medida fueron víctimas de esta represión desmedida, figuran en primer lugar lxs jóvenes, principalmente las primeras líneas, conformadas por mujeres y hombres de los barrios populares, escuelas y universidades. La misión estuvo recorriendo Bogotá, donde “se pudo comprobar la decisión inquebrantable de muchachos y muchachas dispuestos a forjar un futuro diferente al que le proponen.” Otro de los sectores que tuvo contacto con la Misión fueron las mujeres, donde se logró constatar el papel crucial de las más jóvenes en la primera línea como de las madres en la segunda, quienes denunciaron que sus cuerpos aún hoy siguen siendo usados como botines de guerra. El campesinado y su constante lucha por la tierra es otro de los sectores que ha encabezado estas movilizaciones, quienes también denunciaron a la Misión los constantes embates del ESMAD, los sobrevuelos intimidatorios de helicópteros y la intimidación mediante bengalas lumínicas. El sector indígena, por su lado, recibió a la Misión en Santander de Quilichao, después de dar un claro ejemplo de organización a todo el pueblo colombiano con la solidaridad de la Minga en todo el país. A pesar de los ataques sufridos históricamente y particularmente en Cali, continúan en una férrea defensa de su identidad, su cosmovisión y su territorio. El sector afrodescendiente en Colombia también recibió a la Misión, en Puerto Tejada, donde denunciaron el claro accionar racista de las fuerzas represivas, exponiendo que “más de la mitad de las víctimas de represión en esta zona del país son negras”.

En cuanto a los delitos cometidos por las fuerzas de “seguridad” que fueron denunciados antes la Misión y que deben ser investigados, resumen que la violación a los derechos humanos ha sido en función de los delitos que corresponden a los criterios de:

Desaparición forzada de personas

Delitos contra la vida (homicidios, lesiones oculares, lesiones varias)

Delitos contra la integridad moral (torturas)

Delitos contra la integridad sexual (abuso sexual)

Delitos contra la libertad (privación ilegal de la libertad, detenciones arbitrarias)

Delitos contra la libertad de reunión y el libre ejercicio a la protesta

Delitos contra la propiedad (daños)

Ante esto, según la Misión “no hay dudas sobre el carácter de lesa humanidad de los delitos más graves ni sobre la procedencia de apertura de instancias jurisdiccionales universales.”

Es importante resaltar que las instituciones estatales como Fiscalía, Defensoría del Pueblo y Procuraduría no recibieron a la delegación, a pesar de que se les solicitó una reunión para presentarles el informe de lo relevado, dichos organismos se negaron aludiendo que tenían múltiples actividades por la venida de la CIDH. Sin embargo, la comunidad han percibido que las instituciones gubernamentales no asumen el compromiso que se requiere ante las alarmantes violaciones a los DD.HH e interceder para el cese de dicha violencia policial y militar. Se denunció ante la Misión de verificación la inactividad de las distintas agencias del Estado responsables de esclarecer dicha violencia. Según el informe publicado por la Misión Internacional: “Mientras las organizaciones denunciaron al 26 de mayo 52 homicidios en el marco del Paro Nacional (7 días después supera los 70), la Fiscalía solo ha reconocido 17 y sólo 3 de ellos vinculados directamente a la protesta”. Es llamativo entonces por qué ahora que viene la CIDH al país, sí dicen asumir sus responsabilidades y por tanto no tener tiempo de atender el informe relevado por la Misión Internacional, cuando hasta la fecha, el trabajo de dichas instituciones ha sido ineficiente e insuficiente.

Además de la ya conocida brutalidad de las fuerzas represivas y la complicidad de las instituciones estatales, la Misión Internacional de Observación de Derechos Humanos argentina destacó el carácter pacífico de las manifestaciones, el cual es constantemente alterado a través del acoso permanente sobre les manifestantes, o por la provocación de personal civil infiltrado en las filas de la protesta. Manifestaciones que se han colmado de colores, bailes, expresiones artísticas y la alegría que denota en la gente el hecho de estar organizadxs, de reconocer en ese mismo pueblo una juventud consciente, que está saliendo a resistir por sus derechos históricamente vulnerados y en contra de que su futuro ya esté hipotecado por parte del gobierno colombiano.

Son expresiones de paz, que, desde la olla popular, las asambleas y el diálogo en los puntos de resistencia siguen construyendo país, siguen construyendo paz con justicia social y sobre todo, siguen generando transformaciones reales de la sociedad que permiten pensarnos, hoy más que nunca, que otra forma de vida es posible, que tenemos el coraje, la capacidad y la fuerza para asumir nuestro propio destino y vivirlo con alegría, respeto, dignidad y amor por la vida.

Por último, cabe valorar el compromiso y la entrega de las 23 personas que componían la Misión de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos de Argentina, quienes asumieron por su cuenta y por iniciativa propia el reto de relevar lo que el Estado colombiano ha querido ocultar frente a la opinión pública internacional. Sin embargo, como decían al cierre de la conferencia de prensa: “Ninguna de las intimidaciones ni de las provocaciones ha detenido el objetivo que vinimos a cumplir a Colombia, que es recabar todas las denuncias de DD.HH en distintos puntos del país para llevar esa voz a los distintos organismos internacionales (…) Nos vamos con el enorme compromiso de acercar a todos los organismos, incluso los locales, el informe final y de trabajar en la sistematización de la información para este informe desde Buenos Aires”. Estos actos constituyen finalmente, actos de solidaridad eficaz a nivel internacional, de hermanamiento en estos tiempos tan oscuros y complejos que, como ya nos han enseñado experiencias valerosas como las del pueblo cubano con sus brigadas médicas en plena pandemia, ahora también el pueblo argentino nos da una muestra de ello, y nos recuerda que, como decía Fidel: “Ser internacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad”.

 

*Nota también publicada en el portal Vida Digna.



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