19/05/2020

La utopía se bajó del horizonte y ahora vive en Ansabo

Al cumplirse 10 meses del cierre y de la ocupación de la fábrica Ansabo, en Quilmes, las y los trabajadores sostienen una olla popular. Junto al FOL y varias organizaciones sociales, alimentan a las familas del barrio. Una historia de lucha y resistencia. Por Omar Rombola para ANRed.


Al costado del Arrollo Las Piedras, se levantan los paredones de Ansabo. Desde el playón detrás de una fila de árboles puede adivinarse el arroyo, que zigzaguea por la florida, acompañando a los pibes que andan en bicicleta, los carros de los muchachos cartoneando y las incursiones de “pirata”, el perro de la fábrica, que pataperrea por todos lados, aunque siempre vuelva a la fábrica a hacer el aguante.

En Ansabo, hace pocos días se cumplieron 10 meses de permanencia, 10 meses de lucha por sostener los puestos de trabajo. Se volvieron a alzar los puños y los dedos en V para festejar, desde la dignidad de guerreros y guerreras. 10 meses que transformaron sus vidas, que surcaron al sur de luchas obreras: que avanzaron, retrocedieron, vencieron o fueron derrotadas. Pusieron en pie coordinadoras y desarrollaron las ya existentes, que se fortalecen y se debilitan al pulso de la lucha de clases y la vida de compañeras y compañeros.

Gran parte de esto pasó y pasa por Ansabo y por su playón. En el campo de batalla fueron apareciendo los destacamentos obreros y populares. Desde los compañeros del Expreso Lomas, Coca Cola, Siam, Petronas, Ran Bat, Cresta Roja, Canale, Aeronáuticos de Ezeiza, Movimientos de Trabajadores desocupados y precarizados de los barrios, representados en los movimientos piqueteros, cooperativistas municipales, trabajadores Estatales representados en ATE SUR, trabajadores docentes, Kimberly y, obviamente, Ansabo.

Esta lucha fue motorizada por la organización obrera y la coordinación en distintos espacios, la Coordinadora de Organizaciones en Lucha (COL), que se construyó con gran esfuerzo de muchas y muchos compañeros durante años de militancia y lucha. Y la coordinadora Sur de luchas obreras que nace en el playón de Ansabo, motorizada por la confluencia de los conflictos obreros de ese momento, por organizaciones políticas y por organizaciones de trabajadorxs desocupadxs y precarizadxs, como el FOL o el MTR.

Así se desplegó la acción directa, la coordinación y solidaridad de clase. Varios cortes en el Puente Pueyrredón, Siam, Coca Cola, Ran Bat, Petronas, Ansabo. Los históricos cortes en Puente La Noria, votados en las asambleas del Expreso Lomas, Cresta Roja, Canale, y organizados en la COL con altísima participación de trabajadores y trabajadoras, de los movimientos y de los barrios. Las acciones de los compañeros de Cresta Roja. La gran movilización al Obelisco acordada por las coordinadoras Sur y la Coordinadora de Capital con Ansabo a la cabeza.

Así la utopía se mudó, se bajó del horizonte, del que hablaba Galeano y recorre con su cuerpo de mujer los portones, el playón, las bobinadoras y el arroyo Las Piedras. Uniendo a trabajadores fabriles con compañerxs de trabajo informal, precarizadxs y desocupadxs. La utopía se instaló en Ansabo y crece en las duras manos entrelazadas de los compañeros y las compañeras del FOL y de la fábrica, alimentando a cientos de vecinos y vecinas con la olla solidaria. La utopía fluye en la unidad por abajo y en la coordinación para luchar. En la resistencia de los mineros de Andacollo, de lo trabajadores del Penta, Bed Time, de Gotan y de cada foco de resistencia obrera y popular. La utopía vive en los gérmenes de desición asamblearia de los y las trabajadoras, y en la acción directa para cambiar la vida.

Notas necesarias

En medio de esta situación de dura crisis con ribetes «apocalípticos», que cruza a la sociedad toda y que nos golpea a los y las trabajadoras, profundizada por la pandemia. Dónde las patronales avanzan en imponer bajas salariales, despidos, suspensiones y avasallamiento de nuestros derechos. Y la burocracia sindical de la CGT y los sindicatos, una vez más, demuestran su papel propatronal negociando a la baja el salario y los derechos de los y las trabajadoras. Dónde el Estado y el gobierno del Estado, pese a tener el 70 y el 80% de apoyo popular y de haber sacado un DNU que prohibía suspensiones, despidos y baja salarial, reprime protestas y convalida negociaciones contra los trabajadores, jugando a las escondidas cuando lxs obrerxs y sectores populares reclaman.

Fuimos testigos del asesinato anunciado de Ramona, de la represión en Penta, los compañeros siguen viendo a los policías que los reprimieron, no hubo bajas, como rezaba la historia oficial. Somos testigos de que no se le provee comida a los comedores populares, ni elementos de protección a trabajadorxs de la salud, pero también podemos atestiguar sobre la resistencia obrera en duras luchas como las del Frigorífico Penta, Bed Time, los trabajadores de Gotan o los mineros de Andacollo, las movilizaciones de los y las trabajadoras precarizadas e informales o en las movilizaciones de los movimientos piqueteros que reclaman porque el Estado nacional no está entregando comida a los comedores populares.

Frente a esta situación, quiero reivindicar los 10 meses que acaban de cumplir los y las compañeras de Ansabo y la unidad que están tejiendo los trabajadores y trabajadoras de la fábrica y el FOL y su olla solidaria. También quiero reivindicar la resistencia que dan los y las trabajadoras en cada rincón del país y del mundo. Quiero dejar una humilde reflexión: la coordinación de las luchas, solidaridad por abajo, las desiciones asamblearias y la acción directa son un camino, podemos ganar o perder, pero ahí siempre la desición será nuestra. Lograr el protagonismo de los y las compañeras es tarea fundamental, para que tomemos la vida, nuestra vida en las manos.



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