28/12/2020

«Las ganas de pelear en defensa del salario mínimo y de la dignidad de nuestras familias están intactas»

Se cumplen 20 días de la huelga que llevan adelante tres gremios de la industria aceitera y de exportación de granos. Ante la negativa de las agroexportadoras de recomposición salarial, los trabajadores nucleados en la Unión Recibidores de Granos (URGARA), el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo y la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines (FTCIODyARA) mantienen un paro ininterrumpido desde el 9 de diciembre. Dialogamos con Cristian Montaño, referente de la Federación, quien afirma: «la fuerza a los dirigentes, a los compañeros paritarios, nos la dan las bases, los compañeros que están en la fábrica, los que están todos los días en la huelga, en el piquete, haciendo el aguante». Además, resalta el valor de la unidad entre los gremios y explica por qué este conflicto pasó de ser salarial a político. Por ANRed.


El 7 de octubre, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) -que el 1° de octubre había sido beneficiada por la baja transitoria de las retenciones a la exportación de la soja y sus derivados- transmitió que la oferta salarial para las y los aceiteros era “cero”. Ante esta situación, desde la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines (FTCIODyARA) convocaron a los sindicatos que la conforman a declararse en estado de asamblea e iniciar el trabajo a reglamento.

La primera huelga llegó el 13 de octubre. Al día siguiente, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria por 15 días hábiles.

Pero el 14 de octubre también fue el día en que la Federación y la Unión Recibidores de Granos (URGARA) sellaron un acuerdo de unidad en la acción. Ambas entidades gremiales tenían las paritarias vencidas y reclamaban al sector agroexportador mejoras en las condiciones laborales y en higiene y seguridad. En el acuerdo, recalcaron: “hemos resuelto aunar esfuerzos y transitar un camino de trabajo conjunto, acompañándonos (…) Hemos resuelto coordinar nuestras acciones para conseguir nuestros objetivos”. Fue así que el 30 de noviembre y por 24 horas se inició la primera huelga nacional conjunta.

Dos días después, comenzó con medidas otro gremio del sector: el SOEA San Lorenzo, que representa a los trabajadores de los establecimientos que van de San Lorenzo a Timbúes, en la provincia de Santa Fe, y que comprenden en su conjunto el mayor complejo industrial oleaginoso del planeta.

Se inició con el pasar de los días y ante la falta de repuesta de las empresas, la huelga que hoy cumple 20 días: a las 6 de la mañana del 9 de diciembre, la Federación y URGARA relanzaron el paro y, el mismo día por la tarde, convocó a su vez el SOEA San Lorenzo. Todo el complejo agroexportador pasó a estar paralizado como nunca antes en décadas, de Bahía Blanca a Timbúes e incluyendo numerosas plantas en el interior.

El 14 de diciembre, tras una audiencia de más de diez horas en el Ministerio de Trabajo de la Nación, pero sin respuesta a los reclamos, los tres gremios unificaron su pedido y formalizaron la alianza a través de una declaración titulada “Por un salario digno como manda la Constitución Nacional”, tomando como base una de las reivindicaciones históricas de la Federación: el Salario Mínimo Vital y Móvil, que no se basa en porcentajes de inflación ni en valores de canastas básicas, sino en el artículo 14bis de la Constitución Nacional y en el 116 de la Ley de Contrato de Trabajo.

Mañana a las 11:00hs habrá una nueva audiencia y será ya el día 21 de la huelga histórica.

Dialogamos con Cristian Montaño, trabajador de Oleaginosa Moreno Puerto Galván (Bahía Blanca, Buenos Aires) y Secretario de Prensa y Formación de la Federación, quien nos contó sobre el estado actual del conflicto.

-Los aceiteros sostuvieron en 2015 una huelga de 25 días. Hoy se cumplen 20 días de la que se inició el 9 de diciembre, con el plus además de ser una medida conjunta con otros dos gremios. ¿Cuáles son las fortalezas de los aceiteros para sostener esta medida de fuerza?

Nuestra fortaleza está principalmente en la organización de las bases. Desde que se recuperó la Federación en el 2009, se hizo un trabajo muy grande sobre las bases, en elecciones de delegados y en concientizar en la lucha y lo que es el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVyM) para los trabajadores y trabajadoras.

Esa organización va desde abajo hacia arriba, concientizando a las bases, capacitando a los delegados y ellos a su vez bajando a sus compañeros las capacitaciones y la experiencia, enseñándoles las herramientas viejas del sindicalismo, como la huelga, los piquetes, las asambleas, la democracia obrera. No se puede lograr nada sin el esfuerzo de las bases.

Nosotros, desde la Federación, pensamos siempre lo mismo: esto es como una pirámide, en la cual la Federación está arriba en la punta y las bases están abajo, pero si las bases se corren, se dispersan, todo lo que es esa pirámide se desmorona. Siempre creemos que la fuerza a los dirigentes, a los compañeros paritarios, nos la dan las bases, los compañeros que están en la fábrica, los que están todos los días en la huelga, en el piquete, haciendo el aguante ahí.

De esta lucha llevamos 20 días. Como Federación, tenemos una experiencia previa de 25 días de huelga en un conflicto también salarial, la cual fue muy reconfortante porque después de esa lucha tan larga logramos doblarle el puño a las patronales y ganar esa batalla.

En esta batalla, que lleva 20 días y a la cual se han sumado dos gremios hermanos, los compañeros están más firmes, más sólidos, se siente más acompañados. La esperanza y las ganas de pelear en defensa del salario mínimo y de la dignidad de nuestras familias están intactas, por más que hayan pasado cinco años.

Oleaginosa Moreno Daireaux

-¿Qué aportó a la lucha la unidad de los tres gremios?

Hoy se vive un contexto diferente a lo que fue la huelga del 2015. En el 2015, las patronales apostaron a doblegarnos y el gobierno en ese momento también, porque había puesto un techo a las paritarias. En el contexto de hoy, si bien el gobierno no está poniendo un techo ni nos pone palos en la rueda y actúa el Ministerio como debe actuar, las patronales se prepararon muy bien para darnos esta nueva batalla. No fue como en el 2015. Se prepararon mejor. En el 2015 estábamos en plena producción, en plena marcha de plantas, y era cuestión de tiempo que esas patronales se sentarán y negociarán. Hoy nos agarran en un momento de baja en la producción, con muchas de las plantas paradas, en reparaciones, pero porque es la época. No es la época de la cosecha gruesa donde nosotros tenemos más fuerza. ¿A qué voy con esto? La unidad entre los tres gremios aportó a la lucha.

Primero, el Sindicato de San Lorenzo porque negocia con las mismas patronales, tiene el vencimiento de paritarias iguales, ganan lo mismo que nosotros y tienen también un conglomerado muy importante del cual sale el 60, 70% de la molienda; el resto lo tenemos nosotros como Federación aceitera. Al estar nosotros parados y ellos también, toda la industria aceitera está paralizada.

URGARA también hace un aporte muy importante a la lucha. Nosotros si bien tenemos fábricas y algunos puertos, como el de Bahía Blanca o el Cargill en Rosario, el resto de los puertos los tiene URGARA, que es la rama del convenio colectivo de puertos privados. URGARA hace un aporte muy importante a la lucha porque ellos son los que hoy paralizan todos los puertos que nosotros no tenemos.

Es una unidad en la lucha en la cual los tres gremios aportan muchísimo porque se está parando desde la comercialización de granos, la industrialización, el valor agregado a la materia prima, y la exportación con veintidós, veintitrés puertos paralizados en todo el país. La unión de los tres gremios nos hizo mucho más fuertes.

-Ustedes afirmaron que con las ganancias que pierden las empresas en un solo día de paro se cubriría el monto para alcanzar la reivindicación salarial por la cual están llevando adelante la huelga, ¿cuáles pensás que son los motivos de fondo para que las cámaras empresariales sigan negando el aumento salarial?

El conflicto en el que hoy estamos envueltos los tres gremios ya pasó de ser salarial a ser un conflicto político. Si bien ha habido muchas declaraciones que dicen que estas empresas están perdiendo alrededor de 100 millones de dólares por día, no se entiende el por qué negar un aumento salarial con las pérdidas millonarias que está habiendo en este momento.

Me parece que es un problema más político, de presiones de estas grandes agroindustrias hacia el gobierno. No les alcanzó con que el Presidente Alberto Fernández bajará las retenciones gradualmente sino que van por más. En un momento, los gobiernos se sentaban con la Mesa de Enlace porque eran los que manejaban todo. Hoy me parece que la CIARA es la que maneja todo, los dólares que tanto precisa el gobierno.

Se han puesto primero en una postura de no querer negociar. Desde agosto que nosotros denunciamos la revisión paritaria y nunca quisieron negociar. Desde julio, URGARA con paritarias vencidas; le habían dado $15.000 a cuenta pero no tenían paritarias desde el año pasado. Hicieron todo un lobby, nos estuvieron arrastrando a los tres gremios para llevarnos a este conflicto. Lo que no pudimos hacer nosotros como gremios, reunirnos los tres en la lucha, lo hicieron las cámaras patronales, arrastrándonos a esto. Hoy estamos juntos, en la lucha, pero ellos también usan este conflicto para presionar al gobierno para que baje las retenciones y los impuestos, para presionar una devaluación de la moneda local, porque a ellos también les conviene ya que exportan en dólares pero acá pagan en pesos. Ellos se sienten los dueños de la pelota, son los dueños de los agrodólares, son los dueños de esos dólares que tanto está necesitando el Estado en este momento. Creo que hicieron toda esta jugada para sacar algún rédito al gobierno.

Los trabajadores quedamos en el medio de este conflicto, donde el Consejo Agroindustrial se reúne con el gobierno, le lleva una carta donde pide 50 puntos, en el medio está el conflicto salarial, que queda como aprisionado y se nos culpa a nosotros de que no hay liquidaciones por el paro, cuando ya no venían liquidando hace tiempo, de la época del gobierno de Mauricio Macri, quien les dijo que no liquidaran. Cuando este gobierno les hizo la baja de retenciones, también dijeron que no liquidaron lo que tenían que liquidar.

Estas empresas siempre van por más. La torta que ellos ganan cada vez la quieren engrosar más y no quieren repartir nada. Quieren tener cada vez más rentabilidad, más ganancias. No quieren repartir nada: ni un salario digno hacia los trabajadores ni lo que tienen que devolver al Estado. Quieren seguir dejando los dólares afuera, seguir teniendo empresas off-shore, no liquidar las divisas, quieren la baja de impuestos. Cada vez quieren engrosar más esa ganancia de estos capitales extranjeros y nosotros quedamos en el medio con un conflicto salarial, que con las pérdidas abultadas de miles de millones de dólares que se pierden por día no tiene relación.

El estudio que nosotros tenemos hecho es que de la empresa más grande a la más chica varía entre un 1, 2 o 3% sobre las ganancias el costo salarial. Pasó a ser algo más político, de reclamos al gobierno, y nosotros, los trabajadores, quedamos de rehenes en esta disputa.



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