Bariloche: en protesta, renunciaron los jefes médicos del único hospital
Foto: Diario Río Negro
Al menos 32 jefes y jefas del Hospital Ramón Carrillo de la ciudad rionegrina de Bariloche presentaron la dimisión a sus cargos motivados por la falta de respuestas ante los pedidos de recomposición salarial combinado con la solicitud de mejoras en las condiciones de atención al público y que no fueran tomados en cuenta por parte de funcionarios de dicha región, sobre todo su gobernadora, Arabela Carreras. La medida es reflejo de una serie de renuncias que se vienen dando a lo largo y ancho de la provincia y ya suman, al menos, 53 profesionales que decidieron el apartamiento de sus funciones como superiores médicos en hospitales y unidades sanitarias. Por Máximo Paz, para ANRed.
«Motiva la presente decisión la falta de respuesta por parte de la Señora Gobernadora y otras autoridades provinciales a los justos reclamos de recomposición salarial y la mejora de las condiciones de todo el personal de salud de este y otros nosocomios provinciales en virtud de la situación actual agravada por la pandemia covid-19», expresó el conjunto de jefes y jefas de las distintas unidades funcionales del hospital de la ciudad a través de una carta pública, cuando se decidió llevar adelante como acto de protesta la cesación a sus cargos.
“Queremos llamar la atención al gobierno sobre la situación en materia de salud en toda la provincia. Esto llegó después de 11 semanas de intentar dialogar, viajar, juntarnos y tratar de hacerles entender que la situación sanitaria de Río Negro es delicada”, señaló Pedro Zanardo, médico cardiólogo y, ante la medida, ex jefe de ese equipo a medios en conferencia de prensa.
«No pedimos un aumento de 1.000 o 2.000 pesos, más un bono. Queremos que nuestros salarios estén por encima de línea de pobreza”, completó el profesional.
Las 32 renuncias contabilizadas se tratan de jefes y jefas de distintas divisiones del hospital –el único público en Bariloche-, entre las que se encuentran las de áreas de servicio, de división, de unidades, de dispositivos y de equipos. Las mismas se suman a las ya realizadas por trabajadores y trabajadoras de los hospitales de Viedma, San Antonio, Cipolletti y Roca, todas trazadas por las mismas cuestiones.
Asimismo, a comienzos del mes de noviembre habían dejado sus cargos once jefes en la capital provincial. Por ello, se estima que son alrededor de 53 profesionales quienes optaron por la dimisión a sus cargos.
En Roca quedaron vacantes diez jefaturas y en Las Grutas las salidas fueron cuatro, sobre un total de cinco servicios que tiene el nosocomio. Sobre todos estos apartamientos deben sumarse la decena de renuncias que se dieron en Viedma, profundizando una crisis interna que desembocó con la salida del director del establecimiento capitalino.
La treintena de directores de Área que presentaron su retirada recalcaron que lo hicieron por reclamos salariales, pero a su vez, dejaron en claro que “sabemos cuál es nuestra responsabilidad, nunca dejamos de trabajar y menos en el marco de esta pandemia, la gente nos necesita. Pero no nos han escuchado y por eso llegamos a esto”, expresaron.
El proceso concluyente alberga una historia: según relatan los protagonistas, el acuerdo alcanzado hace casi tres meses atrás se trató de una recomposición que por arriba significó un 22,5 por ciento de incremento salarial, pero que de fondo se trató de una argucia, en tanto que este se resolvió como un «aumento promedio», brotado desde la contabilización de las subas de los sueldos más bajos con los más altos.
A su vez, las y los profesionales relatan que el cuestionable arreglo alojó una clara intención de querer dividir al cuerpo sanitario entre los que más y menos ganan.
Como llegó a trascender, el personal que determinó llevar adelante la medida, en su mayoría, convergen en un «movimiento autoconvocado», agrupación que nació desde las bases como respuesta a la inacción de los gremios estatales ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) y UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación).
Las convocatorias ante el discutido acuerdo fueron in crescendo. Las primeras acciones trataron de visibilizar la situación. Una de ellas se dio a partir de manifestaciones pacíficas en las escalinatas del hospital cada jueves de la semana desde el 21 de setiembre, fecha marcada por una protesta de trabajadores y trabajadoras de la salud a nivel nacional. Las y los asalariados sostuvieron esas manifestaciones regularmente pero nunca hicieron paro, en consideración al momento que vive el país y la provincia a nivel sanitario.
Para fines de noviembre, el flamante agrupamiento creyó haber conseguido una audiencia con la Gobernadora pero ésta, finalmente, no los recibió. Ante el desplante, decidieron realizar un corte sobre el Puente Cipolletti-Neuquen.
De todos modos, una oferta oficial llegó a los oídos de los Autoconvocados. Se trató de una recomposición mediante el otorgamiento de un plus salarial por pandemia que giró en torno a 1.100 pesos para los escalafones más bajos y de hasta 8.500 para un profesional con título y 30 años de antigüedad.
La propuesta produjo la gota que derramó el vaso y, en consecuencia, el repudio: «La última medida adoptada de otorgar un plus por pandemia y el aumento extra solo a las jefaturas de servicio ha sido rechazada de plano por el conjunto de los trabajadores hospitalarios de la provincia, por injusta, escasa y fuera de todo conocimiento de la problemática actual luego de diez semanas de movilización hospitalaria», selló el comunicado
A su vez, tal nota denunció que la estrategia gubernamental se trata de «un nuevo intento de segmentar a los trabajadores mediante el reconocimiento de la labor de las jefaturas con un cobro diferenciado mientras el conjunto de las y los trabajadores solicitamos la recomposición salarial a todas y todos los trabajadores y recuperación del escalafón y la estructura hospitalaria a marzo de 2015″.
«Llevamos años de pérdida de salario, por ello consideramos que luego de intentar acercar una posición (consensuada, constructiva y pacífica) al respecto las últimas medidas son graves y lejanas de todo intento de construcción hacia nuestro sector y el que Ud. representa como director y colega», concluye la carta, «en solidaridad con todos los trabajadores hospitalarios».
El comunicado público con las dimisiones fue exhibida públicamente en el hall del nosocomio, luego de convocar a los medios de prensa.
Ahora, la gobernadora de la provincia, Arabela Carreras y sus funcionarios cuentan con el margen de 30 días para evaluar si se aceptan las dimisiones en serie, que, vale aclarar, no son renuncias a los cargos sino a las funciones de jefes y coordinadores.