03/08/2020

Espionaje que me hiciste mal y sin embargo te quiero

Los servicios de inteligencia y el cuerpo de Gendarmería – por y a pesar de todos los gobiernos – se entrometieron desde siempre en la trama política de los trabajadores. La última incursión conocida detonó públicamente sobre el conflicto popularmente conocido como «Mineros de Andacollo». En cambio, la empresa – hoy en concurso – que perjudicó a los trabajadores neuquinos y al Estado jamás fue anticipada por los departamentos de espionaje o Gendarmería. El recorrido histórico por los espías estatales y la fuerza gendarme da cuenta de que siempre fue así. Por Máximo Paz, para ANRed.


“Error del servidor 500”, despacha la pantalla después del click al botón virtual que indica “ver videos” en la página web oficial de la Cámara de Diputados de la Nación dentro del espacio de la comisión “Bicameral de fiscalización de organismos y actividades de inteligencia (ley 25520)”.

¿Se olvidaron de subir los videos o directamente no se publicó nada porque no hubo ni hay actividad alguna dentro de la comisión?

No sabe, no contesta. Lo cierto es que, desde el fondo de los tiempos, los caminos que unen a la relación estrecha entre el aparato que organiza a una población determinada con los espías que espían a la sociedad para anticipárseles son difusos, oscuros e imprecisos.

La CIDE, la SIDE, la SI y la AFI

A partir del decreto 337 de 1946, Juan Domingo Perón, en su primera presidencia, creó la Secretaría de Coordinación de Informaciones del Estado (CIDE), un ente civil enfocado en hacer inteligencia desde una perspectiva cualitativa superior al que se conocía hasta el presente. La investigadora Marina Kabat en su libro “¿Qué fue el peronismo de Perón?”, relata que “la CIDE elaboraba boletines dirigidos al presidente, a los ministros, a la Policía Federal, a la CGT, a la esposa del presidente y al Partido Peronista. Pereyra (Walter, cabecilla de agencia peronista) mismo entregaba en mano los boletines, en el caso del presidente, a su secretario privado. Se trataba de informes elaborados con información del interior y del exterior que llegaban de los servicios especiales conocidos como SIN (un servicio de inteligencia de la Armada), SISA20, SIE (Servicio de Inteligencia del Ejército), Coordinación Federal, Control del Estado, Gendarmería, Prefectura, de distintas delegaciones de CIDE, de los gobernadores, de jefes de policía de provincia y territorio”.

Tal fue así que la inteligencia peronista tuvo como agentes a los jefes de las sucursales del Correo Nacional para abrir correspondencia y encomiendas en todo el país. También se filtró de lleno dentro de las y los trabajadores docentes. “Plan básico de las informaciones necesarias en el Ministerio de Educación para alcanzar los objetivos establecidos en el II° Plan quinquenal” fue, de hecho, uno de los documentos secretos que pudieron trascender y cuya elaboración describe los trabajos de espionaje al personal de la educación para efectuar el control ideológico de los mismos.

La inteligencia, además, hizo pie para que el gobierno de Perón salte al escenario del aniquilamiento de los elementos que componían al poblado Partido Comunista en la provincia de Chaco junto con el cuerpo de la Gendarmería. Ello le valió la premiación de la CIA, el servicio de inteligencia estadounidense y el más grande del mundo.

Aquél estamento parido de la proyección y acto del General, fue utilizado por todos los gobiernos que lo prosiguieron y llegó a su punto de madurez esplendorosa bajo el célebre nombre SIDE (Servicios de Inteligencia del Estado). Luego de los remolinos trágicos que pesaron en sus espaldas – AMIA, levantamiento carapintada, Río Tercero, etc. – su espíritu activo planeó bajo las siglas SI (Secretaría de Inteligencia), aunque el estigma conseguido pudo ser más poderoso que los cambios de nombres. Fue así que aquella organización fue diluida definitivamente en 2015 para erigir la AFI (Agencia Federal de Inteligencia).

Gendarmería

Inaugurada por decreto en 1938, la Gendarmería Nacional Argentina, en aspectos inherentes a la Seguridad Interior, tendría la facultad de combatir el delito y, a la vez, desarrollar actividades tendientes a arrinconar flagelos relacionados con narcotráfico, terrorismo y crimen organizado. Alteraciones al orden público, seguridad vial, migraciones, aduana, protección ambiental y sanidad también se inscriben como plagas negativas para el orden social y que la GNA tiene que combatir.

Tendría, porque, en verdad, el General reseteó la fuerza desde su gobierno para constituirla como brazo potente de su lucha contra la eliminación del activismo político en los sindicatos -en particular- y en la vida social -en general.

Para muestra, un botón: en octubre de 1948 comenzó uno de los encargos más sanguinarios desplegados por Gendarmería. Junto a Perón, iniciaron la denominada masacre al pueblo Pilagá, en Formosa. Comunidad indígena utilizada como mano de obra baratísima por el célebre señor Robustiano Patrón Costas y que, ante la medida de fuerza de estos, cansados de los abusos, fueron redondamente ejecutados. Se calcula que la masacre obtuvo como resultado la friolera de 1000 personas muertas y 700 heridas.

Desde allí en más, la fuerza contuvo el carácter implacable que pintó de lleno su historia hasta la actualidad.

Bajo la administración Kirchner, las tareas para la GNA se agrandaron, para dilapidar su violenta rigurosidad sobre los barrios más pobres. Aunque también cumplió su papel histórico sellado en su intervención protagónica en la represión sobre conflictos laborales, tal como se hiciera a los trabajadores de las autopartistas Gestamp y Lear.

De 2004 hasta 2012, los compromisos de la fuerza encuentran su razón cierta cuando fue comprobada su vinculación con las tareas conjuntas de espionaje con la ahora AFI sobre organizaciones sociales, sindicales y políticas de izquierda. El título rimbombante del tándem espionaje-represión todavía resuena: Proyecto X.

El escándalo mayúsculo fue en 2017 y puede resumirse en el comienzo de la nota enviada por la Legislatura de Neuquén a la GNA para “solicitar a Gendarmería Nacional Argentina, delegación Neuquén, informe —y remita toda la documentación pertinente— a esta Legislatura si a través de su Centro de Reunión de Información Neuquén de Gendarmería (CRI), se realizaron tareas de inteligencia y recopilación de información tanto sobre movimientos del joven Santiago Maldonado, como de su familia y allegados antes y después de los hechos ocurridos en la Pu Lof en Resistencia de Cushamen, Chubut, el pasado 1 de agosto de 2017”.

A partir del caso Maldonado, el CRI – Centro de Reunión de Información- Neuquén de Gendarmería cobrará un relieve luctuoso que no se molestará en ocultarlo.

Mineros de Andacollo

La leyenda cuenta que Andacollo significa en quechua “brillante en las alturas”. Lo seguro es que se trata de una localidad al norte de Neuquén, cabecera del departamento de Minas. Allí, unos 238 mineros y mineras comenzaron por reclamar el pago de salario adeudado a la empresa minera Trident Southern Explorations, responsable de la extracción de oro y plata en la zona.

“Nuestra odisea arrancó el 22 de abril, cuando vimos que nuestros sueldos no estaban acreditados. Ya habían pasado muchos días y la empresa no se hacía eco de nuestro reclamo. Allí decidimos emprender nuestro viaje por primera vez a Neuquén Capital. Salimos a reclamar lo que nos correspondía.”

La crónica enunciada por Enzo Cárdenas al programa “Red de Trabajadores” se trata del punto de arranque de la contienda reciente que desenvolvieron los denominados popularmente como “Mineros de Andacollo”.

Ubicados frente a la Casa de Gobierno, la lucha obrera fue envuelta por una pujante solidaridad. El fiscal interviniente no tardó mucho en sacar de la galera una respuesta y fijar una solución mentirosa.

“Cuando el 4 de mayo vimos que nuestros sueldos no estaban depositados en nuestra cuenta, decidimos emprender nuevamente un viaje para la capital neuquina”, completa Enzo.

Pero la segunda vuelta encontró a la Gendarmería mejor preparada. Las y los mineros y la “Caravana solidaria” fueron detenidos en Arroyito, 40 kilómetros antes de su objetivo. Entonces, hincaron un corte en la ruta 22 porque la fuerza no los dejó avanzar. También sufrieron un procesamiento por incumplimiento de la cuarentena después de que la GNA, mientras, fuera hasta los domicilios de los detenidos para allanar sus viviendas.

“Estuvimos 17 días acampando, pero al día 12, a través de unas maniobras que hicimos, algunos  de nuestros compañeros emprendieron viaje a través de una picada, burlando la Gendarmería que teníamos allí a escasos metros. Decidieron emprender viaje hasta Neuquén Capital para sentarse con el Poder Judicial”, relata Cárdenas.

Los trabajadores consiguieron el 21 de mayo un acuerdo con la gobernación que les saldó un bono de $20.000 por marzo, uno de $30.000 por abril y luego cuatro cuotas mensuales y consecutivas del mismo monto. Esta vez no mintieron.

“Opereta”

Fue el multimedios Clarín, a través de su pluma y voz estrella, Nicolás Wiñaski, que difundió sobre su web de noticias un parte secreto del CRI-Neuquén donde se detallan las observaciones sobre una reunión de las y los trabajadores mineros.

Fue un pasa manos: dicho informe salió no se sabe como de Gendarmería Neuquén y fue a parar –derecho y sin escalas- al despacho del diputado radical Álvaro Héctor de Lamadrid. El funcionario, aparentemente indignado por el acto ilegal, elevó una nota a Sabina Andrea Frederic, la flamante Ministra del Interior –del que depende Gendarmería- solicitando explicaciones. Tal acción política fue acompañada –para que quede todo bien claro- con la publicación en simultáneo de la crónica en el “Gran diario argentino”.

La respuesta de la Ministra fue en dirección de desconocer el trabajo de sus gendarmes. Acto seguido, puso a disponibilidad lo que consideró que eran los elementos uniformados que iniciaron la jugarreta que consiguió un título en el diario de Héctor Horacio Magnetto.

Trident Southern Explorations

Cuando el 14 de septiembre del 2016, el contador, militante del MPN y gobernador Omar Gutiérrez le entregó la concesión del Proyecto Minero Andacollo al titular de la empresa Trident Southern Explorations SPA, Mischa León Aleksander, ya constaba la cicatriz del fracaso con la Minera Andacollo Gold SA. Esa firma abandonó el proyecto en 2015 y dejó a 144 mineros y mineras en la calle.

Trident Southern Explorations se compuso en un grupo a partir de varias sociedades de Chile y Estados Unidos. Cuando ganó la licitación, comprometió una inversión a 25 años por 164 millones de dólares. Aleksander anunció en Casa de Gobierno: “A largo plazo, si el proyecto da los resultados positivos que esperamos mediante la exploración, se podrán contratar en un futuro hasta 500 colaboradores”.

Otro entusiasta se trató del entonces legislador oficialista Alejandro Nicola: “ El Proyecto Minero Andacollo-Huinganco comenzará nuevamente a producir oro y plata, y marcará un nuevo hito para el Norte neuquino tras un laborioso camino liderado por el gobierno provincial que involucró a los municipios y a la comunidad, y que es la demostración de que Neuquén tiene un Estado presente que responde a las necesidades de su gente, con una visión de desarrollo social y económico y la aplicación de políticas públicas que permiten brindar oportunidades de crecimiento a todos sus habitantes”, escribió, convencido, para el periódico regional “Once”.

El “nuevo hito” siquiera llegó al corto plazo. El 8 de mayo pasado, en pleno conflicto con los trabajadores, la gobernación le quitó la concesión. El sueño terminó.

Gendarmería, Inteligencia y trabajadores

Hoy, la empresa se encuentra parada y en manos de CORMINE, la empresa minera neuquina garante del estado.

El presidente del ente, Martín Irigoyen, nunca había ido a la empresa Trident. Ante el escándalo y obligado por las circunstancias, Irigoyen se presentó en compañía de un escribano, funcionarios de la Subsecretaría de Medio Ambiente y un oficial de justicia. Mientras esto acontecía, las y los trabajadores se dispusieron como guías para informar las disposiciones del gran dislate perpetrado por la multinacional. Irigoyen, cual turista sorprendido ante las descripciones, acomodó una serie de gesticulaciones que rozaron lo teatral. Aunque su rostro, de repente, cambió a un aspecto sobrio cuando un obrero se le acercó para decirle que muchas de las irregularidades ya se le habían informado hace varios meses atrás. No le gustó escuchar lo que acababa de escuchar.

Algo que nunca habría sido escuchado ni por él ni por los burócratas provinciales. Y nunca la AFI anticipó los hechos. Y nunca Gendarmería se interpuso para impedirlo. La historia lo cuenta.



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