26/05/2020

Cuarentena en los barrios: comen palomas para sobrevivir

En “Boca Cerrada” la pesca es la fuente de trabajo y alimento de gran parte de la comunidad, pero debido a la cuarentena la policía les prohíbe acercarse al río, y tampoco han recibido ningún tipo de ayuda del Municipio. Por Prensa FOL.


La emergencia sanitaria está empeorando las condiciones de vida de miles de personas, pero en el barrio “Boca Cerrada” en Punta Lara (Ensenada) la situación es extrema. Son alrededor de 20 familias que viven de la pesca y a raíz de la cuarentena la policía les prohíbe trabajar. Ante el abandono y la falta de ingresos, las y los vecinos han comenzado a cazar animales del monte y a comer palomas para poder sobrevivir.

Punta Lara es conocida por su balneario que cada verano se vuelve un atractivo accesible y económico para gran parte del conurbano bonaerense. Pero a sólo 7 km de donde termina el área urbana, se encuentra Boca Cerrada, un barrio totalmente sumergido en el olvido.

“Acá la estamos pasando mal, porque el Municipio no se acerca, para ellos no existimos”, dice una de las vecinas, y agrega: “como no pudimos trabajar más desde que empezó la cuarentena, estamos olvidadas. Vivimos de los animales que salimos a cazar acá en el campo”. Ante la desesperación han llegado hasta el punto de tener que consumir palomas para tener algo en el estómago al finalizar el día. Si la policía ve que están pescando los saca de forma violenta, pero como dicen las vecinas: “tiramos la caña para comer no para vender, si no viene nadie”.

A su vez, gran parte de las familias no pudo acceder al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) debido a que en la zona no hay acceso a internet y tampoco perciben ningún otro ingreso. “Acá no llega ni el agua… Mirá si va a llegar internet”, se indigna una de las entrevistadas, y además argumenta que por ese motivo tampoco pueden sacar el permiso necesario para circular, sumado a que si no tienen plata para cargar la Sube, se hace muy difícil trasladarse hacia el centro para conectarse a la web de la Anses. Las mismas dificultades están teniendo los niños y niñas para acceder al material escolar que les mandan de la escuela.

La sumatoria de derechos vulnerados no termina ahí, ya que otra dificultad que tienen las familias de Boca Cerrada es el acceso al agua potable, un recurso indispensable para mantener los cuidados correspondientes frente al coronavirus. “Para bañar a los chicos tengo que traer agua del río y ponerle un poquito de lavandina. Sino acarreo bidones hasta lo de Martín, que es un vecino que está pasando el puente y es el único al que le sale agua potable, así que todos los vecinos van a buscar ahí”, dice otra de las mujeres.

La situación es desesperante y las familias reclaman que el Municipio de Mario Secco brinde asistencia alimentaria y económica, agua potable, elementos de limpieza y barbijos para poder sobrellevar la pandemia. Desde iniciada la pandemia – aseguran los vecinos – no los ha visitado nadie. A partir de algunas donaciones realizadas por el FOL comenzarán a hacer una olla popular dos veces por semana para poder aliviar la extrema situación que deben atravesar.



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