Murata: familiares de trabajadores fallecidos denuncian hostigamiento de parte de la empresa
A cinco meses del asesinato laboral de Miguel Olmedo, en la empresa Murata, sus familiares continúan exigiendo justicia. Además, denuncian hostilidades por parte de los encargados de la firma y exigen que intervengan los organismos de control. Por ANRed.
Miguel Ángel Olmedo tenía 64 años al momento de su fallecimiento. Contrajo coronavirus mientras prestaba servicios en la firma tercerizadora Murata, en la que era empleado con 12 años de antigüedad. Olmedo era persona de riesgo, y debía estar licenciado bajo el decreto 207/2020, sin embargo, fue obligado a cumplir funciones en la ex Villa 31.
El fallecimiento de Miguel Ángel Olmedo no fue el único. Desde iniciado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio otros 5 trabajadores pertenecientes a la empresa de seguridad perdieron la vida mientras trabajan: Atilio Acosta, Nestor Farias, Claudio Andrades, Juan Campos y Valeria Paez. Estas 6 muertes se suman al crimen laboral de Martín Pino, fallecido en mayo de 2018.
El 28 de octubre se cumplieron 5 meses desde el asesinato laboral de Olmedo. A través de un comunicado, Nidia, su hija, exige justicia y denuncia a los encargados de la firma por hostigamiento contra su hermano Oscar, también empleado de la empresa Murata y quién se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico.
El «28 de Octubre, fue citado mi hermano Oscar por la empresa Murata para que evalúe un psicólogo si estaba apto para trabajar o podía seguir con el reposo indicado por su psiquiatra debido al shock post traumático ante la pérdida de nuestro padre», «Cuando el Psicólogo Daniel Macagnoni lo estaba evaluando y Oscar terminó de contar lo que le hicieron a mi padre, ahí entró Yamil Gonzalez para buscar la provocación y hostigarlo de esa manera a mi hermano».
En la misma línea, Nidia agrega: «Fue tremendo el esfuerzo para contener las ganas de reclamarle por todas las injurias que sometió a mi otro hermano Luis (despedido hace más de un año) haciendo pagar las consecuencia a mi padre, que lo sometieron a todo abuso laboral hasta llegar con su muerte».
Son vastas las denuncias de las y los trabajadores de la empresa Murata contra las condiciones laborales a las que son expuestos. En comunicados anteriores han denunciado que los obligan a trabajar “en condiciones inhumanas, en garitas que no tiene los medios de higiene, baños, etc. y sin los elementos de seguridad»; además, que «tanto a hombres como mujeres son sobornadas en el tema laboral y sexual».
Nidia expresa que «tuve que levantar la voz diciendo que toda la situación que se estaba dando no era nada seria, ni ético, ¡pidiendo que lo sacaran! ahí se asomaron dos empleados que lo llevaron a este Yamil, y se fue sonriendo como si no le importara lo que hizo». Las y los familiares de las víctimas obreras de Murata exigen justicia y denuncian que, hasta el momento, no hubo intervenciones de ninguno de los organismos públicos de control.