03/02/2021

Las luchas de los trabajadores y la pandemia en Estados Unidos: un repaso del 2020

El movimiento sindical luchó por encontrar su equilibrio en la mayor crisis de salud y seguridad en el lugar de trabajo de nuestras vidas. | Foto: Jim West / jimwestphoto.com, recortada del original.

Los trabajadores padecerán durante un largo tiempo las consecuencias de este año sin precedentes. La pandemia del COVID se cobró 300 mil vidas, destruyó millones de puestos de trabajo, llevó los presupuestos públicos al rojo e incrementó notablemente el amplio arco de desigualdades que atraviesan y definen la vida social en Estados Unidos. Las luchas del movimiento obrero buscaron sostener el equilibrio en el contexto de la peor crisis de salud y seguridad en los lugares de trabajo que hemos vivido. El año comenzó con una tasa de desempleo del 3.5% – la más baja en cincuenta años – y con la esperanza de que los trabajadores podrían aprovechar ese nivel de empleo para recuperar algo de lo perdido después de décadas de concesiones a los empleadores. Estas expectativas se derrumbaron en marzo. El gobierno federal fue reacio a imponer confinamientos masivos y adoptó una política “de péndulo”, alternando períodos de confinamiento y apertura en un intento por sostener la actividad económica hasta la llegada de la vacuna. Esto provocó tremendos costos humanos. Por Dan DiMaggio y Saurav Sarkar (Labor Notes).


Los trabajadores de la salud tuvieron turnos agotadores durante meses, y vieron en directo los daños que el virus inflige a sus víctimas, al tiempo que intentaban contactar a los pacientes con sus seres queridos para concretar un adiós distanciado. Mientras tanto, muchas veces tenían que luchar por obtener equipos de protección adecuados.

“Muchos de nosotros nos vamos a contagiar y algunos vamos a morir”, dijo Judy Sheridan-Gonzales, la presidente del Sindicato Estatal de Enfermeras de Nueva York en el inicio de la pandemia en la ciudad. En total, unos 500 mil trabajadores de la salud se contagiaron, incluyendo a 300 mil en los asilos de ancianos – cuyos residentes explican el 40% de la muertes por COVID – y unos 16 mil fallecieron.

Una recesión muy desigual 

En abril, el desempleo trepó al 15%. En septiembre, el 25% de los estadounidenses podía decir que algún integrante del hogar había perdido el trabajo durante el año. Incluso con la caída del desempleo al 9.7% en noviembre, los trabajadores activos eran 9 millones menos que en 2019 y 3.7 millones ya ni siquiera buscaban empleo. La tasa de desempleo real que incluye a estos trabajadores y a los subocupados, permanece cerca del 12%. Entre los desempleados, 3.9 millones llevan más de 7 meses sin conseguir empleo.

Pero incluso esas cifras subestiman el impacto de la pandemia sobre los trabajadores. Según el Washington Post, esta es «la recesión más desigual en la historia moderna de los EE. UU: supone un leve revés para quienes están en la cima o cerca de ella y un golpe similar a la depresión para los que están abajo».

El desempleo entre negros y latinos alcanza el 10.3 y el 8.4 % respectivamente, comparado con el 5.9 % entre los blancos. El comercio minorista perdió 550 mil empleos desde febrero y los sectores de recreación y hotelería 3.4 millones.

Mientras los estadounidenses se acostumbraron a ver largas filas de automóviles esperando en los Bancos de Alimento – a mediados de noviembre 26 millones de adultos declararon que no accedían al suficiente alimento – los más ricos vieron crecer astronómicamente sus fortunas. Desde el comienzo de los confinamientos en marzo, 650 millonarios estadounidenses sumaron un millón de millones de dólares a sus fortunas, empezando por Amazon, de Jeff Bezos, que ahora vale 70 mil millones de dólares más, y por la familia Walton, que sumó 48 mil millones de dólares. 

¿Estalló el descontento? 

Repentinamente, el mero acto de ir a trabajar todos los días se convirtió en un tema de potencial vida o muerte. Esto impulsó a algunos trabajadores a la acción. Los colectiveros de Detroit fueron los primeros en parar, exigiendo al gobierno de la ciudad la sanitización de los buses y que se dejara de cobrar el boleto. Los empacadores de manzanas – que trabajan uno al lado del otro en la región, con mayor tasa de contagio de COVID de la costa Oeste – pararon en demanda de medidas de seguridad y de un plus por tareas peligrosas. En los depósitos de Amazon, las tiendas de comestibles y las cadenas de comidas rápidas, los trabajadores lucharon por licencias pagas.

Los frigoríficos y las granjas porcinas se mantuvieron abiertos durante todo el año, aún cuando sus trabajadores – predominantemente inmigrantes – tuvieron unos indices de contagio alarmantes. Una demanda denuncia que el gerente de una planta Tyson en Iowa organizó un juego entre los supervisores, que tenían que apostar cuantos trabajadores se contagiarían y cuántos morirían. En la misma demanda consta que más de un tercio de los empleados se contagiaron y cinco fallecieron. Entretanto, la fortuna del millonario propietario de Tyson creció más de 600 millones de dólares.

La Administración de Salud y Seguridad Ocupacional estuvo prácticamente ausente frente a la muerte de 225 trabajadores de los frigoríficos. Las plantas avícolas incluso recibieron exenciones de impuestos para poder incrementar la velocidad de la producción. 

Estas son algunas de las acciones que los trabajadores llevaron adelante para defenderse a ellos mismos, a sus compañeros y a sus comunidades. Sin embargo estuvieron lejos de configurar una oleada de huelga de masas que algunos pronosticaron, un reflejo tanto del impacto desorientador de la pandemia como de la poca organización real que se había logrado de cara a tal huelga.

Por supuesto, nada de esto quita valor a las valientes acciones realizadas en varios lugares de trabajo. En la segunda semana de diciembre, 30 trabajadores suspendieron tareas en una planta avícola George en Springdale, Arkansas, en protesta por el fin de los turnos escalonados (modalidad que evitaba el hacinamiento en los lugares comunes) y en reclamo por aumentos salariales. Los docentes en Chandler, Arizona, organizaron un pedido de licencia por enfermedad colectivo en respuesta a la negativa, por parte de las autoridades, a implementar clases remotas o la bimodalidad aunque los casos aumentaban. Docenas de trabajadores de McDonalds y otras cadenas en Durham, Carolina del Norte, pararon después de saber que un gerente había ocultado información sobre un trabajador testeado como positivo: demandaron mejores protecciones y un salario de 15 dólares por hora

Tácticas “socialmente distanciadas” 

Muchos sindicatos y centros de trabajadores se esforzaron para generar tácticas de protesta “socialmente distanciadas”, como caminatas o caravanas de autos – incluso algunas que atascaron las ventanillas de los locales de comida rápida – en apoyo a las demandas de los trabajadores. Un “piquete digital” de la nueva organización sindical en el New York Times logró la prohibición de los despidos sin causa, una pelea que llevaba dos años

Algunos sindicatos suspendieron totalmente las asambleas. Otros, viraron a zoom y declararon récords en la participación. Muchos negociaron una prórroga de un año en los convenios, esperando que las condiciones para negociar mejoren el año próximo. Los sindicatos fuertes de algunas grandes empresas, como Verizone o AT&T, lograron políticas de licenciamiento ejemplares. Otros, como el de UPS (servicio postal), hicieron poco por agitar las aguas cuando la empresa rechazó los pedidos de plus por tareas peligrosas.

Algunos trabajadores, frustrados por la inacción de sus dirigentes sindicales, los reemplazaron. Los integrantes del Consejo del Distrito 33 del AFSCME (sindicato de trabajadores municipales) en Filadelfia acusaron a su titular de «no dar la cara» y de estar «totalmente ausente». Así, respaldaron a una lista rival, que incluía a los trabajadores de saneamiento que estaban llevando adelante el reclamo de la provisión de equipos de protección personal y de un pago por peligrosidad.

No hubo grandes oleadas de afiliación a los sindicatos, pero algunos crecieron. El Sindicato Nacional de Enfermeras tuvo un gran avance en Carolina del Norte, la mayor victoria sindical en un hospital del Sur en los últimos 45 años. Una prometedora colaboración entre United Electrical Workers y Democratic Socialists of America formó a cientos de voluntarios para colaborar con las luchas y la organización de los trabajadores; hasta ahora ha conseguido algunas pequeñas victorias.

Los trabajadores de la Educación se vieron obligados a “surfear” condiciones cambiantes. Su preocupación se centró la apertura de las escuelas, que las convertiría en focos de contagio; y en denunciar una política que priorizaba la economía sobre su seguridad. Algunos sindicatos, como el de Los Angeles usaron la fuerza construida durante años de organización para pelear rápidamente por la modalidad remota de escolaridad. Pero en muchos otros distritos, los trabajadores de la educación han vuelto a las aulas u oscilan entra las modalidades presencial y remota.

El desplazamiento de Trump 

Evitar un segundo mandato de Donald Trump fue el objetivo principal para gran parte del movimiento obrero. Si la situación era desesperante, aún ganando las elecciones por más de 7 millones de votos, es por el arcaico y antidemocrático Colegio Electoral. La campaña de Biden minimizó la importancia de la militancia cara-a-cara, sin embargo un conjunto de sindicatos ignoraron esa orientación. UNITE HERE movilizó casi 1700 militantes – la mayor parte de ellos trabajadores de hoteles suspendidos – que fueron fundamentales en los resultados de Arizona y Pennsylvania. Sin embargo, la «ola azul» anunciada por las encuestas preelectorales no se materializó, frustrando las perspectivas de generar un terreno propicio para luchar por la reforma de la legislación laboral, un Green New Deal, Medicare para todos o un enorme programa federal de estímulo y empleo. Sin las transformaciones que mejorarían realmente las vidas de los votantes en los próximos años, la perspectiva próxima es una vuelta de la derecha demagógica en 2024.

En este contexto, un desenlace ominoso para la lucha de los choferes de la Gig economy: en el marco de las elecciones estatales en California, Uber y otros gigantes rompieron un récord al gastar 200 millones de dólares para ganar el plebiscito “Proposition 22” que les permite continuar tratando a los conductores como “contratistas independientes”

El movimiento sindical y Black Lives Matter

Otro de los acontecimientos principales del 2020 fue el estallido en demanda de Justicia Racial disparado por el asesinato de George Floyd a manos de la Policía de Minneapolis. Millones salieron a las calles, incluso en pueblos pequeños en los que las manifestaciones son una rareza

El movimiento sindical hizo su parte. Muchos sindicatos de Twin Cities apoyaron las movilizaciones. Los colectiveros de Minneapolis y New York se negaron a transportar a los manifestantes detenidos, los portuarios de la Costa Oeste pararon dos veces.

Los profesores de Minneapolis, Denver, Portland, Oregón, Rochester, Nueva York y Seattle obligaron a sus distritos a recortar los contratos con la policía. El consejo laboral del condado de King expulsó al sindicato de la policía de Seattle, y otros organismos laborales debatieron sobre la pertenencia de que los sindicatos policiales formen parte de los mismos.

Muchos dirigentes sindicales – usualmente reacios a expresar opiniones sobre estos temas –  apoyaron públicamente las protestas. Una “Huelga por las Vidas Negras” (Strike for Black Lives) respaldada por ocho sindicato nacionales en julio, contó con acciones en 150 ciudades donde los trabajadores suspendieron sus tareas e hicieron 8 minutos 46 segundos de silencio en honor a Floyd.

Como Tim Schermerhorn y Lee Sustar escribieron en estas páginas: “el desafío ahora es traer la militancia y la energía de esta revitalización de la lucha anti racista a los lugares de trabajo”

¿Adónde dónde estamos? 

¿Adónde nos encuentra el inicio del 2021? En principio, no sabemos cuántos puestos de trabajo se recuperarán con la vacuna. En el sector público – uno de los principales empleadores de trabajadores negros – los presupuestos estatales y municipales diezmados van a generar presiones sobre las pensiones, la cobertura de salud y los derechos de negociación colectiva.

Durante 2020, diez millones de trabajadores fueron proclamados “esenciales” y elogiados como héroes. Pero también saben que son descartables y que sus vidas no importan mucho más que lo que puedan asegurar la circulación fluida de mercancías y servicios.

“Aqui estamos, arriesgando nuestras vidas por los pollos”, dijo Kendalyn Granville, trabajadora de una avícola de Georgia en una protesta al inicio de la pandemia.

“Todo lo que les interesa es recoger la basura. No les importa nuestra salud”, dijo Fitzroy Moss, trabajador de saneamiento en una protesta en reclamo de equipos de protección y pagos por tareas peligrosas en Pittsburgh.

Muchos de estos trabajadores ganaron las calles en las masivas movilizaciones por justicia racial de mediados de 2020. ¿Cómo podrían traducirse estas experiencias en un escenario pos pandemia en el que los trabajadores deberían tener mejores condiciones para organizarse?

Publicado originalmente en Labor Notes N.º 502. Diciembre 2020

Disponible en: https://labornotes.org/2020/12/workers-struggle-under-weight-pandemic



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba