Gran Bretaña: dos semanas de movilizaciones contra el proyecto de ley ‘antiprotestas’
Desde el pasado 22 de marzo se vienen desarrollando manifestaciones para protestar contra un proyecto de ley que ampliaría de manera significativa los poderes de la Policía y del Gobierno para reprimir manifestaciones pacíficas en aras del orden público. El proyecto se presenta semanas después de las masivas manifestaciones de mujeres en Londres por el femicidio de Sarah Everard, que tiene a un policía como el principal acusado. Por Ramiro Giganti (ANRed).
El sábado pasado, centenares de personas salieron a las calles en Inglaterra y Gales para expresar su rechazo al proyecto de ley «antiprotestas», aprobado por la Cámara de los Comunes del Parlamento británico. Las manifestaciones bajo el lema ‘Kill the Bill’ (‘maten el proyecto de ley’) se han desarrollado en, al menos, 25 ciudades de los dos países. La polémica medida legislativa, de aproximadamente 300 páginas, otorgaría a la Policía de Inglaterra y Gales el derecho a imponer condiciones previas a las manifestaciones no violentas, tales como horarios de inicio y finalización en protestas estáticas, poder que ya tienen en relación con las marchas, e incluso establecer un límite de ruido.
Los manifestantes temen que el nuevo Proyecto de Ley de Policía, Crimen, Sentencias y Tribunales, que se está tramitando en el Parlamento y otorga a las fuerzas de seguridad mayores poderes para restringir las protestas en aras del orden público, restrinja su derecho de reunión e impida su participación en manifestaciones. Mas de 100 personas fueron detenidas solamente en las manifestaciones que se desarrollaron en Londres el pasado sábado 3 de abril.
La ley abarca endurecimiento de penas en distintos tipos de acciones ilegales, incluidos crímenes severos, pero lo que principalmente despierta el alerta son las medidas represivas contra todo tipo de manifestaciones, aun siendo pacíficas. El incumplimiento de las instrucciones de la Policía acarrea multas de hasta 2.500 libras esterlinas (unos 3.475 dólares), mientras que los que provoquen daños a monumentos conmemorativos podrían ser condenados con hasta 10 años de prisión, lo que tiene una clara conexión con las masivas movilizaciones que se desarrollaron el año pasado contra el racismo y la violencia políticas, a raíz del asesinato de George Floyd, que en Inglaterra tuvieron el ataque a monumentos a colonos y esclavistas como uno de los focos principales.
También se convertiría en delito no seguir determinadas restricciones que los manifestantes «deberían» haber conocido, incluso si no recibieron una orden directa de un oficial, lo que da luz verde a la represión indiscriminada a manifestaciones pacíficas.
El femicidio de Sarah Everard
Pocos días antes de la presentación del polémico proyecto de ley, masivas movilizaciones de mujeres se habían desarrollado contra la policía británica por el femicidio de Sarah Everard, una ejecutiva de marketing de 33 años que se encontraba desaparecida desde el 3 de marzo y cuyo cuerpo fue encontrado el 10 de marzo después de una semana de búsqueda y masivas movilizaciones y campañas de difusión.
En la noche de la desaparición, la joven había visitado a unos amigos en Clapham, al sur de Londres, y regresaba a su casa en Brixton, a unos 50 minutos a pie, cuando desapareció alrededor de las 21.30. Fue más o menos a esa hora cuando conversó por teléfono con su novio, la última comunicación que se le conoce a la víctima.
El agente de la Policía Metropolitana de Londres, Wayne Couzens, fue detenido por el secuestro y asesinato de Everard mientras se investigan otras complicidades dentro de la policía, lo que desató masivas protestas contra la institución. El acusado se unió a la policía de Londres en septiembre de 2018 y desde febrero de 2020 formó parte de una unidad armada y uniformada responsable de proteger las embajadas y otras representaciones diplomáticas.
Asimismo, varias organizaciones convocaron concentraciones en memoria de Sarah Everard, a pesar de que la policía aclaró que las reuniones son ilegales debido a las restricciones por la pandemia. Durante la tarde del pasado sábado 13 de marzo, distintas personas realizaron un altar improvisado en memoria de la joven.
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Pese a que Boris Johnson declaró que se mostraba preocupado por el caso y hasta dijo haber prendido una vela por Sarah, la respuesta inmediata a las demandas se expresan en esta ley que le otorga más poder a las instituciones señaladas.
Proyectando la “post-pandemia”
Tras una masiva campaña de vacunación (más de 36 millones de dosis aplicadas) y una baja considerable en las muertes diarias (solo 26 en la última jornada en relación a los centenares diarios reportados hasta hace pocas semanas), Gran Bretaña se acerca a la ansiada “inmunidad de rebaño” que con la reciente llegada de la primavera cuya propensión a recuperar las calles supone un inminente incremento de las protestas.
Distintos informes, desde el FMI u otras diversas organizaciones, vienen alertando sobre una ola de protestas masivas en el mundo luego de la pandemia. El diagnóstico tiene fuertes elementos para sostenerse: desde la crisis económica mundial, incrementada por la pandemia y cuyo principal costo es pagado por la clase trabajadora, hasta la mayor vulnerabilidad de sectores desposeídos ante la pandemia, o la injusta distribución de las vacunas. Todo esto se suma a las demandas preexistentes a la pandemia que de algún modo fueron eclipsadas por el coronavirus.
En este contexto no resulta casual que en distintos países surjan estos proyectos para buscar enfrentar las movilizaciones que se vienen, desde el accionar represivo.