Mendoza: zonda verde en la vigilia por el tratamiento en diputados del proyecto de regulación de acceso a IVE y atención post parto

Durante una jornada calurosa, con viento zonda en altura y pronóstico de descenso al llano, la plaza Independencia fue escenario de la vigilia de la sesión en el Congreso de la Nación que culminó en horas de la mañana de este viernes con un descenso de la temperatura que resultó imperceptible ante el calor de los festejos por la media sensación. Por ANRed

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Desde el mediodía del jueves, la Campaña Nacional por el derecho al aborto regional Mendoza comenzó a disponer la pantalla por la que se transmitió la sesión de diputados. Con una comisión de auticuidado, en horas de la siesta comenzaron a reunirse medios de comunicación comunitarios, la Red de profesionales, el colectivo de docentes por el Derecho a decidir y activistas de amplios rangos etarios quienes ocuparon las sombras durante una calurosa jornada de 38° centígrados.

Durante la transmisión se escucharon las exposiciones de diputados y diputadas por la provincia de Mendoza. Marisa Uceda, Jimena Latorre, Claudia Najul y Alejandro Bermejo votaron a favor del proyecto de ley sobre regulación del acceso a la interrupción voluntaria del embarazo y a la atención postaborto. Mientras que Omar De Marchi del PRO, Luis Petri y Federico Zamarbide de la UCR, Omar Félix del Frente de Todos y José Ramón de Unidad y Equidad Nacional dieron su voto en contra. Por su parte, Alfredo Cornejo, ex gobernador de la provincia y actual presidente de la Unión Cívica Radical, sin exposición en la sesión se abstuvo de votar.

En entrevista con ANRed, compañeras de la Red de profesionales por el Derecho a decidir comentaron la situación actual en la provincia cuyana sobre el acceso a la Interrupción Legal de embarazo: nosotras como Red hacemos los acompañamientos feministas, cuidadosos, amorosos. En la provincia la ILE corre por el Programa de Salud reproductiva y se deriva a efectores públicos, previo contacto con el 08002223444. Sin embargo, no está organizado de la misma manera en todos los departamentos de la provincia, y, por ejemplo, el sur de Mendoza es una deuda; a las mujeres y personas gestantes les cuesta mucho acceder a una ILE, mientras que en el Gran Mendoza estamos más organizadas.   

Unos de los puntos puestos en debate en este tratamiento de ley, ha sido en torno a la objeción de conciencia, desde la Red decían: como brazo de la campaña, no estamos de acuerdo. En nuestro proyecto no está incluida la objeción de conciencia. Y sí vamos a seguir peleando para que el derecho que estamos por conquistar se garantice en todas las instituciones de salud. Somos muchos y muchas las profesionales garantes de conciencia en el país y en la provincia de Mendoza también.

Desde la Red pusieron de manifiesto la importancia del rol de efectores y efectoras públicas en la garantía de la Interrupción voluntaria del embarazo: desde el debate en el 2018, la provincia se pronunció con una guía técnica, que no es un protocolo. Pero eso, aún es un largo laburo, porque al día de hoy no es tan fluido el acceso a la Interrupción Legal del Embarazo y se sigue acudiendo al aborto clandestino. Este camino ya transitado con la Guía técnica y la reglamentación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo pondrá en situación a los efectores y efectoras públicas.

Lo que va a permitir el aborto voluntario hasta la semana catorce, es que las mujeres y las personas con capacidad de gestar puedan optar por abortar en sus casas, puedan hacerlo en el sistema de salud pública, en la atención primaria de la salud. Esperamos que puedan llegar antes del segundo trimestre, para que puedan abortar en sus casas cómodas, seguras, de una forma legal y gratuita, el Estado garantizando, la Red de profesionales acompañando. 

Entre los argumentos que se escucharon ayer jueves 10 de diciembre y en la madrugada de este viernes, hubo mención a la acumulación histórica de la lucha por la legalización del aborto. Alejandra Ciriza, militante feminista, compartió con ANRed la genealogía de lucha, el recorrido transcurrido para que en el 2018 se debatiera un ley pensada, elaborada y escrita con el respaldo de cuatro décadas de lucha.

Un primer hito es el del año 73, cuando en el programa político del Partido Socialista de los Trabajadores aparece la demanda de aborto libre y gratuito. En el año 75 una gran movilización de feministas porteñas en el teatro San Martín las feministas se manifiestan por la venta libre de anticonceptivos y también por el derecho al aborto; a las feministas de las provincias nos ha costado más porque la fuerza de las instituciones conservadoras suele ser bastante mayor.

En ese momento no discutimos tanto la cuestión legal. Con la restauración de la democracia se da un cambio en la tonalidad de las cosas que se piensan. Ese primer 8 de marzo se demanda una vida sin violencia y también aparece la demanda por el aborto libre y gratuito.

En el año 84, con la vuelta de las compañeras de exilio, como Dora Coledesky, aparecieron las ideas de demanda al Estado, la idea de ciudadanización hizo cambiar el tono del debate; porque, hasta entonces, veníamos discutiendo sobre derechos reproductivos, pero sobre aborto, nada. Dora fue una de las que sostuvo la importancia de debatir y de no abandonar la palabra aborto, porque las mujeres abortamos. Ella fue muy importante en la instalación pública del debate por el derecho al aborto.

Un hito importantísimo en el año 88, que tuvo a Mendoza como escenario, en el tercer encuentro nacional de mujeres, se organizó el primer taller autoconvocado sobre el aborto. Las convocantes a este taller fueron la Alieda Verhoeven, pastora protestante, militante por los derechos humanos, lesbiana. Ella, junto a Mabel Gabarra nos convocaron a que discutiéramos el tema aborto. Eso fue fundamental para mujeres de nuestra generación que habíamos tenido experiencias muy tempranas con el aborto: porque acompañamos, porque atravesamos situaciones personales de aborto, porque hemos escuchado relatos personales de aborto. Entonces, el que discutiéramos de aborto se volvió un tema central, porque el maltrato que nos ligamos por la clandestinidad, la angustia por conseguir la guita son situaciones muy humillantes, difíciles, complejas; que yo no quiero que las jóvenes pasen por eso, yo quiero que tengan derecho a un aborto digno que, pagando se puede abortar, pero no es en condiciones dignas, porque la clandestinidad arroja una sombra sobre tu decisión; y tenemos derecho a decir sobre nuestro cuerpo, porque no somos un recipiente. Estas cosas ellas las sostuvieron y fueron un motor importantísimo.

Hubo hitos de saltos cualitativos, el 2018 es uno de ellos, pero hubo saltos anteriores como lo fue ese taller autoconvocado, porque, ya no lo hablábamos solo en nuestro grupo de amigas; pasamos a ser muchas mujeres, de distintos lugares del país hablando de este asunto que nos convoca y afecta a todas. Siempre hemos acompañado, la legalidad nos da otro espacio, el derecho de decidir es un asunto de dignidad.  

Entre las conversaciones compartidas por activistas de variadas generaciones que se convocaron en la plaza, no dejaron de estar presente aquellas que aludían a la euforia, la alegría y la importancia de estar otra vez levantando esta lucha que nos es más que la continuidad de haber sobrevivido a la clandestinidad, de haber sostenido las redes de acompañamiento que sostienen y dan embate a esa clandestinidad, una lucha por todas aquellas personas que murieron por abortos clandestinos. A cada instante el eco de «la maternidad será deseada o no será» envolvía el calor de la tarde, el posterior frío de la madrugada hasta la llegada de la meda sanción que una vez más se ganó en las calles.