20/09/2020

La mayoría de las mujeres que sufre violencia de género en pareja no denuncia ni pide ayuda formal

La delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Victoria Rosell, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, en la presentación de la macroencuesta.

El 77,4% de las mujeres que sufrieron violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja no denunciaron y casi el 67% no acudió a ningún tipo de recurso en el que obtener ayuda formal. Denunciar, pedir ayuda o contarlo a otras personas incrementa las posibilidades de acabar con la relación violenta. Por El Salto


La mayoría de las mujeres que sufre violencia de género en pareja no denuncia y tampoco pide ayuda formal de ningún tipo. Son dos hechos que recoge la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, realizada con los datos recogidos durante el año 2019 y presentada el 10 de septiembre por el Ministerio de Igualdad.

El estudio se basa en entrevistas a una muestra representativa de 9.568 mujeres residentes en España de 16 o más años de edad. Se trata, recalca el ministerio, de la operación estadística más relevante que se realiza en España, y arroja un dato global preocupante: 1 de cada 2 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia machista a lo largo de su vida, un 57,3%, lo que suponen 11.688.411 mujeres de 16 o más años. Entre las novedades del cuestionario está la introducción de preguntas para medir el acoso sexual y el stalking, además de la ampliación, se del módulo de violencia sexual.

En el apartado de la violencia de género sufrida en la pareja o expareja, la encuesta revela que el 14,2% (2.905.489 mujeres) ha sufrido violencia física y/o sexual de alguna pareja, actual o pasada, en algún momento de su vida. La mayoría de ellas ha sufrido esta violencia de manera reiterada: el 25,0% de las mujeres que han sufrido violencia física de su pareja actual afirman que esta violencia ha tenido lugar solo una vez frente al 75% que dicen que ha sucedido en más de una ocasión. Además, el 10,0% de las mujeres que han sufrido violencia sexual por parte de su pareja actual afirman que esta violencia ha tenido lugar solo una vez, frente al 86,2% que dicen que ha sucedido en más de una ocasión.

 

MACROENCUESTA DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

La comparación de estos datos con los de 2015 refleja un que en el período 2015-2019 se ha producido un ligero descenso de la violencia en la pareja, lo que fuentes del ministerio relacionan con las campañas públicas de sensibilización y la mayor formación de los agentes que atienden a las mujeres afectadas. Sin embargo, este descenso —cuyo indicador es la existencia de violencia en los 12 meses previos a las entrevistas— es pequeño, reconocen. En cuanto a la violencia de género fuera de la pareja, el descenso es “mínimo o inexistente”, según el estudio

“El ciclo de emancipación es lento”, reflexiona Mª Ángeles Jaime de Pablo, presidenta de la Asociación de Juristas Themis, que pone en contexto una encuesta que empezó a hacerse en 1999. “En las primeras encuestas, había mucha diferencia entre lo que se denominaba ‘maltrato técnico’ y el reconocido; es decir, la mujer decía que no era maltratada, pero cuando se le hacen una serie de preguntas que tiene que ver con indicadores de maltrato o de padecimiento de violencia, da positivo”, explica.

En ese sentido, señala como un paso importante el hecho de que las mujeres sean capaces de reconocer una situación de violencia y cree que eso es una conclusión clara de la serie de encuestas. Pero, aunque se ha avanzado en reconocer esa violencia, la mayoría de las mujeres que sufre violencia de género en la pareja no pide ayuda formal ni denuncia.

POCA PETICIÓN DE AYUDA FORMAL, MENOS DENUNCIA

Para la ministra de Igualdad, Irene Montero, “el hecho de que la mayoría de las mujeres no pida ayuda a ningún tipo de servicio o no denuncie, nos debe interpelar como sociedad y como instituciones”. La ministra se expresaba así en la rueda de prensa de la presentación del informe, en la que señalaba como urgente “trabajar en el ámbito de la prevención para llegar a tiempo, así como a fortalecer sin dilaciones todos los mecanismos y a aquellas instituciones encargadas de acompañarlas en la ruptura del silencio y en su proceso de reparación personal”.

El dato es claro: el 66,9% de las mujeres que han sufrido VFSEM de alguna pareja no han buscado ayuda formal tras lo sucedido. El motivo más citado, tanto las mujeres que han sufrido violencia de la pareja actual como en parejas pasadas, es haberlo resuelto solas.

La macroencuesta preguntaba a las mujeres que no han buscado ayuda formal por los motivos. En el caso de las mujeres que han sufrido violencia de la pareja actual y no han buscado ayuda en servicios formales, el motivo más citado es haberlo resuelto sola (60,3%), seguido de no conceder suficiente importancia a lo sucedido (46,5%). En el caso de las mujeres que sufrieron violencia de alguna pareja pasada y no buscaron ayuda en servicios formales, el motivo más citado es también haberlo resuelto sola (70,2%), seguido de no conceder suficiente importancia a lo sucedido (23,9%). ¿Desconfían las mujeres de las instituciones que deben protegerlas? ¿Desconocen los recursos?

Nerea García llorente, abogada experta en violencias machistas, señala algunos factores que pueden incidir en que una mujer que vive una situación de violencia en pareja tome la decisión de no pedir ayuda formal. “Muchas mujeres vivimos en silencio las violencias machistas… Si ya es difícil contarlo a una amiga o a una madre, es aún más difícil contarlo en un recurso de asistencia”, explica. Y es que primero, dice, “tienes que estar preparada para decírtelo a ti misma, para colocarte en el lugar de pedir ayuda profesional y, además, el acceso a los recursos de atención especializada no es igual en todos los territorios”.

El problema viene de lejos y conecta con el trabajo que señala también Jaime de Pablo de reconocimiento de las violencias. “Desde 2004, la mentalidad de entender la violencia machista como un problema social y no solo privado ha mejorado, pero aún queda mucho camino por recorrer”, dice García Llorente en referencia al año de aprobación de la Ley Integral contra la Violencia de Género.

Además de ser mayoría quienes no acuden a ningún tipo de recurso formal, también lo son las que no denuncian. Según recoge el estudio, el 77,4% de las mujeres que sufrieron violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja no denunciaron. De nuevo, entre los motivos se repite el de “haberlo resuelto sola”.

García Llorente recuerda que el procedimiento judicial no es sencillo y la revictimización de las mujeres es una realidad: “Ocurre tanto en comisarías como en juzgados y hace falta formación en perspectiva de género para evitar este sufrimiento”, explica. Falta de escucha, estereotipos, desinformación, sobrecarga en la obtención de pruebas son algunas de las consecuencias para las mujeres durante el proceso judicial. “Necesitamos revertir esta victimización secundaria si queremos que las mujeres acudan a pedir ayuda a las instituciones”, indica.

En ese sentido, recuerda el caso de Ángela González, la mujer cuya hija fue asesinada por el padre maltratador tras sus insistentes denuncias. “Nuestro país ya fue condenado por la ONU por aplicación de estereotipos y desprotección a una mujer maltratada y a su hija que fue asesinada por el padre, y no todas las medidas propuestas por la Comisión contra la Eliminación de todas las formas de violencia contra la mujer se han tomado en nuestro país”, explica.

Para Jaime de Pablo, el fortalecimiento psicológico de las mujeres y la información sobre el proceso judicial es clave para las mujeres que recurren a la vía judicial.

PEDIR AYUDA AUMENTA Y SALIR DE LA VIOLENCIA

Sin embargo, pese a que la mayoría de las víctimas no pide ayuda formal ni denuncia, sí son mayoría las que deciden contarlo. Solo el 22’1 no lo cuenta en su entorno, mientras que en resto decide compartir la situación con una amiga (50,7%), su madre (36,2%) o su hermana (25,4%), entre otras personas cercanas, sobre todo mujeres.

El dato es importante porque la violencia de género en pareja utiliza el silencio como herramienta de control y contar la historia suele ayudar a romper la relación, como apunta García Llorente y recoge la macroencuesta. El estudio indica que denunciar la violencia, buscar ayuda en algún servicio formal o hablar de lo sucedido con alguien del entorno incrementan en todos los casos las posibilidades de acabar con la relación violenta. “Aunque en términos estrictos no puede hablarse de relación de causalidad, sí que parece que cualquier tipo de actuación en el sentido de compartir lo sucedido repercute positivamente en la salida de la violencia”, recoge el estudio.

Así, de forma global en las mujeres que han buscado ayuda con al menos una de las tres opciones —búsqueda de ayuda formal, denuncia, o búqueda de ayuda informal— y se compara con las que no lo han hecho, se observa que mientras que el 81,9% de las mujeres que han denunciado o buscado ayuda formal o informal debido a la violencia de parejas pasadas, rompieron la relación debido a la violencia, el porcentaje desciende hasta el 49,6% entre las que ni denunciaron ni buscaron ayuda formal o informal.

 

Jaime de Pablo cree que, pese a los pasos hacia adelante que señala, queda trabajo por hacer para salir de una caricatura en la que se enfrentan “hombres perversos violentos contra mujeres bondadosas y débiles”. “No es eso, la violencia es una manifestación de desigualdad y un instrumento para mantenerla”, concluye.



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