01/05/2021

Clásico rosarino: pasión, pandemia y la insensibilidad del fútbol negocio

Mañana, domingo 2 de mayo, tendrá como principal evento deportivo al clásico rosarino entre Central y Newell’s. Uno de los clásicos mas importantes, no solo de Argentina sino del fútbol mundial, va a tener una nueva edición. Una ciudad apasionada, dividida en dos, espera el evento. Pero el contexto se encuentra empañado no solo por la pandemia que el mundo atraviesa, con estadios sin publico y las alertas por los colapsos sanitarios, sino también por la insensibilidad de quienes impiden que una gran mayoría pueda ver el partido «en casa» respetando las medidas sanitarios y cuidando su salud. La semana pasada el gobierno de la provincia de Santa Fe hizo un pedido formal para liberar la señal y así transmitirlo de forma gratuita y evitar que hinchas se junten en bares y casas generando riesgo de contagio, pero la respuesta empresaria fue negativa. Por Ramiro Giganti (ANRed).


Un clásico con mas de cien años de historia, que enfrenta a los dos equipos mas importantes de la ciudad de Rosario volverá a disputarse mañana. Por lo que genera en la ciudad y la historia de ambos clubes, el clásico es uno de los mas reconocidos del fútbol mundial. El equipo donde se formaron figuras de la talla de Lionel Messi, Gabriel Omar Batistuta o Gerardo «Tata» Martino, y que supo tener a Diego Armando Maradona vistiendo la 10, se enfrenta al que tuvo en sus filas al «Matador» Mario Alberto Kempes, y que también formó a figuras que hoy brillan por el mundo como Ángel Di María o Giovani Lo Celso. Quienes veneran la filosofía de Marcelo Bielsa se enfrentan a quienes se jactan de haber tenido hinchas ilustres como «Ernesto «Che» Guevara, Osvaldo Bayer o «el negro» Roberto Fontanarrosa.

Un clásico con historial parejo tiene al empate como el resultado mas recurrente, con una leve ventaja de Central en la cantidad de triunfos pero con Newell’s como el que aportó los últimos campeonatos a la ciudad, divide a la ciudad en dos con el condimento folclórico adicional que le brinda su gente.

Pero la pasión que genera también trae aparejada la cuestión social vinculada a su gran trascendencia. El negocio de quienes se autoproclamaron como «dueños de la pelota» vuelve a empañar lo que debería ser una fiesta, al menos de manera distanciada por la pandemia. El partido convirtió en cuestión de Estado, por la búsqueda de medidas acordes a la urgencia sanitaria generado discusiones entre el gobernador de la provincia, Omar Perotti, el presidente de la AFA, Claudio «Chiqui» Tapia, y Marcelo Tinelli, titular de la Liga Profesional de Fútbol.

A través de una nota que lleva la firma del fiscal de Estado Rubén Weder, el gobierno provincial le solicitó al grupo Fox la liberación de la televisación del clásico rosarino entre Central y Newell’s, en el medio de una polémica entre las autoridades sanitarias, que pretenden que no se realice, y la Liga Profesional, que asegura que el partido debe jugarse en las condiciones establecidas en su oportunidad o si no que se traslade a otra jurisdicción. También planteó la posibilidad que pueda ser transmitido por el canal oficial de la provincia.

El tema llegó hasta el  presidente Alberto Fernández cuando Perotti sacó el tema en la cumbre con los gobernadores por el avance de la pandemia donde el mandatario santafesino explicó los temores de que se disparen los contagios tras el clásico. Por su parte, la Liga Profesional de Fútbol había dicho que no modificará la programación de la 12ª fecha del torneo, ya que, si se jugara a las 21, no se estarían cumpliendo con las 48 horas de descanso para aquellos equipos que deben jugar copas internacionales. Y ese es el caso de Newell’s, que el martes, en Chile, debe enfrentar a Palestino por la Copa Sudamericana. Sumado a esto se alzan las voces de asesores del área Salud que directamente plantean que el clásico debe suspenderse y reprogramarse. Finalmente el partido se pospuso para las 21 horas, lo que muchos medios señalan como un triunfo político de Tapia sobre Tinelli, pero nada dicen sobra la negativa empresaria para una mayoría de hinchas que no podrán ver el partido en sus casas por no poder pagar la transmisión privatizada. Ante el cambio de horario del clásico rosarino para las 21 horas, Central Córdoba – Racing Club pasó para las 18:40 del domingo.

Una vez mas el negocio excluye a la mayoría de un evento que para muchas y muchos fue esperado durante meses. Ante los esfuerzos colectivos de una sociedad que se queda en casa, que sufre la crisis económica, la imposibilidad de desarrollar actividades que hasta hace un año eran frecuentes y en muchos casos con la tristeza por haber perdido un ser querido, también le es negado un momento de esparcimiento. Los empresarios que manejan el fútbol y ganan fortunas con el lucrativo negocio de las transmisiones pagas, no ceden ni en este tipo de situaciones. Más allá de las disputas entre burócratas del deporte, la insensibilidad empresaria le volvió a ganar a la pasión del hincha. 



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