27/07/2020

Desde las tolderías del Gran Chaco a las barriadas de Tigre

Reducción de San Antonio de Obligado, 1887. Fotografía de Félix Corte. Epígrafe original: “La chuzma de la toldería de indios tobas reducidos de la tribu del cacique Juan Chará. El grupo que está en primer término es de indias tatuadas con pintura azul en el rostro”.

Las familias que integran la Comunidad Qom “Cacique Ramón Chara” sobrellevan como pueden sus necesidades económicas durante la cuarentena. Mientras esperan que pase este mal momento, planean proyectos de producción de cestería con totora y la construcción de un salón de usos múltiples. Su referente nos cuenta sus desafíos y pide acompañamiento del Estado. También rememora a sus antepasados comenzando por su tatarabuelo Juan Chará, cacique “reducido” en 1884 en una misión religiosa donde poco después tuvo lugar “La matanza de San Antonio de Obligado”, durante la conquista militar del Gran Chaco. Por Comunidad Punta Querandí.


En el barrio Arroyo Claro de Benavidez, Partido de Tigre, se encuentra la Comunidad Qom “Cacique Ramón Chara”, un grupo de 12 familias descendientes de las tolderías del cacique Juan Chará, mencionado en diversas fuentes históricas en el marco de la avanzada militar del Estado Nacional contra los Pueblos Originarios en el nordeste del país. Otras familias de esta comunidad urbana viven en Escobar, Pilar y General Rodríguez. Son en total unas 150 personas.

Asentados en la zona norte del Gran Buenos Aires desde la década del ’60, su referente Santiago Chara explica que “desde ese momento ya éramos una comunidad pero recién en 2013 comenzamos a visibilizarlos”. En la actualidad articulan con otras comunidades de Tigre y forman parte de la Asamblea del Pueblo Qom en el marco de la estructura del Consejo Indígena de Buenos Aires (CIBA), espacio reconocido por el Estado Provincial.

La mayoría de los hombres adultos de la Comunidad “Cacique Ramón Chara” se dedican a la construcción y se encuentran duramente afectados por el parate económico que significó la cuarentena por la pandemia de coronavirus. Similar situación sufren las mujeres de la comunidad, quienes se desempeñan como empleadas domésticas y tampoco pueden trabajar.

19 de abril de 2015. Primera actividad pública de la Comunidad Qom Cacique Ramón Chara en su sede en Benavidez.

“En estos días de pandemia estamos medio jodidos, no hay laburo”, cuenta Chara. “A veces sacamos alguna changa pero no nos pagan lo que corresponde, apenas sirve para comprar algo de mercadería”, se explaya. Más allá de una asistencia alimentaria que a partir de abril comenzaron a recibir del Municipio de Tigre y una ayuda desde Provincia en junio, el cacique sintetiza: “Tema económico venimos para atrás, muy mal”.

Pese a esta penosa situación, Chara manifiesta: “Estamos tranquilos y contentos porque por lo menos todavía no tenemos contagiados, tratamos de cuidarnos”.

Mientras tanto, tienen varios desafíos en mente para la pospandemia. Uno de ellos es llevar adelante en su sede talleres de cestería y otras artesanías indígenas “donde se refleje la cultura que se ha perdido y después poder venderlas”. En esa línea, otro de sus objetivos es construir un salón comunitario en un pequeño sector de los terrenos que habitan en Benavidez. “Tenemos espacio y lo necesitamos para realizar los talleres, las reuniones y las asambleas. También necesitamos los recursos para levantarlo y algunos planes de trabajo para quienes lo construyan”, explica Chara.

Si bien buscan mejorar en donde viven actualmente, el gran sueño es poder relocalizarse en un lugar más amplio: “El pedido de tierras es en las islas del Delta ya que tendríamos contacto directo con la naturaleza y podríamos realizar ceremonias y emprendimientos culturales, además de cultivar y criar animales. Y también porque somos junto a los guaraníes un pueblo que siempre se desarrolló a la vera de los ríos”, manifiesta.

LA MEMORIA DE SUS ANCESTROS

Sobre la denominación de su comunidad, Santiago explica: “Le pusimos el nombre del abuelo de mi papá, porque es con quien él se crió y le transmitió muchas cosas que después me enseñó a mi”. Sin embargo, la figura que aparece en documentos históricos es el padre de Ramón, Juan Chara, quien en 1884 junto a unas 200 personas de su “tribu” se incorporaron a la “Misión San Antonio”, colonia franciscana creada por orden del Coronel Manuel Obligado, jefe de la frontera norte de la actual provincia de Santa Fe. El lugar hoy es el pueblo de San Antonio de Obligado.

“Mi padre y mis abuelos solo se preocuparon de mirar la tierra pues en ella y no en los cielos habían de encontrar pasto y agua para sus caballos”, se le atribuye al tatarabuelo de Santiago, el cacique Juan Chará, según divulga la Revista Añamembui, que en noviembre de 2018 publicó un número especial titulado: “Sublevación y Matanza Indígena en la Reducción de San Antonio de Obligado”.

En 1887, en esta misión se produjo un levantamiento qom y mocoví que finalizó con un número incierto de indígenas asesinados. Uno de los tantos episodios sin justicia ni reparación en la Argentina. Mientras algunos documentos refieren a cerca de 30 nativos muertos y fusilados (muchos ni siquiera habían participado de la sublevación), algunos de sus descendientes hablan de casi 300 víctimas.

Fuente: Editorial y Revista Añamembui.

Vale la pena detenerse en los motivos de la sublevación. Además del maltrato y la discriminación sistemática, un hecho desencadenante fue el violento secuestro de una “chinita” (niña indígena) por parte del Sargento Mayor, Marcos Piedra, por un pedido del General Rudecindo Roca, primer gobernador del territorio nacional de Misiones y hermano de Julio Argentino Roca, en ese momento ex presidente y “héroe” de la “Conquista del desierto” en Pampa-Patagonia. Rudecindo Roca había instalado un ingenio azucarero y cubría la mano de obra con indígenas qom y wichí del Chaco.

DEL NORTE A BUENOS AIRES

Desde la reducción de San Antonio comenzó la dispersión de los descendientes. Cuenta Santiago: “El cacique Juan tuvo varios hijos, uno fue Ramón Chara, que tuvo varios hijos, uno fue Valentín Chara, mi abuelo, quien tuvo varios hijos y una hija. Mi padre, Agapito Chara, nació en Quitilipi y fue el mayor, uno de los menores es mi tío Juan Chara que es cacique en la Colonia Maipú en La Leonesa”.

De sus primeros cinco años de vida, el actual cacique y vecino de Benavidez recuerda: “Yo nací en Tres Isletas en medio del monte y mi padre hizo de partero pero fui anotado en Sáenz Peña. Vivíamos en el en un lugar que llamaban La Loma. Los abuelos y abuelas eran ‘iapé’ Parikén y ‘iapé’ Yordano’ (le decíamos tío Oldano) y come’ Rosaura y come’ Ana, la cual era mi bisabuela por parte de mi abuela Delia, madre de mi mamá Celia Refael”.

Como su padre era peón golondrina estuvieron viviendo en varios lugares, explica Chara. “Fuimos a la Quinta Ocho que era como vivir en la villa acá, después al barrio toba, todo en Sáenz Peña”.

Finalmente, en la década del ’60, Santiago y su familia llegaron la zona norte del Gran Buenos Aires. “Nos trajo una mujer de una iglesia de Martínez, era como una madrina de mis viejos. En esa parroquia nos bautizaron a mi hermana y a mí, yo tenía unos 5 o 6 años”. Se instalaron en el asentamiento La Cava de San Isidro, “donde mi padre se hizo su casa de barro enchorizado” (ante la sorpresa de sus vecinos) y, luego de “andar de villa en villa”, se radicaron en Benavídez, donde Agapito Chara trabajó en la Delegación Municipal durante una década. Aunque nunca olvidaron sus tradiciones: “Complementaban junto a mi madre con el armado de sombreros y canastos de totora que luego vendían. También empajaban sillas. Con eso tiraban hasta el fin de mes”.

A fines de los ’70, Santiago y su familia volvieron a Chaco y también estuvieron en Formosa, pero a principios de los ’80 retornaron a Benavidez y se establecieron en los terrenos que habitan en la actualidad.

Señalización del territorio sagrado de La Bellaca en el 2012 junto a Punta Querandí.

UN PUNTO CLAVE DE LA REORGANIZACIÓN COMUNITARIA

Para el cacique Santiago Chara, un hecho que marcó un cambio grande en su vida fue comenzar a participar junto a su familia de la lucha de la Comunidad Indígena Punta Querandí, a partir del año 2012: “Encontré lo que siempre estuve buscando desde chico y siempre voy a estar agradecido a ese lugar tan sagrado”, afirma. Desde este territorio en resistencia contra los barrios privados en Dique Luján, se vinculó a diversos sectores del mundo indígena bonaerense y fue parte de la gestación de otros reclamos en Tigre, como el pedido de cambio de nombre del Paseo Victorica, la recuperación de los cuerpos de los ancestros (en poder de arqueólogos) o el repudio al homenaje al segundo fundador de Buenos Aires, Juan de Garay.

Repudio al festejo por la fundación de Buenos Aires, frente a la Casa Rosada.

En este proceso de fortalecimiento, el 19 de abril de 2015, Día del Indio Americano, la Comunidad “Cacique Ramón Chara” realizó su primera actividad pública con una actividad en su sede. Los siguientes cuatro años llevaron a cabo este festejo en la plaza principal de Benavidez, sumando más visibilidad. En esta etapa también recuperó la práctica de la cestería con totora, a partir de los talleres que comenzó a brindar en Punta Querandí.

En el Museo Autónomo de Gestión Indígena de Punta Querandí. Foto: Clarín Zona Norte.

Para concluir este informe sobre otra de las comunidades indígenas ubicadas en el Municipio de Tigre, compartimos una definición del tataranieto del cacique Juan Chará: “Queremos lograr el respeto hacia los Pueblos Originarios en todo sentido y no superficialmente como muchas veces sucede”.

Contacto: Cacique Santiago Chara: 11 2547-1190 (llamadas) – 11 3018-4770 (WhatsApp)

Fuente y más fotos en Punta Querandí



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