Segunda muerte por Covid en Murata, empresa contratada por Trenes Argentinos
Juan Campos trabajaba para la empresa de vigilancia Murata S.A., firma contratada para tercerizar los servicios de seguridad y custodia a la compañía ferroviaria estatal Trenes Argentinos. Falleció producto del Covid-19. Con él, la empresa de seguridad cuenta con su segunda baja a partir, según se denuncia, del profundo desinterés por contener a sus empleados dentro de los cuidados infundidos por los protocolos, medidas y elementos de higiene y seguridad para hacer frente a la pandemia. Trenes Argentinos, por su parte, también cuenta con un trabajador recientemente fallecido. Por Máximo Paz para ANRed
Otro trabajador de la empresa de seguridad Murata S.A. falleció producto de su exposición a la infección viral producida por el coronavirus. Juan Campos, empleado de la firma, tuvo que forzar la pérdida de su existencia física a partir de su desempeño como agente de vigilancia en las instalaciones y formaciones del tren metropolitano bonaerense San Martín, línea ferroviaria que detenta su recorrido desde la estación Pilar en el conurbano bonaerense para finalizar en la terminal Retiro de la Ciudad de Buenos Aires
La muerte del trabajador se suma a la de Miguel Olmedo, también acontecida recientemente dentro de la misma firma y al cuidado de la misma línea. Olmedo cumplía tareas en un parador sobre la zona de Retiro en la ex Villa 31. Miguel poseía enfermedades anteriores y no tuvo acceso a una licencia paga sobre la totalidad de su mensualidad.
Según denunció la plantilla asalariada, Murata S.A. no cumple siquiera con los más básicos protocolos de prevención frente al Coronavirus, dado a que, por un lado, no provee ningún tipo de protección, mientras que, por otro, toma como exigencia no negociable la presentación cabal del personal para cumplir sus funciones laborales a aquellos que se encuentran dentro de los grupos de riesgo clasificados por el advenimiento de la pandemia.
Asimismo, los obreros revelaron las malas acciones que aplica la empresa al detectarse casos positivos de Covid-19, al describir que los demás trabajadores no son aislados y solo ante el ejercicio de alguna presión se alcanza a emplazar un freno –aunque precario- a la investida patronal, y muy excepcionalmente, si se consideran los aprietes y amenazas que afloran sin cuidado por parte de los directivos de la empresa.
Sin ir más lejos, siete empleados fueron separados, en primer término y como medida ejemplificadora, para luego ser despedidos formalmente a partir de los requerimientos de insumos para el resguardo mínimo.
“Ya no se puede esperar pasivamente la respuesta de una empresa que maltrata a usuarios y trabajadores y que los persigue cuando reclaman. A principios de abril esta misma patronal despidió a siete trabajadores por reclamar guantes y alcohol en gel”, aclaró en un comunicado la “Agrupación Naranja Ferroviaria” ante la acción excedida de la tercerizada.
Funcionarios del Sindicato Unidos Trabajadores Custodios Argentinos (SUTCA) realizaron, luego del lamentable hecho que alcanzó la muerte de Juan Campos, la correspondiente denuncia sobre la firma en cuestión, para soltar, a su vez, en un comunicado, acerca de “la actitud criminal de la empresa de seguridad privada Murata que presta servicios de custodia y vigilancia en la línea San Martín del ferrocarril (…) una empresa que de seguridad poco conoce pero que es extremadamente hábil a la hora de concretar negocios, incluso en tiempos de pandemia”.
A Murata S.A. se la conoce como una asociación comercial subsidiaria y pariente menor de la principal, Trenes Argentinos. La última también es acusada de propiciar el abandono del personal a manos de la pandemia, a partir de la falta de consideración para implementar protocolos de distancia y elementos de bioseguridad básicos y la negación sistemática para aplicar testeos masivos para los ferroviarios. La desidia consigue resultados, y por ello, la compañía de trenes también cuenta con un fallecido reciente por Coronavirus: Andrés Padellaro, obrero que trabajaba en una cuadrilla de Vía y Obra en la localidad bonaerense de Campana.
Trenes Argentinos se trata de una empresa estatal y esta actúa bajo las órdenes que impulsa un sistema de relaciones sociales que privilegia la ganancia. De ello se desprende el ultraje hacia sus trabajadores y la profundización, aún más, de las malas condiciones laborales a partir de la contratación de empresas tercerizadas –como Murata-, donde, más allá de las sospechas acerca de los contratos entre funcionarios y patrones, la división entre empleados de una y otra empresa actúa a favor de la desorganización de los mismos en función de sus intereses que se encuentran atravesados por la convivencia diaria con una pandemia.
En una entrevista al canal TN, el ministro de Transporte Mario Meoni negó la existencia del Covid-19 en el transporte público, aún cuando es oficial la cifra que indica que, al menos, en el Ferrocarril San Martín, a partir de la contabilización de diez guardas y treinta empleados de seguridad, son 40 las personas que se aislaron desde que se confirmara la muerte de Miguel Olmedo.
Uno de ellos se trató de Juan Campos, el fallecido reciente.