«El agua es vida, pero nosotros estamos muertos hace años»
Patricia, vecina de Fiorito, padece junto a sus vecinos de las calles Milán y Ayolas, la falta de agua desde hace cuatro años. Relata que mucha gente del barrio sufre algún tipo de enfermedad o discapacidad, situación ésta que hace perentorio y urgente el servicio de agua corriente. Recuerda los padecimientos de este último verano en pandemia y rogaba a dios que alguien los escuchara. Fue un verano lleno de llantos y tristeza que la llevó a reflexionar que si “el agua es vida, entonces ellos están muertos hace años”. Por Patricia Rodriguez para ANRed
Los vecinos de Fiorito, que viven sobre la calle Ayolas entre Gral. Paz y Milán permanecen sin agua desde hace aproximadamente cuatro años. Hace un tiempo atrás, cuando se hicieron las conexiones para el servicio de cloacas, se rompieron los caños que habían sido conectados hacia 14 años atrás. Esos caños rotos, a causa de la instalación de las cloacas, nunca fueron reparados ni reemplazados. En esa oportunidad se arreglaron las mangueras, o caños atándolos, a partir de ese momento, el barrio quedó sin agua.
Muchos vecinos acuden con baldes a la casa de una vecina que vive entre Milán y Moranzán, otros extendieron mangueras para el lado de Milán, pero sin mucho éxito, porque no hay presión de agua, sólo llega de madrugada algunas gotitas que hay que juntar como un bien preciado. La deficiente diagramación del barrio, por parte de las autoridades responsables, hizo posible que muchos caños pasen, en la actualidad, debajo de casas que se construyeron tiempo después.
A lo largo de estos cuatro años se hicieron innumerables reclamos que nunca fueron escuchados hasta que los vecinos dieron con el Foro Hídrico, quienes luego de algunas reuniones con la gente del barrio organizaron pedidos a Aysa. Finalmente, el lunes llegó un escuadrón de Aysa y hoy, martes siguieron cavando en las calles Milán y Ayolas para averiguar el motivo de la deficiencia. La respuesta del personal de Aysa fue la necesidad de colocar un caño que enganche por Milán y salga por Moranzán. Se trata de 50 ms de caño que deberían instalar para que se solucione momentáneamente la falta de agua.
A pesar de convivir sin agua, las facturas de Aysa siguen llegando y en algunos casos se trata de cifras descomunales como el caso de una señora del lugar que recibió una factura por 10.000 pesos. Sumado a dicha incongruencia, el cuadro de pandemia que estamos atravesando, obliga a tomar medidas de higiene. Más aún, desde distintos espacios institucionales se insiste en lavarse las manos, como una de las mejores formas de protegerse y proteger a la familia, sin embargo la gente del barrio Milán y Ayolas no puede tomar esas precauciones.
Mariela Frites del Foro Hídrico instó al Municipio para que acompañe el pedido del Foro Hídrico en función de que la empresa brinde un camión cisterna y un sachet de agua potable de uso personal hasta tanto se resuelva el problema. Por otro lado, aseguró que Aysa tiene personal capaz para dar solución y para buscar los motivos de la baja presión de agua. Tiempo atrás, el Foro Hídrico pidió el refuerzo “Capital – Fiorito”, un caño que sirve para paliar la escasez de agua en dicho sector.
Patricia, vecina del barrio relata que muchos de sus vecinos padecen algún tipo de enfermedad o discapacidad, situación ésta que hace perentorio y urgente el servicio de agua corriente. Patricia recuerda los padecimientos de este último verano con pandemia y rogaba a dios que alguien los escuche. Fue un verano lleno de llantos y tristeza que la llevó a reflexionar que si el agua es vida, entonces ellos están muertos hace años.